Siempre me consideré un hombre que piensa mucho las cosas antes de hacerlas, que tiene control sobre lo que hace y dice, pero nunca supe que tenía tanto autocontrol hasta este preciso momento, donde tengo a la hermosa pelirroja frente a mí, mirándome con sus intensos ojos grises y esos apetecibles labios rojos que me llaman como un imán, tengo demasiadas ganas de besarla, pero no puedo, aún no. Carraspeo intentando con ello acomodar mis ideas y pongo un poco más de distancia entre nosotros, necesito pensar como proseguir ahora, y justo por mi cabeza pasa el tonto juego de Aitana.
-¿Te parece si comienzo con las preguntas? – noto su expresión desilusionada, ella también quería ese beso, pero me repito que aún no es el momento, necesitamos conocernos.
-Claro – me regala una sonrisa fingida que dista mucho de la radiante sonrisa que tenía minutos antes, quiero que vuelva esa sonrisa, la que estaba llena de luz, esta no me gusta y mucho menos me gusta que me la dedique a mí. Noto como Arinka se mueve y se pone a mi costado, para tirar suavemente de mi mano y retomar la caminata.
-¿Cuántos años tienes? – recuerdo una de las preguntas que me sugirió Aitana, me dijo que primero comience con preguntas tontas, para entrar en "ambiente" y después las que realmente quiero saber.
-287 – woow, sabía que ella es mayor que yo, pero lo que no sabía es que nos llevamos más de un siglo.
-Yo tengo 116 años – ella asiente con su cabeza, como si ya lo supiera.
-Cuando te enteraste que yo soy tu mate, ¿querías rechazarme? – bien, ella definitivamente iba a comenzar con las preguntas difíciles, nada de preguntas tontas. Yo quedo en silencio por algunos segundos, pensando en una respuesta sincera.
-Siempre, desde que soy un niño, soñé con encontrar a mi mate, siempre anhelé ese momento, y desde niño dije que no me iba a importar la especie de la que sea, la iba a amar de todas formas. Pero cuando vi que mi mate era nada más y nada menos que una Novikov – suspiro, buscando las palabras – el mundo se me vino abajo, todo ese sueño de vivir felices para siempre con mi mate se me derrumbó, porque no te conocía y pensaba que eras igual que tu familia – ella asiente con su cabeza – pero rechazarte nunca pasó por mi cabeza, Aitana siempre dijo que tú la ayudaste a escapar, así que tenía al menos un poquitito de esperanza de que no seas como tu familia.
-¿Y ahora? – Susurra la pregunta - ¿Ahora qué piensas de mí?
-Ahora pienso que eres una tramposa – le digo risueño y ella me mira sin entender – Estás haciendo dos preguntas, ¡me tocaba a mí! – Ella me mira y una pequeña sonrisa se desliza por sus labios – Pero para que veas que soy una buena persona, voy a responderte – tiro un poco de su mano haciendo que frene la caminata, y me paro frente a ella – Ahora pienso que eres una persona que lejos está de ser como su familia, que hizo lo posible para proteger a dos especies, que eligió la muerte de su familia para que la paz se preserve, eso habla muchísimo de ti Arinka. Pienso que me falta un montón por conocer de ti, pero sé que eres una buena persona – le digo mirándola a los ojos, noto como sus ojos grises que antes estaban un poco turbados, ahora están iluminados, y es así como quiero que se mantengan siempre, con ese hermoso brillo – Ahora, pequeña tramposa es tú turno de responder – le sonrío – y no seguiré con las preguntas sosas que Aitana me sugirió, tú comenzaste fuerte, así que así voy a seguir – le advierto y ella suelta una pequeña carcajada que queda grabada en mi corazón y que me deja un poco aturdido.
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Una Vampiresa para el Delta
WerewolfSe conocieron en medio de una guerra, él solo quería correr hacia ella cuando sintió el hermoso olor a rosas y pino, ella sintió su mundo detenerse cuando sintió el olor dulce de su sangre. Pero nada podía ser tan fácil, porque él era el Delta de l...