CAPÍTULO 59: PELEA FINAL

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Estoy en el balcón de la última planta de esta casa,después de contarles a todos del plan, tenía que salir un rato, estar sola.

No lo voy a negar, a veces siento que esas sombras que me persiguieron por meses en el otro lado todavía me están mirando.

Lo siento en mi nuca, me causa escalofríos.

Después de unos minutos escuche pasos acercándose a mi.

Sin darme cuenta ya tenia una sonrisa en mi rostro. y me olvide de todo, del dolor que tenía el pecho, los escalofríos y los miedos al ver a matheo con una luz en sus ojos que nunca antes había visto, eran alegres, vibrantes y vivaces.

Él en completo silencio se aferró a mi mano con fuerza.

Sonreí débilmente. Había estado tan desesperada por este momento, y ahora que había llegado, no podía contener la alegría.

MATHEO

Por fin ella había despertado, tengo una oportunidad para demostrarle cuán importante es para mi.

Me puse más cerca a ella y le acaricié sus dedos con suavidad, sonreí con lágrimas en los ojos.

En ese momento, no importaba nada más. No existían las preocupaciones del mundo, ni las cosas malas que habían pasado, sólo estábamos ella y yo con un amor que se había fortalecido a través de la adversidad.

Entre risas y llantos, no aguante más y le di un beso tierno, emotivo. Al separarnos nos quedamos viendo por minutos como dos niños, nos miramos con amor.

Somos ella y yo.

Ella es mi debilidad.

Mi más hermosa debilidad, y no puedo evitar sentirme afortunado de tenerla.

En estos minutos no dijimos nada, no hacía falta decir nada.

Sentí en lo más profundo de mi que nuestras vidas nunca volverían a ser iguales, pues esta vez nos miramos diferente, de una forma que no volveremos a mirar a nadie más pues su mirada había llegado a mi alma y la había marcado para siempre.

UNA HORA ANTES DE LA PELEA.

Comenzamos a prepararnos.

Astoria y Pansy fueron traídas aquí, por los acólitos.

Fueron muy amables con nosotros.

Todos los que estuvieron en la academia no solo se equiparon con sus varitas, sino también con las armas del mundo muggle que les enseñaron a manejar.

Yo para ser honesta. no necesitaba de mucho más que mis guantes.

-Ten mucho cuidado por favor -Astoria colocó su mano en la mejilla de Draco.

-No te prometo nada...

-No digas eso... por favor, no puedo perderte ahora, te lo prohibo

Draco la miró con un toque de sorpresa. tampoco quería perderla, estoy segura.

Mientras ajustaba mis guantes me alejé de ellos para que tengan más privacidad.

-Todos listos? -grindelwald que se había cambiado de ropa y estaba bien peinado se asomo por la puerta- es hora.

-Listos -respondí- podemos irnos.

todos salimos al patio mientras repasamos una vez más el plan.

...

Al finalizar mis dos amigas nos asintieron y corrieron dentro de la mansión.

-estarán bien -le dijo Adrik a Tom- este lugar está protegido.

Mi Más Hermosa Debilidad (MATHEO RIDDLE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora