[8] Billy Hargrove

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1 mes después:

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1 mes después:

Su firme erección divagaba en el centro de mi vulva, teniéndome sentada sobre su regazo con los brazos rodeándole el cuello en tanto me movía en círculos a ritmo controlado para estimular mi punto sensible. Sentía el intenso roce de nuestros sexos ardiendo por la fricción e intercambiando fluidos que brotaban de nuestro interior, mientras él jadeaba exasperado sobre mi boca embriagándome con su cálido aliento. Sus suaves y carnosos labios exigían la misma respuesta al momento de atacar los míos.

—Odio la tortura, nena... —musitó jadeante—ponle fin al maldito juego y déjame hundirme en ti.

—¿Débil, Munson? —sonreí perversa aumentando los movimientos de cadera, esta vez me aseguré de ejercer pequeños saltitos sobre su glande para estimularlo con mayor intensidad. Él dejó escapar un fuerte gemido, echando la cabeza hacia atrás sin dejar de presionar mis glúteos con sus manos.

—Tú ganas, cancelaré el concierto de esta noche —dijo en un hilo de voz y yo sonreí internamente—. Agh~ maldita manipuladora, sabes como convencerme.

—¿Si? —lamí su cuello, empujando la cadera de atrás hacia adelante— pero tú aún no me convences, Edward. No he cedido lo suficiente para que me hagas tuya otra vez —me levanté de él fingiendo un bostezo—. Ni modo, ya me dio sueño, buenas noches.

Él no se esmeró en responderme, sujetó mis muñecas y volvió a sentarme encima de sus piernas abiertas, apartó el cabello que cubría mis hombros y hundió el rostro en mi cuello, atacándolo con hambrientos besos y lamidas, con las manos presionó mis senos por igual, pellizcándome los pezones. Un gemido salió de mi boca cuando empezó a intercambiar succiones en cada uno. Me retorcía de placer arqueando la espalda mientras permanecía con la boca semi abierta. Acto seguido separó mis glúteos y comenzó a frotar su firme erección en medio de estos.

Nuestras miradas lujuriosas volvieron a encontrarse, él me deseaba tanto como yo a él. En estos últimos días nos habíamos distanciado, debido al exceso de trabajo por parte suya. Como presentaciones nocturnas en diferentes escenarios y bares «más de la cuenta», o las reuniones en el estudio durante el día. Sentía que nuestra relación había pasado a la fase de "supervivencia", y eso era sumamente preocupante para mi.

Lo tomé del mentón y me acerqué a sus labios para volverlo a besar, sumergiendo la lengua en el interior de su boca. Eddie correspondió de la misma manera, succionando la punta de mi lengua y volviéndola a soltar. Ambos emitíamos gruñidos placenteros por nuestras gargantas.

Hasta que cortó el beso.

—No seré gentil esta vez, ____—alineó su glande en mi entrada y en un solo deslizamiento dejó caer mi cadera en su miembro hundiéndose de una sola estocada. Un grito escapó de mi boca mientras me aferraba a sus hombros y encajaba las uñas en su piel, el ardor era soportable —. ¿Te lastimé?

𝐑𝐨𝐜𝐤𝐞𝐭 𝐐𝐮𝐞𝐞𝐧 𝐥𝐥 ~ 𝘌𝘥𝘥𝘪𝘦 𝘔𝘶𝘯𝘴𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora