Capítulo 2

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NARRA DEAN

Es viernes por la noche y estoy tumbado en mi sofá del salón, bebiendo una cerveza,mientras dos rubias —dos rubias muy pibones y muy desnudas—, se chupan la lengua la una a la otra frente a mí. Mi vida es la hostia. 

—La mejor noche del mundo —digo. Mi mirada no se separa de la trayectoria de las manos de Kelly mientras se deslizan hacia las tetas de Michelle. Kelly las aprieta y yo gimo

— Sería aún mejor si trajeseis la fiesta hasta aquí, chicas.

Se separan y están sin aliento, riendo mientras miran en mi dirección.

 —Danos una buena razón —se burla Kelly.

Arqueo una ceja y bajo la mano para agarrarme la polla, dura como una roca. Ledoy un bombeo lento. 

—¿Esto no os parece una razón lo suficientemente buena?

Michelle es la primera en pasearse hacia mí, sus tetas botan y su culo se balancea mientras se sube a mi regazo y presiona su boca contra la mía. Un segundo después,Kelly está a mi lado y sus labios cálidos y suaves se enganchan en mi cuello. Dios.Estoy tan empalmado que me duele todo, pero estas dos diosas están decididas a hacerme suplicar. Me torturan a besos. Besos largos y aturdidores, y lenguas húmedas y traviesas. Lamidos estratégicos y mordiscos suaves diseñados para volverme loco.Me gustaría decir que este trío guarro es una nueva experiencia para mí, o que la etiqueta de «zorrón» que me han colgado mis compañeros de equipo de hockey es una exageración. Pero ni es la primera vez, ni la etiqueta es equivocada. Me gusta follar. Follo mogollón. Qué le vamos a hacer.Gruño cuando los dedos de Kelly rodean mi polla

. —Dios. ¿Cómo es que tengo tanta suerte? 

—Aún no has tenido toda la suerte posible —dice Michelle con voz sexy lanzando su pelo largo por encima del hombro—. No te puedes correr hasta que lo hagamos nosotras, ¿recuerdas?

Tiene razón. Hice una promesa y tengo la intención de cumplirla. Contrariamente a lo que los gilipollas de mis colegas piensan de mí, yo concibo el sexo como algo para la chica. CHICAS, en este caso. Dos chicas preciosas y hambrientas que no solo están interesadas en mí, sino que además se gustan entre ellas mismas.Hola. ¿Es el cielo? Aquí Dean Di Laurentis. Gracias por dejarme haceros una visita.

 —Bueno. En ese caso, creo que deberíamos empezar —anuncio, y a continuación la tumbo contra el cojín y llevo mi boca a sus pechos.

Atrapo un pezón y lo chupo con fuerza. Sus caderas salen disparadas del sofá mientras suelta un gemido. Una sombra cruza por mi rabillo del ojo. Kelly se agacha junto a mí y le lame el otro pezón a Michelle. Dios de mi vida y de mi corazón. Gimo en voz lo suficientemente alta como para despertar a los muertos. Kelly levanta la cabeza y me sonríe.


—Pensé que podrías necesitar un poco de ayuda. —Después recorre a besos el vientre plano de su amiga hasta llegar a la unión de sus muslos.Nada de cielo. Esto es el nirvana.

Sigo el camino que Kelly ha iniciado y mis labios se desplazan sobre la piel bronceada y las preciosas curvas de Michelle hasta llegar a ese lugar que me hace la

boca agua. Kelly ya lo está chupando. Dios. No estoy seguro de poder controlarme el tiempo suficiente como para hacerles llegar a las dos. Estoy ya demasiado cerca dellímite. Ignoro las palpitaciones que siento ahí abajo, humedezco mi labio inferior, acerco mi boca al coño de Michelle y... suena el puto timbre.

Me cago en... Estiro el cuello hacia la tele. El reloj digital del reproductor de BluRay dice que son las ocho y media. Trato de recordar si le dije a alguno de los chicos del equipo que podía venir a casa esta noche, pero hoy no he hablado con nadie salvo con mis compañeros de piso y todos están fuera. Garrett y Logan se largaron a Boston hace una hora con sus novias, y Tucker se ha ido al cine con una chica esta noche. 

THE SCOREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora