Limpio mis manos despreocupadamente con una toalla de papel y la arrojo a la basura. En el proceso, escudriño a mi enemigo en busca de cualquier arma visible. No hay ninguna a la vista, pero eso no significa nada. Podría tener una pistola atada al tobillo o metida en la parte trasera de sus jeans. Y seguro que hay uno o dos cuchillos en sus botas de motero.
Alexei Bang es conocido por su apetito por la violencia.
—Las coincidencias son algo curioso —digo con calma, preparándome para agarrar la pistola que llevo atada al pecho bajo la chaqueta—. ¿Qué te trae a Daegu?
Sonríe con fuerza.
—Imagino que, lo mismo que a ti. —Descruzando los brazos, se aparta de la puerta y se acerca. Se detiene frente a mí y me pregunta—:¿Qué tal la vida en... dónde estás estos días? ¿Tailandia? ¿Filipinas? — Incluso de cerca, sus ojos marrones oscuros parecen casi negros, a juego con el tono de su cabello.
—La vida es estupenda. ¿Cómo está tu viejo? —Si cree que voy a revelar mi ubicación después de todos los problemas que ha tenido Jay para ocultarla, está muy equivocado—. ¿Sigue vivo y coleando?
Su sonrisa son puros dientes.
—Ya sabes cómo son estos viejos. Prácticamente indestructibles. Tienes que hacer un gran esfuerzo para que mueran.
Tampoco muerdo el anzuelo.
—Salúdalo de mi parte. Y a tu hermano.
Sus ojos brillan con dureza.
—¿Mi hermana no? Oh, sí, está jodidamente muerta.
Me esfuerzo mucho para mantener una cara de póquer.
—Me he enterado. Lo siento. —Es una mentira, Eunbin merece pudrirse con los gusanos, pero cualquier cosa que no sea la respuesta más neutra podría delatarme, y él ya parece albergar algunas sospechas.
Su sonrisa salvaje regresa.
—Hablando de hermanas... ¿cómo está mi prometida?
Esto sí que no puedo dejarlo pasar. Le sostengo la mirada, dejando que vea el hielo en mis ojos.
—Hyesook no es tuya. Nunca lo fue, y nunca lo será.
—Eso no es lo que dice nuestro contrato matrimonial.
—Ese contrato fue anulado por la muerte de mi padre, y tú lo sabes.
—¿Lo sé? —Se inclina hasta que estamos casi nariz con nariz. En su rostro no queda ningún atisbo de humor, sus facciones duras están estampadas con un lustre inconfundible de crueldad. En un tono letalmente suave, dice—: Dile a Hyesook que ya es hora. Me cansé de ser paciente. Y dando un paso atrás, sale por la puerta.
...
La furia al rojo vivo aún arde en mi pecho cuando el Tesla de Jay llega al avión.
—Gracias por esperar —dice, bajando—. Pensé que sería mejor darte esto en persona. —Me entrega un pendrive.
—¿Felix?
Asiente.
—Es difícil de explicar. Hiciste bien en hacerme indagar más. El chico no es quien parece.
Mierda.
—¿Mafia?
—Tal vez. Mira el vídeo. Mis chicos están haciendo todo lo posible para saber más.
Hijo de puta. Quiero exigir todas las respuestas, ahora, pero el avión está listo para partir, y necesito ponerlo al tanto de mi encuentro con Alexei. Lo hago, rápidamente, y cuando llego a la parte de Hyesook, veo la misma furia reflejada en su rostro.
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¹Guarida del diablo || Hyunlix✔
RandomNo soy el único que tiene secretos. Mi refugio seguro podría ser la guarida del diablo, y una vez que me haya reclamado, será demasiado tarde para huir. -Adaptacion. -Hyunlix.