¹Guarida del diablo || Hyunlix✔

Cap 18

Para mi alivio, el almuerzo con los Hwang es un asunto mucho más informal que la cena. Bueno, Hyesook aún está vestida como si estuviera en una fiesta cóctel de lujo, pero Hyunjin usa jeans oscuros con una camisa polo blanca, y nadie regaña a Hyunsoo por sus pantalones cortos y camiseta mientras nos sentamos a la mesa, que nuevamente está cargada de todo tipo de deliciosas ensaladas, embutidos y acompañamientos.

¿Todos los coreanos comen así, o solo esta familia? Si esto es algo de cada comida, no tengo idea de cómo no son gordos. Aún estoy lleno, después de haber desayunado hace solo un par de horas, pero no hay forma de que no me atiborre de esta pasta.

Todo se ve tan increíblemente bien.

—Felix, ¿qué tal tu primera noche con nosotros? —pregunta Hyesook cuando hemos llenado todos nuestros platos—. ¿Dormiste bien?

Le sonrío, aliviado tanto por la pregunta inofensiva como por el tono amistoso. Temía que aún podría estar enojado conmigo después del incidente de esta mañana.

—Gracias, dormí muy bien. —Y es verdad, aparte de la pesadilla, era el mejor sueño que he tenido en semanas.

—Eso es bueno —dice ella, cortando lo que parece un huevo elegante relleno—. Pensé que escuché algo en tu habitación alrededor de las tres, pero debe haber sido mi hermano regresando de una de sus carreras en medio de la noche. —Le lanza a Hyunjin una mirada de soslayo, y me ocupo de la comida en mi plato, agradecido por la explicación.

Anoche debo haber gritado ruidosamente. Eso, o Hyesook me escuchó caer de la cama.

—Salí a correr —dice Hyunjin—, así que debe haber sido eso. —Sin embargo, cuando miro hacia arriba, sus ojos están fijos en mí, estudiándome con una expresión ilegible.

¿Sospecha algo?

Dios, espero que no me escuchara gritar ni caer.

Luchando contra el impulso de retorcerme en mi asiento, bajo la mirada y me congelo, contemplando sus manos. Lleva un cuchillo en una y un tenedor en la otra, estilo europeo, pero eso no es lo que me llama la atención.

Son sus nudillos. Están enrojecidos e hinchados, como si hubiera estado en una pelea a puñetazos.

Mi pulso se acelera cuando aparto la mirada, luego le echo otra mirada a sus manos.

Sí. No me lo imaginé. Los nudillos de Hyunjin son un desastre. En general, sus grandes manos masculinas parecen haber visto mucha acción, con callos en los bordes de sus pulgares y cicatrices descoloridas en algunos otros lugares. Incluso sus uñas cortas y bien arregladas no pueden ocultar la verdad.

Estas no son las manos de un playboy adinerado. Pertenecen a un hombre íntimamente familiarizado con el trabajo manual duro o la violencia.

Las sospechas que casi había reprimido regresan, y esta vez, no puedo fingir que son infundadas. Algo en los Hwang me pone nervioso.

¿Quiénes son? ¿Por qué están aquí? Puedo ver a una familia extranjera rica pasando un par de semanas en un lugar como este como una "desintoxicación en la naturaleza", pero ¿mudarse aquí? Alguien tan glamorosa como Hyesook pertenece a París, Milán o Nueva York, no a un rincón de Las Vegas donde hay más osos que personas. Lo mismo ocurre con Hyunjin, con sus delicados modales cosmopolitas y su insistencia en los atuendos en la cena al estilo Downton Abbey.

Mis empleadores nuevos son el epítome del jet set, al menos si uno ignora las manos de luchador callejero de Hyunjin.

Me obligo a apartar la mirada de esos nudillos de aspecto enrojecidos y me concentro en el niño a mi lado, que nuevamente está comiendo tranquilo y silenciosamente. Me doy cuenta, de manera desconcertante. ¿Qué niño de cuatro o cinco años no juega al menos un poco con su comida? ¿O exige en ocasiones la atención de un adulto? Sé que el niño puede sonreír, reír y jugar como cualquier otro niño de su edad, entonces, ¿por qué se convierte en un robot del tamaño de un niño a la hora de comer?