Capítulo 32

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  Yaneri2499    

jikookamorpuro

Es cortito pero igual así se los dedicos.

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Humanos

Tic tac.


Habían pasado quince minutos desde que MinHo pronunció la primera silaba hasta que había dicho la última.

Tic tac.

Jungkook se obligó a relajar los músculos y miró al mayordomo. Él tenía la vista perdida en un mar de recuerdos y no parecía estar en la misma habitación que él.

Tic tac.

-Recuerdo como si estuviese pasando ahora mismo, como mi pequeño señor vino a mí con el rostro resplandeciente y una sonrisa feliz en los labios. Me dijo que estaba locamente enamorado y que se sentía el demonio más feliz de todo el mundo. -MinHo volvió al tiempo presente y lo miró. Él quiso rehuirle la mirada, le dolía la sinceridad de aquellos ojos burdeos, pero no pudo. La mirada del demonio lo hipnotizaba de tal manera que era incapaz de apartar la mirada por mucho que se lo pidiese el corazón.

Toda aquella historia del pasado de JiMin lo estaba afectando de un modo inimaginable. Nunca hubiese imaginado que su infancia fuese tan dura y que la amistad entre él y JiHo hubiese surgido de un modo tan noble. Y ahora yo lo he estropeado todo -pensó -. Yo los he separado cuando no tenía derecho alguno.

Su amistad había sido bonita y pura. Una amistad nacida de la nada y conservada a base de la confianza y del cariño. Y él había truncado aquella confianza y aquel cariño. No podía perdonarse aquello. Tenía que pedirle perdón a los dos y conseguir que hiciesen las paces. Él iba a marcharse de todos modos ¿para qué, entonces, seguir peleados?

-¿En que pensáis JungKook?-quiso saber el mayordomo. Él se pasó una mano por la cara para intentar despejarse. Todo aquello había sido demasiado abrumador para él.


-En JiHo.


-No os reprochéis lo que pasó ayer señorito. Algo parecido ocurrió hace cien años. Su amistad no se romperá así como así. Los dos se quieren demasiado. Solo intentan protegerse el uno al otro lo mejor que pueden.

Aquello lo tranquilizó en parte pero no desechó la idea estrambótica de su cabeza de ir en busca de JiHo y hablar con él. Cuando él se marchase -incuso antes de eso -, JiMin le necesitaría. Pero aquello no era lo que más le preocupaba. ¿ Cómo negarse así mismo la punzada de celos al escuchar de qué modo se había enamorado de JungMin? De una forma u otra, se había visto reflejado en aquella historia, como un mero sustituto. JiMin y JungMin se habían conocido en el baile al igual que JiMin y él en el baile de la boda de su hermana. ¿Por qué el destino era tan cruel? ¿Por qué tenía que ser una situación tan parecida y dolorosa?

¿Y cómo podía JiMin celebrar esa festividad donde había tantos recuerdos amargos y perdidos?

Jungkook miró intensamente a MinHo y este asintió.


-Hoy hará cien años de ese baile que unió el destino de Jimin con el de JungMin.

-¿ Y entonces por qué lo hace? Seguramente será un tormento para él tener que celebrar este día.

Si Jungkook fuese él no se atrevería a hacerlo. Serla demasiado para su cordura tener que soportar la música, los bailarines girando y las risas y la felicidad de otros. No podría.

-¿Sabéis que hace que todos seamos seres humanos? -preguntó MinHo. Él negó con la cabeza muy lentamente .- Lo que hace que, incluso un demonio, sea humano no es la capacidad de odiar, ni tampoco la de amar. No. Lo que nos une a todos es la añoranza. Las ganas de revivir una y otra vez los momentos felices. Las ganas de poder volver atrás.


Tic tac.

Tic tac.

Tic tac.

El Castillo de las Almas (Amante Demonio)JIKOOK👣 adptDonde viven las historias. Descúbrelo ahora