•┈┈┈••✦Amores Cruzados✦••┈┈┈•

27

YoonGi se sentó sobre su sofá después de darse una ducha y esperar a que Jimin terminara de hacerlo también. Mientras esperaba, decidió revisar algunos documentos en su computador que descansaba sobre la mesita de café a un lado de sus anteojos, los cuáles se colocó para leer los capítulos que ya tenía hechos, pero sin revisar. Quería mantener su mente ocupada un poco, para aliviar ese nerviosismo que tenía al saber que Jimin cumpliría con su palabra una vez que saliera de la ducha y que, aunque le pidió que descansara bien por su cuerpo adolorido de la noche anterior, estaba dispuesto a hacerle ese oral que tanto quiso hacerle de repente.
Casparreó un poco la garganta después de tomar su vaso de agua, sintiendo las gotas de agua deslizarse por su espalda desnuda desde su cabello aún humedecido y el silencio de la sala que era especial, hasta que se le ocurrió colocar un poco de música al conectar su móvil con el equipo que tenía en medio de los libros de su estante; entonces, "A Sunday Kind Of Love" de Etta James se escuchó en toda la sala, dejando un lindo ambiente para si mismo, pero no para el menor que venía por el pasillo y recordó que esa canción... Era la favorita de su ex pareja. Sin embargo, se permitió escucharla sin pensar en el pasado, observando la espalda del escritor desde su lugar y pensando en si sería buena idea... Seducirlo un poco.

Jimin siempre habría querido dar esa iniciativa, el seducir a su pareja y llevarlo a la cama con sus encantos, pero su ex-amor jamás le dió lugar a todos sus deseos... Tal vez por eso, deseaba demasiado el hombre que se había ganado ahora, el hombre que cada día lo guiaba a algo más allá de la lujuria y le hacía ver cuan valioso podía ser.

— ¿Debería poner otros nombres? Siempre uso los mismos... —se hablaba a si mismo, mientras tecleaba y notaba ese mismo hábito de colocar los nombres "Yoan y Jimmy", creyendo que tal vez sus lectores podrían cansarse de escuchar siempre a los mismos, pero por otro lado, la idea de tener el multiverso que él mismo creó dentro de sus libros como un Dios de ellos... Era totalmente magnífica— Necesito una copa de vino, no, un cigarro... —murmuró, mientras tomaba uno de ellos y lo atrapaba entre sus dientes, quedándose totalmente quieto cuando las pequeñas manos arrebataron el cigarro de su boca y al verlo, la gran sonrisa de su amado lo cautivó totalmente, sin mencionar, que estaba solo con una bata puesta.

— Creo que la copa de vino es la mejor idea. ¿Te parece si lo traigo ahora mismo? —el escritor asintió con la cabeza en silencio, recordando lo que pasaría ahora y poniéndose algo nervioso, aunque no se notaba para nada, a diferencia del menor, que quería seducirlo, pero por dentro, temblaba de miedo— Enseguida regreso.

YoonGi podía sentir que el menor se encontraba tenso, por lo que emitió una dulce sonrisa ante lo adorable que se le hacía, mientras que Jimin no dejaba de pensar lo atractivo que le quedaban las gafas al escritor y que cuando sus miradas se conectaron sintió sus piernas temblar por verlo así. Al servir las copas con vino tinto, comenzó a imaginar que eran una pareja de años pasando el rato y su corazón comenzó a latir fuertemente, tanto que quiso darle un golpe como si fuera posible, manteniendo la compostura cuando fue de nuevo hacia la sala en donde el azabache no había dejado de leer en su computador. Su mirada concentrada a través de sus gafas, el ceño fruncido que emitía con solo ver lo que había creado; su cuerpo flexionado hacia adelante sin dejar de mantenerse recto y su piel blanquecina que brillaba gracias a la luz de la pantalla... Era simplemente cautivante para la vista embelasada de Park Jimin, quien le entregó la copa una vez que se vieron de nuevo y se sentó a su lado con sumo cuidado, viendo su sonrisa de satisfacción cuando chocaron sus copas antes de beber un sorbo. El escritor acercó la mano hacia su rodilla desnuda, deslizándola un poco hacia arriba y subiendo la bata un poco; una simple caricia, que lo dejó embobado, deseoso, necesitado.

— Este es el nuevo proyecto del que te hablé, pero siento que no es muy bueno a diferencia de mis antiguas creaciones. —confesó disgustado, aunque manteniendo una sonrisa bonita para el hombre que amaba, el cual estaba más en sus sueños que en la realidad.