Capítulo 39

122 23 4
                                    



La sombra de la muerte



JungKook continuaba abrazado a Yoongi sin apartar la mirada del nubarrón espeso y negro que se precipitaba sobre ellos. Yoon, que había adoptado una postura y una apariencia irreconocible, le clavaba las uñas a través de la tela de su traje blanco. Pero al mirar de soslayo vio que no eran manos lo que le sujetaba, sino una especie de garra larga con uñas afiladas.

Kook dejó de mirar la nube negra y observó a los otros tres demonios. Todos estaban igual. Su piel había cambiado de color tornándose oscura, los ojos carecian de pupilas y el color de su cabello también había cambiado dándole un aspecto amenazante. De la base de sus espaldas aparecían sendas colas que acababan en forma de punta e incluso sus cuerpos parecían más musculosos y firmes.

JungKook comprendió dos cosas: la primera es que aquella era su verdadera forma (eran demonios y aquella era su verdadera apariencia) y la segunda es que algo malo iba a suceder.

Un estremecimiento lo recorrió de pies a
cabeza y pensó en su hermana. Aquella figura gigantesca y horripilante parecía venir de Hanok. ¿Y si había ocurrido algo en el pueblo? El corazón le golpeaba con fuerza el pecho y un fuerte nudo comenzó a apretarle los pulmones y el estómago. Tenía que ir, decidió, tenía que ir a Hanok. Pillando a Yoongi de improvisto, Jungkook se soltó de su agarre protector y se puso en pie para salir corriendo hacia el pueblo y hacía su hermana. Kook se preparó para echar a correr cuando hablaron dos voces a la vez.

- ¡Señor JiMin! - gritaron con tono alarmante. Sin duda fueron Seung y  EunBi.

El susodicho se giró y vio sus intenciones
escritas en los ojos. Sin pensarlo se
acercó a jungkook volando para sujetarlo pero, nuevamente, lo atravesó sin dificultad.  Queriendo aprovecharse de ello, Jungkook echó a correr pero otros brazos lo sujetaron. Una melena ahora plateada, se coló en su campo de visión y supo que eran los brazos del cocinero los que la aprisionada sin esfuerzo.

Recuperando la compostura y escondiendo el dolor desgarrador y el miedo que atenazaba su corazón, JiMin se dirigió a Jungkook hecho una furia.

-¿Es que te has vuelto loco? ¿Se puede saber que es lo que pretendias? - gritó enfurecido y algo histérico. Apretaba y cerraba los puños con fiereza y si pudiese no tendría reparos en zarandearlo. Su voz no parecía de aquel mundo.

JungKook tragó saliva sintiendo que su propio miedo estaba haciendo mella también en él y que, si no se controlaba, él también perdería los papeles.

- Tengo que ir a Hanok. Esa cosa viene de allí - dijo intentando que su voz sonase normal y no chillona. No le funcionó demasiado.

- De aquí no se va nadie. ¿Es que quieres morir? Esa cosa es muy poderosa y además... - no pudo acabar la frase. Un fuerte trueno los ensordeció a todos y las almas chillaron llenas de terror a la vez que los diablillos hacia extraños sonidos lastimeros.

-¡JIMIN! -. Su nombre sonó más
ensordecedor que el trueno y se quedó
completamente petrificado.

Una gota de sudor frío le recorrió la espalda.

JiMin no podía moverse. Le sudaba
terriblemente todo el cuerpo mientras el horror lo inundaba y lo hacía preso de su poder. ¿Cómo olvidar esa profunda y asquerosa voz? Era él, estaba completamente seguro y sin embargo era completamente imposible. Una vocecilla de su interior le dijo que tenía que actuar, que lo más importante en aquel momento no era su asombro o su miedo; tenía que poner a salvo a los habitantes de su castillo.

Pero era incapaz de pensar y reaccionar. Vívidas imágenes se sucedieron en su cabeza y sintió que se ahogaba. Se miró las garras y les pareció verlas manchadas de sangre, de la sangre de su amada JungMin. Miró hacia adelante y la vio atada a a una columna y con sus ojos sin sombra de ceguera que lo contemplaban lleno de odio. Su voz resonó en sus oídos.

-¡No te me acerques monstruo! ¡Eres un monstruo, un demonio como los que han matado a mi familia!

- JungMin yo... yo no quería mentirte. No quería que esto pasara, Yo...

- ¡Cállate basura! Eres un mentiroso que ha venido a devorar mi alma. ¡Eres un asesino! ¡Te odiol ¡¡TE ODIO!!

- JiMin - le apremió una voz angustiada.

El demonio parpadeó con el rostro sudoroso y contempló la realidad, Minho, frente a él, lo zarandeó con el rostro ceniciento.

-¡Tenéis que recuperar la serenidad sino
estaremos perdidos!

El demonio asintió y miró fijamente la figura de Naburus que estaba comenzando a encogerse no así todo su poder. Pero él era Araziel hijo del duque Abigor y el ángel caído Asbel, Él era el predilecto de Satanás y un candidato a príncipe del infierno. ¡Era el señor de aquel castillo y la única oportunidad de todos ellos! Puede que no fuese tan poderoso como antaño pero al amor y el cariño que sentía por cada uno de ellos le daría fuerza.

os pondré a salvo - se dijo -. No permitiré que ese loco os haga daño por mi culpa. Si alguien tiene que morir seré yo.

- Minho llévate a las almas a la torre de plata y protégelas. No puede apoderarse de ellas.

- No pienso irme de su lado señor yo...

- ¡Es una orden! - gritó con fuerza y
autoridad.

El mayordomo lo miró lleno de admiración y le dedicó una sonrisa.

- Tu madre estaría orgullosa de ti. Obedeceré - y se marchó hacia las almas. Estas se arremolinaron junto a Minho y tomando forma de esferas luminosas, siguieron al mayordomo hacia la torre de plata. No se percató de que dos almas se quedaban atrás.

- Vosotros iros también - les dijo JiMin a los atemorizados diablillos- y llevaros a Jungkook.

Kook clavó su mirada castaña en él y se deshizo de los brazos protectores de Hoseok. El cocinero tampoco tenía sobre él ninguna resistencia.

-Yo no me voy - declaró tajante. JiMin  resopló mirando de soslayo la figura en forma demoníaca que estaba sobre sus cabezas.

- No discutas conmigo y obedece - dijo con serenidad.

Kook obstinado negó con la cabeza y se cruzó de brazos.

- No, me quedaré a luchar con vosotros.

¿Es que estaba loco? ¿Qué sabría él de
luchas demoníacas? ¿Era tan difícil de
entender que lo quería lejos de allí y a salvo? No podía permitir que resultase herido o muerto. Si a él le ocurriese algo por su culpa jamás podría perdonárselo. Ya no sería capaz de volver a levantarse ni de vivir.

- Jungkook por favor - le suplicó. - Necesito saber que es esa cosa y lo que a ocurrido en Hanok. No voy a dejarte solo - declaró con pasión en la voz.

-Y tanto que vas a dejarme solo. - Miró a los diablillos -. Lleváoslo.

Estos asintieron agarrando a kook por el brazo. Pero no pudieron ir muy lejos.

- ¡DE AQUÍ NO SE MUEVE NADIE!

La figura demoníaca con alas y dos retorcidos cuernos apuntó con sus dedos al grupo y JiMin casi no fue consciente de cómo estos se alargaba con una rapidez sorprendente. Se escuchó un gorgojeo y el demonio abrió desorbitadamente los ojos.

Los afilados dedos de Naburus habían atravesado el vientre de Jungkook.

Kook contemplaba su propio cuerpo sin dar crédito a lo que estaba viendo. Su traje blanco y azul se tornó rojo por segundos mientras sus manos temblorosas subían de sus costados a su vientre. Los afilados y letales dedos de la abyecta criatura salieron del cuerpo de kook desgarrándolo más y produciendo un sonido que ninguno de ellos sería capaz de olvidar jamás.

JungKook con los ojos vidriosos y desenfocados intentó buscarle y JiMin sintió, por primera vez en su vida, como su corazón - un corazón que los demonios no poseían - latía sobre su garganta con una fuerza arrolladora. Jungkook comenzó a doblar la espalda hacia atrás y a caer mientras que JiMin era incapaz de apartar la vista de él.












----------------------------------

Holiii, este sería el último capitulo de hoy, estaré trabajando en los demás. ^^
Gracias por la paciencia que me han tenido.

El Castillo de las Almas (Amante Demonio)JIKOOK👣 adptDonde viven las historias. Descúbrelo ahora