Capítulo 10

88 3 4
                                    

@YerelynBriceo  Pedíste otro capítulo, y otro capítulo que publico (mañana más)

---------------------------------------------------

SIGUE NARRANDO DEAN

—¿Qué opinas? —me pregunta Hunter.

Yo aparto mi mirada de la morena.

—Podría estar un poco fuera de tu liga. 

—Soy un jugador de hockey. Nadie está fuera de mi liga. 

—Es verdad. —Me río. Eso fue lo primero que le enseñé a Hunter cuando decidí «apadrinarlo» al inicio de la temporada. Pero aun así, la morena tiene el cuerpo más sexy que he visto nunca. Una mujer así puede tener a cualquier persona en este bar, y no estoy seguro de que el novato Hunter vaya a pasar el corte, ni siquiera con la chaqueta de hockey de Briar que lleva puesta. Al otro lado del bar, la chica a la que estamos admirando de repente se da la vuelta. Al instante, mi admiración desaparece y se convierte en repulsión. 

—Hostias, no. Mantente alejado de esa, chaval. Es tóxica. 

—A mí no me parece tóxica —responde Hunter arrastrando las palabras.

Imbécil ingenuo. Por suerte, yo ya me lo sé. Sabrina James es innegablementepreciosa, pero prefiero que me echen cera caliente en los huevos a liarme con ella.Bueno, a liarme con ella... OTRA VEZ.Sí. Ya he pasado por eso y ya me lo sé.Alguien me empuja desde atrás. Es Tucker. Su cazadora negra y plateada estáempapada, igual que su pelo. 

—Puf. Está cayendo la de Dios ahí fuera. —Agita todo el cuerpo como un perro que acaba de salir de un lago. 

—Oye, Lassie, sécate en otro sitio —le ordeno cuando unas gotas frías me salpican en la cara y me dan en el ojo.

Hunter ni se da cuenta de que Tucker está chorreando agua sobre nuestraszapatillas. Está demasiado ocupado comiéndose a Sabrina con los ojos.Tuck le sigue la mirada al novato. —¡Uau! —dice, y a continuación se gira para sonreírme—. Lo pillo, ya te la has pedido para ti.Palidezco. 

—Ni de coña, tío. Es Sabrina. Ya me hincha las pelotas en clase cada día. No necesito que me las hinche fuera de la uni.

Sabrina y yo estamos estudiando la carrera de Ciencias Políticas para más adelantemeternos a la facultad de Derecho así que, para mi desgracia, compartimosdemasiadas clases. Además, los dos hemos solicitado plaza para el máster en lafacultad de Derecho de Harvard, algo que no me hace particularmente feliz. La idea depasar dos años más sentado en la misma clase que ella hace que el suicidio suenebastante atractivo. 

—Espera, ¿esa es Sabrina? —Tucker dice con sorpresa—. La veo en el campus todo el tiempo, pero no había caído en que es la tía de la que siempre te andas quejando. 

—La misma.

Su acento sureño se intensifica. —Qué pena. Está bien buena la chica. 

—¿Qué hay entre vosotros dos? —irrumpe Hunter—. ¿Es tu ex?

Pongo otra vez cara de asco. 

—Ni de coña. 

—Entonces no estaré rompiendo el código de hermanos si la entro, ¿no? 

—¿Quieres entrarla? Adelante. Pero ya te lo advierto, esa capulla te va a comer vivo.

La cabeza de Sabrina gira bruscamente hacia nosotros. Es probable que tenga algúntipo de radar interno que se activa cada vez que alguien la llama capulla. Apuesto aque se activa muy a menudo.Cuando se cruzan nuestras miradas, ella me sonríe y después extiende su dedocorazón antes de pasar a hablar con su amiga.Hunter gruñe. 

THE SCOREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora