Podemos hablar?Xfa??
WTF, Allie. Después de todo por lo q hemos pasado, merezco algo más de esto.
No ibas n serio cuando dijiste q habíamos terminado, no?
Puedes, x favor, CONTESTAR?
Joder!!Sabes q? A la mierda. Quieres ignorarme? Ok. Como veas.
Seis mensajes me esperan cuando reviso mi teléfono móvil a la salida del gimnasio delcampus la noche del viernes. Son todos de Sean, mi ex desde anoche. Y aunque suprogresión emocional, de súplica a cabreo, no me pasa desapercibida, no puedo evitarfijarme en sus errores gramaticales.
Merezco más de esto.
«De», en vez de «que». Y dudo que el culpable sea el autocorrector, porque Sean no es precisamente el más listo de la clase.Bueno, eso no es del todo cierto. Es super inteligente para algunas cosas. Como por ejemplo... para el béisbol. En serio, podría recitar las estadísticas al revés, incluso lasque se remontan a los años sesenta. Pero todo lo que tenga que ver con los libros no es su fuerte. Ser un NOVIO MARAVILLOSO tampoco entra dentro de su lista de fortalezas, por lo menos, no en los últimos días.
Nunca he querido ser una de esas chicas que corta y vuelve con el mismo chico una y otra vez. De verdad pensaba que yo era más fuerte, pero Sean McCall me tiene atrapada desde mi primer año en la Universidad Briar. Me conquistó con su look pijíny su sonrisa de niño pequeño. Esa bonita sonrisa, torcida, con sus hoyuelos... y llena de promesas.
Miro mi teléfono de nuevo y mi desconfianza crece como la yedra del edificio que tengo a mi espalda. ¡Argh! ¿De qué quiere hablar? Anoche ya nos dijimos todo lo que nos teníamos que decir. Cuando le aseguré que habíamos terminado, antes de salir corriendo de su casa en la fraternidad, iba muy en serio.Hemos terminado de verdad. Esta es nuestra cuarta ruptura en tres años.
No puedo seguir haciéndome esto a mí misma, no puedo seguir en este círculo retorcido de alegría y dolor, sobre todo cuando la persona con la que se supone que debería estar construyendo un futuro está decidida a lastrarme. Aun así, me duele el corazón. Es difícil dejar marchar a alguien que ha sido una parte muy importante de tu vida durante tanto tiempo. Y es aún más difícil cuando esa persona se niega rotundamente a dejarte marchar.
Suspirando, bajo corriendo las escaleras y me dirijo al sendero empedrado que atraviesa serpenteando el campus. Por lo general, me tomo mi tiempo en admirar el paisaje: los magníficos edificios antiguos, los bancos de hierro forjado, los inmensos árboles. Pero esta noche solo quiero correr hasta mi residencia, taparme con el edredón hasta la cabeza y aislarme del mundo.
Por suerte puedo hacerlo, porque mi compañera de cuarto, Hannah, está fuera este fin de semana, lo que significa que no podrá darme lecciones sobre los peligros emocionales que tiene revolcarme en mi propia miseria.Aunque anoche no me dio ninguna lección. No, en vez de eso, asumió la responsabilidad de mejor amiga y lo hizo fenomenal. Después de salir de la casa de Sean, Hannah me esperaba en nuestra sala común con un bote de helado, una caja de Kleenex y dos botellas de vino tinto, y se quedó despierta hasta la madrugada pasándome pañuelos de papel y escuchando mi incoherente balbuceo.
Las rupturas son una MIERDA. Siento que he fracasado totalmente. No, mejor dicho, me siento como una desertora. El último consejo que mi madre me dio antes de morir fue que nunca me diese por vencida en el amor. En realidad, ya me había inculcado eso mucho antes de ponerse enferma. No conozco todos los detalles, pe rono era ningún secreto en casa que el matrimonio de mis padres estuvo a punto de desmoronarse más de una vez durante los dieciocho años que estuvieron juntos. Pero se esforzaron en seguir adelante. Trabajaron duro por la relación.Cada vez que pienso en que ayer dejé a Sean, se me revuelve el estómago.
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THE SCORE
RomansaAllie está en modo crisis. No sabe qué hacer con su vida, acaba de dejar a su novio y, en un momento de locura, se enrolla con Dean Di Laurentis, el tío más guapo y más ligón del campus. Hay que reconocer que no estuvo nada, nada mal. Pero lo último...