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Había pasado casi un mes desde lo que sucedió en aquella habitación de Itaewon y el repentino comportamiento de YoonGi antes de echarlo. Desde ese momento no había dejado de pensar en lo que había dicho, en la confesión que le hizo y debido al dolor con que lo expresó, decidió que era mejor dejar de insistir; creyó que al menos tuvo una probada de lo que el escritor era capaz y que ahora estaba a mano con Taehyung por más insensible que sonara eso; aún así, prefirió guardarse lo que había sucedido entre él y el amigo de su novio, pero no lo dejaba tranquilo cuando quería hacer las cosas bien con su pareja.
De su memoria no se borraban esas caricias, esos besos y esas palabras de Min YoonGi cuando lo tenía desnudo encima de su cuerpo; fue algo que no podía alejar por más que quisiera y por las noches pensaba en él; no lo dejaba tranquilo el absurdo pensamiento de que estaba sintiendo atracción por él más allá de lo superficial y el querer conocerlo era cada vez más intenso, tanto que a veces se imaginaba escenarios hermosos que creía jamás poder vivir.
Por otro lado, TaeHyung sentía lo mismo que él. Después de haber discutido absurdamente con Jungkook por haberlo visto con otro hombre y terminar follando, para después dejarlo solo de nuevo; fue un acto insensible; estaba arrepentido de todo. Su cabeza no dejaba de darle vueltas al asunto y atormentarlo en cada momento que intentaba abrazar a su novio e incluso besarlo. No podía dejar de pensar en Jungkook y en el dolor de sus ojos cuando se despidió esa noche.

Si tan solo las cosas hubieran sucedido de una manera distinta... Pero no, esto era la dura realidad en la que ambos vivían con sus respectivos intereses.

Después de esa noche de pasión, de discusiones y lágrimas; intentaron llevar adelante la relación, volver a ser esa pareja enamorada de antes. Taehyung tenía tantos planes con Jimin que los aplicó todos en ese medio mes desde por ocurrido. Iban de paseo, de compras e incluso quisieron irse de viaje, pero Jimin se rehusó a la idea por su trabajo. Querían visitar a sus padres también, porque hacía mucho tiempo que no los veían, además de extrañar a su perrito Yeontan que vivía con su madre de Daegu.
Ahora mismo, Jimin bebía una taza de café en la terraza del Departamento, quedándose en pijamas al no tener ánimos de vestirse. Le pidió a Seokjin un día de descanso, porque deseaba salir solo por ahí y hacer las compras de la casa. Quería estar totalmente solo, pero sabía que Taehyung se ofrecería a ir con él, así que no podía negarse; no tenía motivos para hacerlo y si querían que funcionara de nuevo, debían estar juntos.

Sus felinos estaban sobre su regazo, durmiendo plácidamente mientras le daba caricias repartidas con una sola mano, sin darse cuenta que Taehyung ya había despertado y lo miraba desde adentro con una dulce sonrisa, atreviéndose a ir con él, llamando su atención cuando deslizó la ventana para salir— Creí que ibas a trabajar.

— Me tomé el día; pienso ir al mercado... —lo observaba acariciar a sus gatos, acuclillado a su lado y sonriente— ¿Quieres ir conmigo?

— Tengo una entrevista de trabajo por videollamada en un rato; pienso buscar trabajo como ilustrador.

— ¿Renunciarás a tu antiguo trabajo? —al ver cómo su expresión cambió, supuso que el motivo, por lo que decidió cambiar el tema— ¿Quieres que compre tus galletas favoritas?

— Te lo agradecería.. —le tomó la mano, llevándola a su rostro para que lo acariciara con dulzura y su mirada que parecía amarlo— Nunca te dije que el cabello negro te queda hermoso, pero el rubio seguirá siendo mi favorito.

— Pienso dejarlo así por un buen tiempo, a igual que usar algo de maquillaje... —expresó sonriente, sintiendo el beso en su dorso que por un momento le hizo olvidar que todo entre ellos estaba mal.

Taehyung había vuelto a ser el de antes, pero incluso cuando había cambiado, no podía dejar de pensar en YoonGi y en su confesión.

"Debo dejar de pensar en él...", Se decía a si mismo mentalmente, mientras su novio tenía en brazos a uno de sus gatitos y lo amacaba como un bebé, soltando risas al escuchar el ronroneo del felino.

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