El primer día en el clan está llegando a su fin y yo estoy realmente agotado, pasamos varias horas encerrados en el despacho que ahora pertenece a Arinka, mientras Rose y el imbécil la ponían al tanto de todo lo que había pasado. Cuando damos por terminada la reunión, Ari me lleva a su dormitorio dónde me están esperando dos deliciosas hamburguesas con papas fritas, le agradezco con un rápido beso y comienzo a devorar esas hamburguesas, no me había dado cuenta del hambre que tenía hasta que sentí ese delicioso aroma.
Ari ríe y entra al baño, escucho cómo abre la ducha y sonrío, imaginando su delicioso cuerpo. Apuro en tragar el resto de mi cena y corro hacia el baño mientras voy desnudándome.
-¿Me haces un lugarcito? – Ari se gira a mirarme y me sonríe asintiendo con su cabeza, yo no dudo en meterme con ella y abrazarla, dejando mi nariz en su cuello, sintiendo su delicioso aroma con mayor intensidad.
Ella me rodea con sus brazos y apoya su cabeza en mi pecho, siento toda la tensión en su cuerpo y sé lo agotada que está por esa reunión. Me separo suavemente de ella y tomo el shampoo, pongo un poco en una de mis manos y comienzo a lavarle el largo cabello a mi pelirroja, ella suspira y se deja mimar, es la primera vez que nos duchamos juntos.
-Esas manos son la gloria – susurra extasiada y yo río.
-Me lo has dicho en circunstancias muy diferentes a esta – ambos reímos y ella golpea mi abdomen. Hago que se coloque debajo del agua y la ayudo a aclarar el cabello, para después tomar la esponja, ponerle un poco de jabón y comenzar a lavar con delicadeza cada parte de su cuerpo.
-Otto – murmura mientras lavo su espalda, diferente a lo que tenía en mente, todo este baño se ha tratado de mimarla y nada sexual
-Dime pequeña.
-Quiero que empieces a ignorar a Román – yo bufo, ¿en serio va a arruinar este hermoso momento hablando del imbécil? Ella se gira y me toma las mejillas para que pueda mirarla – Sé que te irrita su presencia, a mí también me irritaría, pero necesito que se lleven medianamente bien, o al menos que no haya tanta tensión entre ustedes. Vamos a pasar mucho tiempo juntos los tres.
-No soy el único – gruño como niño encaprichado, ella me sonríe de forma dulce y asiente con su cabeza.
-Lo sé lobito, también hablaré con él, pero necesito que colabores, ¿puedes hacer eso por mí? – la miro por unos segundos, sabiendo que ya perdí esta batalla, ¿cómo le podría negar algo si me lo pide de esa forma?
-Bien – suspiro.
-Ahora dame esa esponja, es mi turno de mimarte – la sonrisa brillante que me dedica me tiene rendido a sus pies.
Cuando al otro día me despierto noto tres cosas, la primera es que Arinka no está en la habitación, la segunda es que me siento completamente descansado y la tercera es un delicioso olor a tocino. Me levanto de la cama y después de ir al baño, me dirijo hasta donde proviene ese delicioso aroma, levanto la tapa y me encuentro con huevos revueltos, tocino, tostadas y un café, después de devorar mi desayuno decido salir de la habitación.
ESTÁS LEYENDO
Una Vampiresa para el Delta
WerewolfSe conocieron en medio de una guerra, él solo quería correr hacia ella cuando sintió el hermoso olor a rosas y pino, ella sintió su mundo detenerse cuando sintió el olor dulce de su sangre. Pero nada podía ser tan fácil, porque él era el Delta de l...