Narra Dean
—Ohhhh, míralo, G, es tan precioso cuando duerme.
—Como un ángel.
—Un ángel muy zorrón.
—Espera... ¿Los ángeles echan polvos? Y si es así, ¿son los orgasmos celestiales un millón de veces mejor que los orgasmos terrestres? Apuesto a que sí.
—Pues claro, tío. ¿De dónde crees que vienen los arcoíris? Cada vez que veas un arcoíris significa que un ángel se acaba de correr.
—Ah. Tiene sentido. Es algo así como eso que dicen en Qué bello es vivir de que cada vez que suena una campana, un ángel consigue sus alas. —Exacto.
Abro un ojo y lo dirijo hacia la puerta. —Os puedo oír, ¿sabéis?Mi tono cabreado pone fin a la conversación más extraña que he oído en mi vida.
—Oh, guay, estás despierto —dice Logan.
—Por supuesto que estoy despierto —me quejo, frotándome los ojos—. ¿Cómo se supone que voy a dormir cuando dos subnormales están a los pies de mi cama hablando de ángeles que eyaculan?
Garrett suelta una risa. —Como si yo fuera el primero en preguntarse algo así.
—Créeme, lo eres. ¿Cuándo habéis vuelto?
Logan apoya uno de sus inmensos hombros contra el marco de la puerta. —Hace aproximadamente una hora. Gracie tenía que estar de vuelta antes detiempo, porque tiene programa de radio esta noche.
Asiento con la cabeza. La novia de Logan trabaja como productora en la emisora de radio del campus. Lo que me recuerda...
—¿Estás pensando en llamar otra vez para confesarle tu amor? —preguntocachondeándome de él.
Suspira.
Nunca vas a dejar que olvide eso, ¿verdad?
—No. —Aunque me habría encantado que alguien hubiera grabado ese programa de radio, así podría extraer algunas de las frases que soltó y torturarle con ellas.
Después de meter la pata y casi perder a Grace el pasado fin de semana, Logan lareconquistó llamando al programa de consejos sentimentales que ella produce ydiciendo las cosas más cursis que uno se pueda imaginar. A veces Logan mepreocupa.Lanzo el edredón a un lado y salgo de la cama en bolas. Mis compañeros de pisosiguen en la puerta.Encuentro un par de calzoncillos limpios y me los pongo. —Juro por Dios que si me decís que lleváis mirándome dormir una hora como unos putos locos, voy a llamar a la policía.
—El entrenador ha llamado —me dice Garrett—. Dice que te ha intentado llamar toda la mañana, pero que no le has cogido. Te quiere ver en el campo en una hora.
—¿Por qué? —pregunto con recelo.
Garrett se encoge de hombros. —Ni puta idea. Tal vez se ha enterado de que te has pillado un pedo este finde... Porque te has pillado un pedo, ¿a que sí? Y te quiere echar la bronca.
—¿Cómo iba el tío a saberlo? No tiene detectives privados vigilándonos.
—Tronco, el entrenador es como el espía de Juego de tronos. Sus fuentes son infinitas.
Mierda. Con suerte no me espera uno de esos sermones infinitos del entrenadorJensen sobre que no nos metamos en líos. No tenemos permitido beber ni drogarnosdurante la temporada, pero eso no nos impide pillarnos alguna cogorza o fumarnos unporro de vez en cuando. Aun así, nunca he fallado una prueba de orina ni hemanchado el buen nombre del equipo en mis juergas, así que no estoy seguro de porqué el entrenador está dándome el coñazo con el tema constantemente.
—¿Hannah sigue aquí? —le pregunto a Garrett mientras elijo unos pantalones. —Naah, se fue a casa. Su plan es tener un «día de chicas» con Allie.
Menos mal que estoy dándoles la espalda, porque cuando dice el nombre de Allie,mi pene se pone a media asta. Maravilloso. ¿Ahora me pongo cachondo solo con oírsu nombre?
—No hiciste nada estúpido cuando estuvo aquí, ¿verdad? —El tono de Garrett está lleno de sospecha.
Me la tiré dos veces. Así que... ¿sí?
Me muerdo la lengua y me pongo una camiseta y una sudadera con capucha azul marino con el logotipo de Briar.
—Me he portado como un perfecto caballero.
Logan resopla. —Bueno, sería la primera vez.
—Que te jodan. Resulta que soy experto en el arte de la caballerosidad.
—Eso no es un arte. —Logan resopla y desaparece de la habitación, pero Garrett se queda.
Me estudia la cara durante tanto tiempo que consigue cabrearme.
—¿Qué pasa?—Murmuro.
—Nada —dice, pero aún tiene una expresión de sospecha cuando sale de mi cuarto.
Cuando entro en el baño para lavarme los dientes, me doy cuenta de que el chupetón morado de mi cuello es todavía muy, muy visible. ¿Lo habrá visto Garrett? Pero ¿y qué si lo ha hecho? Cualquier persona podría haberme mordido y aspirado el cuello este fin de semana. No hay razón para sospechar de Allie.
Maldita Allie. Le dije que me la quería tirar de nuevo y ¡me colgó! Eso no lo hahecho nadie. Nunca. Soy Dean Di Laurentis, por el amor de Dios. Si chasqueo losdedos, aparecen una docena de chicas pidiéndome subirse a mi polla. La última vezque fui a la cafetería del campus, la atractiva camarera me dio un café gratis y despuésse ofreció a chupármela en el almacén.
Entonces ¿qué coño pasa con Allie? ¿Cuál es su problema? Anoche pasé un buen rato preguntándome si está jugando a hacerse la dura. Joder, lo que está claro es que disfrutó de nuestro sexo. Nunca he estado con alguien que le dedicara a mi polla tantos elogios.
Oh, Dios mío, ¡me quiero casar con tu polla!
La mejor polla del mundo.
Dean, estás haciendo que me corra...
Sus gemidos guturales recorren mi mente en una espiral sexy que me provoca una erección y me agarro al toallero con una mano mientras suelto un gruñido. El cepillo de dientes que tenía en la boca cae al lavabo. Mi polla forma una tienda de campaña en mis pantalones y toca la porcelana por pura necesidad de hacer contacto con algo, lo que sea.
Me pregunto si el entrenador se rebotaría conmigo si llegara tarde a la cita por estarhaciéndome una paja.Probablemente.

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THE SCORE
RomanceAllie está en modo crisis. No sabe qué hacer con su vida, acaba de dejar a su novio y, en un momento de locura, se enrolla con Dean Di Laurentis, el tío más guapo y más ligón del campus. Hay que reconocer que no estuvo nada, nada mal. Pero lo último...