Capítulo 17

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Narra Dean

Veinte minutos más tarde, me siento en la mesa de la parte de atrás del Malone's. 

—Siento llegar tarde —le digo a Beau—. El entrenamiento se ha alargado una hora.

El quarterback titular encoge sus inmensos hombros. —No problem. Yo también acabo de llegar, hace un par de minutos. —Para mi alivio, el vaso de cerveza negra que tiene delante apenas parece tocado.

Me quito la cazadora del equipo de hockey y la tiro a mi lado en el asiento. Una guapa camarera morena viene a preguntarme que qué quiero. 

—¿Qué tal va todo? —pregunta Beau cuando se ha ido—. No te veo desde que terminaron los parciales. 

—Ya ves, tronco. Nuestra rutina de entrenamientos ha sido brutal. Hemos perdido todos los partidos de la pretemporada y el entrenador Jensen está con un cabreo que lo flipas.

—Joder, ya me he enterado. Deluca está hecho una furia también —admite, enreferencia a su entrenador. —No tenemos ninguna posibilidad de llegar a los playof s. Qué coño, me sorprendería si llegáramos incluso a jugar un partido interconferencia. —No le había visto nunca una expresión tan sombría, pero no hay mucho que pueda ofrecerle para darle ánimos.

El equipo de fútbol americano de la uni ya tiene tres derrotas a sus espaldas. Si fueran una o dos, tal vez podrían recuperar, pero tres básicamente destruye sus posibilidades de clasificarse esta temporada.

Los ojos azules de Beau se oscurecen mientras da un largo trago de cerveza quedeja la pinta prácticamente a la mitad. Puedo sentir su frustración. Sé lo que se sientesiendo un jugador superior a la media en un equipo inferior a la media. Por supuesto,la temporada de hockey acaba de comenzar, y los partidos de pretemporada nocuentan para las posiciones, pero nuestro ineficaz juego y los malísimosentrenamientos no auguran nada bueno para la próxima temporada.


Por otra parte, llevamos siendo campeones nacionales tres años seguidos, así quetampoco pienso ponerme a llorar sobre mi almohada cada noche si no llegamos a losplayoffs esta vez. Qué coño, tal vez nos toque tener una mala temporada. Puede ser laforma que los dioses del hockey han elegido para mantenernos con los pies en latierra.Sin embargo, la situación de Beau es distinta. Briar lo reclutó en el instituto, ydurante su primer año en el equipo de la universidad dejó a todo el mundo con laboca abierta. De hecho, los entrenadores mandaron al banquillo al quarterback quetenían, un estudiante de cuarto de carrera, y nombraron a Beau titular. Beau lideró alequipo a una temporada invicta y les abrió el camino hasta la final del campeonato.Perdieron, sí, pero llevar a Briar a los playof s, después de más de una décadaquedándose fuera, supuso un logro importantísimo.


Al año siguiente, todo se vino abajo. Prácticamente todos los jugadores estrella delequipo lo dejaron, bien porque se graduaron, o bien porque los seleccionaron en losdrafts, y dejaron a Beau con una línea ofensiva débil y una división de receptores aúnmás débil. El equipo ha estado acumulando pérdidas desde entonces, algo deprimente en general, pero más aún porque Beau es un quarterback de gran talento. Por desgracia para él, no tiene las armas a su alrededor que se necesitan para ganar. 


—Tuviste la oportunidad de cambiarte de universidad en segundo —le recuerdo—. Los de la Lousiana State University hicieron de todo menos comerte la polla para que te fueras con ellos.

Él frunce el ceño. —¿Y qué iba a hacer? ¿Abandonar a mi equipo? ¿Qué clase de cabrón hace eso?Un cabrón que quiere jugar para la NFL, me gustaría decir, pero me muerdo lalengua.

THE SCOREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora