—¿Qué carajo crees que estás haciendo? —Mi voz es baja y agradable, mi expresión neutral cuando me dirijo a mi hermana en coreano. Frente a mí, Felix tiene la cabeza inclinada hacia Hyunsoo, hablándole sobre la comida en su plato como si él pudiera entenderlo, y lo único en lo que puedo pensar es en lo mucho que deseo estirarme a través de la mesa y arrancarle ese colgante de su suave garganta delgada, justo después de estrangular a la persona que se lo dio.
—Me pediste que lo ayude a vestirse. —El tono de Hyesook coincide con el mío, incluso cuando la diversión fría brilla en sus ojos—. ¿No te gustan los resultados?
—¿De dónde lo sacaste? —Dejo caer mi voz aún más cuando Hyunsoo nos echa un vistazo con curiosidad. A diferencia de su maestro estadounidense, entiende exactamente lo que estamos diciendo, aunque no el contexto de todo—. Pensé que estaba perdido.
—¿El collar favorito de mamá? Difícilmente. —La sonrisa de Hyesook es tan brillante como el diamante resplandeciendo en el cuello de Felix—. Me lo dio para conservarlo. Justo antes de... ya sabes. —Espera mi respuesta. Al no conseguir ninguna, agita sus pestañas con inocencia exagerada—. ¿No te gusta como le queda? Pensé que era perfecto para este atuendo... y para tu bonito juguete nuevo.
Mis molares se aprietan, pero mi comportamiento exterior permanece tranquilo. Ahora entiendo a qué está jugando Hyesook, y no pretendo dejarla ganar.
—Tienes razón. Es perfecto, y el también. Gracias por ser de gran ayuda.
Sin esperar su reacción, dirijo mi atención a Felix, ignorando la rabia candente recorriendo por mis venas cada vez que la piedra reluciente llama mi atención. Ese colgante es todo lo que he podido ver desde que Felix vino a la mesa, así que ahora observo su apariencia real, y mientras lo hago, la furia ardiendo dentro de mí se transforma en lujuria fogosa.
Es hermoso. No, más que eso. Es impresionante, una pintura de un dios griego cobrando vida. Como en la foto que vi antes. Cualquier cosa que haya hecho mi hermana ha mejorado el resplandor que me cautivó desde el principio, enfatizando la tierna belleza radiante de Felix.
El tipo de belleza que casi pide un toque despojador.
Mi mirada va desde su rostro hasta sus brazos frágiles, luego, saltando decididamente sobre el colgante. Veo las costras de color rojo oscuro en su brazo izquierdo.
¿Qué carajo?
Parecen heridas punzantes, profundas.
—Dijo que se cayó sobre un vidrio roto —murmura Hyesook en coreano, tan extrañamente sintonizada conmigo como siempre—. Interesante, ¿no?
Ciertamente, así es. Si bien, en teoría, es posible caer sobre vidrios rotos y terminar con heridas punzantes, es mucho más probable que uno se corte.
—Me pregunto si fue apuñalado o atrapado por metrallas — continúa Hyesook, repitiendo mis pensamientos una vez más—. ¿Qué opinas? Mi apuesta está en lo último.
Me obligo a parecer desinteresado, aburrido por el tema.
—Creo que se cayó sobre unos vidrios rotos. —No le he contado a mi hermana sobre el informe adicional que encargué al equipo de Jay, y no planeo hacerlo.
Felix es mi misterio por desentrañar, mi rompecabezas por resolver. Mi juguete bonito para jugar.
Sus ojos se encuentran con los míos, y aparta la vista rápidamente, su mano apretándose en su tenedor mientras su pecho sube y baja a un ritmo más rápido. Sonrío oscuramente, observándolo. Lo inquieto, lo pongo nervioso, y no es solo la tensión sexual lo que calienta el aire entre nosotros. Capté la forma en que miró mis nudillos golpeados durante el almuerzo, vi las preguntas en sus ojos.
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¹Guarida del diablo || Hyunlix✔
RandomNo soy el único que tiene secretos. Mi refugio seguro podría ser la guarida del diablo, y una vez que me haya reclamado, será demasiado tarde para huir. -Adaptacion. -Hyunlix.