Felix no está, lo cual es decepcionante pero no me sorprende, porque entra bastante luz. Puede que ya haya desayunado y le esté dando clases a Hyunsoo o incluso que hayan salido a andar. Por lo general, lo habría oído levantarse, tengo el sueño ligero, pero llevaba más de treinta horas sin dormir y el desfase horario me pasó bastante factura.
Mi estado de ánimo se empieza a nublar un poco y mis niveles de adrenalina ascienden en cuanto pienso en el vídeo que me tuvo obsesionado durante el vuelo, que no me permitió pegar ojo, y en todo lo que Felix me había contado. La idea de que alguien quiere hacerle daño o matarlo me llena de una ira descomunal, que solo se calma con pensar que no pueden alcanzarlo dentro de mi finca.
Las precauciones que mantienen a salvo a mi familia de nuestros enemigos son las que mantendrán a Felix a salvo de los suyos mientras intento descubrir quiénes son.
Con ganas de ponerme manos a la obra, me levanto y le mando un correo a Jinyoung, en el que le cuento todo lo que descubrí anoche. Después me doy una ducha rápida, me visto y me voy a buscar a Felix.
Empiezo por la habitación de mi hijo. Está vacía, así que bajo las escaleras. El comedor también está vacío, pero oigo voces provenientes de la cocina y, cuando entro, me sorprendo al ver a Minji preparar ella sola el desayuno a Hyunsoo.
Me sonríe tímidamente y siento un extraño calor en el pecho al recordar cómo me recibió la tarde anterior. Aun estando tan concentrado en recibir respuestas de Felix, no pude evitar reaccionar a esa vocecilla dulce que me llamaba «papi».
No sabía cuánto había deseado escucharlo hasta que sucedió.
Hasta que el lo hizo posible.
—Buenos días, Hyun—susurro, agachándome frente a su silla. Cambiando al ruso, le pregunto—: ¿Has dormido bien?
Él asiente con sus ojos grandes y precavidos, y se me tensa el pecho con un dolor familiar como de opresión. Quiero alejarme, poner fin a la conversación para librarme del malestar, pero en su lugar me inclino hacia él, acogiéndolo mientras sonrío suavemente a mi hijo.
Se parece tanto a mí, demasiado... pero quizá con Felix en su vida no tendrá que seguir mis pasos.
Quizá no crezca odiándome como yo odiaba a mi padre.
—¿Dónde está Felix? —pregunto. Mi sonrisa se agranda cuando veo que se le iluminan los ojos cuando escucha su nombre.
—No lo sé —dice tímidamente, y levanta la vista hacia Minji, que le está echando frutos del bosque al bol de papilla de sémola.
—No la he visto esta mañana —dice ella—. Quizá aún duerme.
Se me quita la sonrisa y siento una sensación desagradable que me revuelve el estómago. No he mirado en la habitación de Felix, pero he dado por hecho que se levantó de mi cama para empezar el día, no para dormir en la suya. Me incorporo y le digo a Hyunsoo:
—Voy a buscar a tu profesor. Estás deseando dar clase de inglés, ¿eh?
Asiente con ganas y yo le sonrío. De manera impulsiva, le despeino el pelo como he visto que le hace Felix e, ignorando la cara sorprendida de Minji, vuelvo a subir las escaleras.
La puerta de la habitación de Felix está cerrada, así que toco y espero un par de segundos. Al no obtener respuesta, abro y entro.
Las persianas están cerradas aún y no dejan pasar la luz solar, pero observo un pequeño bulto bajo las sábanas.
Parece que, al final, sigue durmiendo.
Se me dibuja una sonrisa tierna cuando me acerco a la cama y me siento en el borde. Me da la espalda y la manta la cubre hasta el cuello, con el pelo disperso sobre la almohada. Por alguna razón, parece mucho más oscuro con esta luz; no se le ven las mechas rubias.
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¹Guarida del diablo || Hyunlix✔
RandomNo soy el único que tiene secretos. Mi refugio seguro podría ser la guarida del diablo, y una vez que me haya reclamado, será demasiado tarde para huir. -Adaptacion. -Hyunlix.