5

1.1K 77 7
                                    

Trataba de ser lo más discreto posible cuando tenía que mirar de frente, pero inevitablemente sus ojos se posaban en la belleza de Park Jimin y al mismo tiempo la preocupación al ver su cansado rostro; aún así, no dejaba de verse hermoso para él y para cualquiera que tuviera la oportunidad de verlo. Mientras bebía de su lata de cerveza, notaba la incomodidad de Taehyung, lo inquieto que estaba y el como tenía abrazado a su novio por si a éste se le ocurría escapar; esa acción fue estúpida, porque realmente no tenía que desconfiar de alguien como el dulce Jimin... Éste siempre lo amó a él, por sobre todas las cosas. Sin embargo, lo que YoonGi no sabía era que el rubio no dejaba de analizarlo y pensar que estaba frente a un hombre diferente al que conoció hace tiempo. Ya no era el Min YoonGi debilucho de anteojos; ahora, era un hombre tan atractivo que a decir por su escritura podría ser alguien tan fogoso y eso, sin dudarlo, era cautivante. Cuando Taehyung tuvo que responder una llamada importante de su trabajo e irse a la terraza para hablar cómodamente; el se cabellos rubios sintió demasiados nervioso cuando YoonGi lo observó cabizbajo y luego dejó de hacerlo para ponerse de pie. Lo imitó enseguida, notando la diferencia corporal y lo mucho que le estaba gustando eso.

YoonGi no quería hacerlo, pero no lo pensó y sólo tomó la mano pequeña del chico que siempre había querido, dejando una caricia en lugar de estrecharla, anonado cuando en aquellas hermosas mejillas un tono rosado apareció; era la primera vez que Jimin se ruborizaba por su culpa y la necesidad de hacer algo más era grande, pero sólo podía llegar a esto. Por respeto, porque creía que ese rubor solo fue algo inesperado, porque él no significaba nada para Jimin y fue así desde el principio. Lo que no sabía era que Jimin había adorado la calidez que sintió al tocar de nuevo su mano y el cómo se estremeció por es caricia en el dorso; fue una sensación que también sintió extraña, que por un lado amó y por el otro sintió que estaban haciendo mal.

Jimin se ofreció a acompañarlo al estacionamiento mientras aprovechaba la distracción de Taehyung y bajaron juntos en el ascensor, sintiendo una intensidad dentro que no sabían su motivo, pero se mantuvieron callados todo el transcurso, porque estaban nerviosos y el suspiro profundo que YoonGi había soltado le había erizado la piel. Eso le hacía sentirse culpable, porque ahora que lo pensaba... YoonGi no podía ser aquel con que podría devolverle el engaño a Taehyung, no podía... Porque eso sería arruinar la amistad que tenían.

— Fue bueno verlos después de un tiempo. —habló el azabache, sonriendo a labios fruncidos mientras guardaba su móvil en el bolsillo del pantalón y sacando las llaves de su motocicleta— Me enteré que eres el chef de Kim Seokjin.

— Somos amigos desde hace tiempo. —confirmó, llenándose de intriga por lo que había dicho— ¿Cómo lo sabes?

— Su esposo es mi jefe y amigo también. —el menor mostró sorpresa en su expresión; un gesto que vió adorable y sonrió inconscientemente— Supongo que sabes de qué trabajo.

Nuevamente el pudor llegó a Jimin; recordar ese libro lo puso totalmente nervioso y el hecho de que estaba en frente del tipo que lo escribió de una manera tan realista. Quién lo diría... — Me gustaría leer uno de tus libros algún día. —cuando Yoongi lo observó fue que sonrió cabizbajo— Es una excusa para volver a verte.

— Cuando quieras puedes llamarme y hagamos algo juntos.

— Algo juntos, ¿como qué? —sin notarlo se había acercado un poco más al azabache que tomaba su casco, poniéndose nervioso cuando volteó y lo tenía demasiado cerca— No soy bueno planeando una salida; dejaré que tú decidas.

Su actitud coqueta le parecía extraña; nunca se había comportado así con él y aunque había soñado tantas veces con que eso pasara, ahora le parecía un error, porque Jimin siempre fue prohibido para él desde que le puso más atención a Taehyung y lo prefirió, sin siquiera tomarse el tiempo de conocerlo. Se alejó entonces, haciéndole ver al rubio que lo que hizo no fue correcto, mostrando seriedad en ese momento para trazar de nuevo esa línea. Habría querido seguir con su coqueteo y tal vez robarle ese beso que tanto deseó desde hace tiempo, pero primero estaba la lealtad hacia su amigo, incluso si ya lo traicionaba con sus pensamientos.
Se subió a su moto después de despedirse del menor, pero justo antes de ponerse su casco negro sintió los dulces labios de Jimin presionarse en su mejilla y eso lo dejó anonado, mirándolo al instante con el asombro en su expresión; él nunca había hecho eso.

•┈┈┈••✦Amores Cruzados✦••┈┈┈•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora