❝ Deseaba tanto volver a besarla ❞ |+18
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Después del gran salto a la fama, corroded coffin se convirtió una de la bandas mas reconocidas a nivel nacional. Estarán envueltos en diferentes escándalos, rumores...
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Guardé un par de prendas en mi mochila, me senté en la orilla de la cama y reflexioné sobre la situación que estaba viviendo.
¿Por que, él? ¿por qué rayos tuvo que ser Billy y no otro chico?
Pareciera como si... como si estuviera pasando por una etapa donde hiciera lo que hiciera, todo tendría el mismo resultado final.
Uno muy pero muy malo.
O tal vez se trataba del Karma que estaba a punto de cobrar factura por el crimen que cometí hace dos años. Espero y no sea así, porque sinceramente no sabría como manejar la situación.
Me levanté del colchón, tomé la mochila y me la colgué el hombro para abandonar la habitación. Llegué a la sala y un coro de risas dentro del televisor, no dejaba de resonar cada vez que el conductor soltaba algún comentario divertido para el público. Noté que el señor Cunningham se había quedado dormido, entonces apagué el televisor y me dirigí hacia el teléfono para llamarle a Eddie. Ya era de noche, probablemente se encontraba en casa.
—Hola —respondió agitado.
—¿Eddie? —hablé en susurro para evitar despertar al padre de Chrissy.
—Ey, nena ¿cómo estás, todo bien? —sonaba como si tuviera o lengua entumecida.
—Si, ¿tú lo estás?
—En realidad, no. Ahg... fuimos a un restaurante de comida mexicana, mordí un jalapeño por curiosidad y terminé escupiéndoselo a un calvo que se me atravesó en el camino.
—¡Estaba sentado en su lugar, tú te giraste desesperado y se lo escupiste porque no aguantaste el picor! —la voz de Gareth se escuchó a lo lejos.
—¡Cierra la boca, Emerson, así no fueron las cosas! —protestó Eddie y Gareth se echó a reír.
—¡Confundiste la calva del viejo con un cesto de basura! —Gareth seguía hablando entre risas— ¡eres un demente!
—¿Qué hiciste qué? —comencé a reír por lo bajo.
—Nada, pshpsh... parece que tenemos una interferencia en la señal pshpsh.
—Escuché claramente todo, señor Munson.
—Psh...psh...
—Eddie.
—Pshh.
—Edd.
—Psh...
—¡Eddie! —espeté mas seria.
Él soltó una carcajada.
—Que amargada, señorita ____. Su paciencia y la mía son tan similares, ¿lo sabía?
