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Estuvo a punto de salir e ir en busca de Jimin cuando notó la hora y que aún no llegaba. Estaba preocupándose demasiado; su novio no tardaba demasiado cuando iba de compras; el solo hecho de pensar que algo le sucedió no lo dejaba tranquilo. Jimin siempre fue acosado por varios tipos por su especiales facciones, incluso cuando él se defendía muy bien, hubo momentos en los que se le hacía difícil protegerse a si mismo y uno de esos recuerdos fue en la Universidad; esa noche, YoonGi lo había defendido a golpes de dos tipos que lo seguían a su cuarto mientras lo llamaban puta y le incitaban a tener sexo con ellos; si bien era un flacucho a sus dieciocho, Min había mostrado tener la fuerza suficiente para defender a su amigo y siempre había respetado eso de él, a excepción de Jimin que se sentía avergonzado por no haberse defendido solo.
Cuando se iba de viaje siempre procuraba que nadie molestara a su novio; es por esa la razón en la que vivían en un edificio protegido de Seguridad y cámaras, también le dejaba usar su coche para que no tuviera que ir en bus o tren al trabajo; tenían en cuenta que Jimin sabía el por qué hacía eso, pero al menos nunca obtuvo una queja.

— Se fue en auto, Tae, seguro estará bien... —se decía a si mismo después de escuchar el buzón de voz de la llamada, sintiendo ahora que fue un error no haberlo acompañado— Por favor, contesta.

Cuando tomó su chaqueta ya listo para salir, la puerta de entrada se abrió después de ser introducida la clave y Jimin apareció con demasiadas bolsas cargando, manteniendo una expresión entre la vergüenza, y el miedo, logrando que se preocupara aún más. Tomó las bolsas rápidamente, cerrando él mismo la puerta cuando vió a su novio dirigirse a la cocina y dejaba todo sobre la isla para comenzar a guardarlo. Podía darse cuenta que algo había sucedido con solo verle el rostro; siempre había sido muy transparente en cuanto a sus emociones y sabía que algo pasaba, así que se acercó a él mientras lo veía colocar vasos de arroz en la arrocera y lo ponía a calentar. Con cuidado le tomó la mano para que le diera atención, notando esos ojitos preocupados que lo evitaron al segundo y eso ya no era bueno.

— ¿Pasó algo malo en el mercado o de camino a casa?

— No, no...—no lo miraba, simplemente seguía guardando los cereales que abrió en el momento— ¿Tienes algo que hacer en la noche?

— Seojoon y Wooshik me invitaron por unos tragos, pero no se sería buena idea ir.

— ¿Por qué no? —lo observó al instante, cerrando ese frasco con galletas para después ponerse de frente— Hace tiempo no los ves y deben extrañarte.

— ¿Tú no me extrañas mucho? —se acercó sonriente, tomándolo de la cintura en busca de cariño, pero Jimin buscó alejarse de él con excusas mientras tomaba dos bolsas negras de la isla y se iba de la cocina no sin antes decirle que iba al baño; eso le dió un sentimiento extraño por dentro.

Por primera vez fue rechazado por su propio novio.

Jimin se encerró en su baño, dando un suspiro como si anteriormente estuviera reteniendo su respiración. Yacía contra la puerta del baño, sintiendo que hizo mal al haber aceptado esa propuesta de YoonGi y el haber aceptado también un beso de su parte cuando se fue del mercado. Las palabras que le dijo lo envolvieron en el deseo, la manera en la que acariciaba sus partes lo excitaban y su voz era ese punto especial, porque le encantaba tanto; no pudo evitar sentir el deseo que le transmitía en sus palabras, en su tono y en su mirar. Había caído en la red que él mismo quiso poner, pero no quería escapar tampoco; necesitaba saber qué pasaría si pisaba la casa de ese hombre y está vez, creía que sería diferente. Pero por otro lado, creía que sería difícil escabullirse e ir a verlo, tampoco creía correcto dejar a Taehyung para ir a follar con otro; eso era algo que le daba terror si llegaba a enterarse, porque estaban haciendo las cosas bien y todo marchaba bien, pero.. Pero...

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