𝐑𝐨𝐜𝐤𝐞𝐭 𝐐𝐮𝐞𝐞𝐧 𝐥𝐥 ~ 𝘌𝘥𝘥𝘪𝘦 𝘔𝘶𝘯𝘴𝘰𝘯

[4] El beso

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Eddie.

Era lunes por la mañana cuando los chicos y yo nos dirigimos al estudio, ahí nos reuniríamos con el resto del equipo. _____ decidió acompañarnos, aún le faltaba una hora para su trabajo. Paige no dejaba de repartir instrucciones en general mientras caminaba de un lado a otro, ejerciendo ademanes como toda una profesora de secundaria.

Allison fue la última en llegar al estudio, portando una vestimenta bastante coqueta, una falda roja de cuero con mallas red oscuras y una blusa del mismo color de su falda, que llegaba por debajo de sus senos. La vista era de infarto. Por un momento llegué a pensar que quizá se colocó el atuendo del videoclip antes de llegar a Las Vegas, así se ahorraría tiempo.

—Disculpen la tardanza—sonrió avergonzada jugueteando con un mechón rubio que caía sobre el hombro.

—No es nada, Alli, ahora que estamos completos, podemos irnos —informó Paige girándose a nosotros.

Mi ____ se tensó al escuchar aquellas palabras, me dio un poco de ternura y a la vez tristeza por los días que me mantendría alejado de ella. No quise imaginar como me sentiría cuando estuviera de gira durante semanas.
Salimos abrazados de la oficina, una furgoneta blanca nos estaba esperando para trasladarnos al aeropuerto.

—Intentaré llamarte dos veces al día, por favor cuídate mucho, preciosa —me incliné a la altura de su rostro y deposité un pequeño beso en sus labios.

—Tú también, por favor —acarició mi mejilla brindándome una sonrisa escasa. Muy triste.

—Daré lo mejor de mi para que todo salga de maravilla y pueda volver cuanto antes.

Dicho esto la envolví entre mis brazos, sus cervicales tronaron como pan crujiente, ella gruñó como respuesta. ____ no dejaba de acariciarme el cabello desordenado y yo no dejaba de repartir suaves caricias sobre su espalda baja.

—Eddie... —murmuró sobre mi pecho alzando la mirada para encontrarse con mis ojos.

—¿Si, nena?

—Estoy muy orgullosa de ti, corazón, llegarás muy lejos, mucho más de lo que has logrado hasta ahora —musitó con la voz entrecortada—. Y yo estaré ahí, apoyándote siempre.

Sonreí ligero, pero con dulzura. Sus palabras reconfortantes me habían llenado de aliento, eran el impulso que necesitaba para seguir con la motivación por ella y por nuestro futuro. Nunca antes me había enamorado como lo hice con ella, es más, pensaba que esta mierda era una completa basura. Pero esta chica latosa que solía molestar en el comedor escolar, la misma que me hizo pasar vergüenza con el conserje en el cuarto de limpieza, me hizo cambiar de opinión. ____ me tenía completamente loco y a sus pies.

La voz de Paige desde el asiento copiloto nos hizo romper el abrazo. Ahora si, se nos estaba haciendo tarde.

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