CAPÍTULO 55: PESADILLAS

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PERSPECTIVA MATHEO:

Comencé a matar a los mortifagos, ya no me importa nada.

Solamente quiero terminar con todo esto de una maldita vez.

De un momento a otro perdí a mi padre de vista, tuve que subirme a una roca para poder ver a lo lejos.

lo vi avanzar rodeado de sus mortifagos hacia Grindelwald que estaba esperando frente a unas ruinas.

Baje de un salto de la roca y comencé a correr, intenté buscar a mi hermano en el camino pero lo perdí de vista hace mucho.

Mate a más mortifagos, estaba tan cerca.

Pero mi vista se dirigió a una chica con mechas blancas que ya conocía muy bien.

t/n salía de los árboles cerca a Grindelwald.

Sus acólitos le dieron el paso libre.

que está haciendo?

Seguí avanzando empujando, golpeando a todos.

Quería llegar a ella.

Observando todo lo que estaba haciendo.

Vi como grindelwald lanzaba un cuchillo directamente a ella.

Mi padre se quedó estático.

-T/N NO! -Me escuché gritar.

Vi su cuerpo caer al suelo.

Mi mundo se detuvo.

parecía que estaba en una pesadilla.

Corrí hacia ella.

-T/N por favor -agarre su cabeza- por favor por favor... me lo prometiste -mis ojos se llenaron de lágrimas- ¡no me dejes, no me dejes! -intente presionar su pecho- t/n, despierta... linda despierta por favor -levante su cuerpo y lo abrace- no puedes dejarme... por favor.

Deje de escuchar, de ver bien, todo era borroso.

Solo sentía como alguien me agarraba del hombro y me exigía que me levante y la deje.

No podía dejarla.

No quería dejarla.

-por favor -susurre con lágrimas- no puedes, no puedes! -la sacudí pero no me respondió- me lo prometiste.

Levanté la vista y vi a Grindelwald parado con la mirada oscurecida.

La rabia se apodero de mi cuerpo, deje delicadamente a t/n en el suelo y me levante con la respiración acelerada.

-tu maldito -dije entre dientes- me las vas a pagar.

Grindelwald en cambio no tuvo ninguna reacción, acaso no tiene sentimiento alguno?

comencé a avanzar hacia el.

Ahora lo único que sonaba en mi cabeza era matarlo.

Quería que sufriera.

-Lamento que tenga que ser así -lo escuche decir.

Sus acólitos me lanzaron hechizos que me dejaron sin visión por un momento.

-Aiden ya! -escuche que gritaron.

Me giré y como pude vi a un chico levantar su cuerpo y transportarse a otro lugar.

-NO!! -grité y corrí de nuevo hacia ella.

Pero ya no estaba.

Me di la vuelta y Grindelwald estaba cerca de mi.

Mi Más Hermosa Debilidad (MATHEO RIDDLE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora