Estábamos charlando con Aitana y Aila cuando entra Otto, su cara está desencajada y se puede ver a leguas lo enojado que está, las tres nos paramos de nuestros lugares asustadas, sin entender qué es lo que está sucediendo. Enseguida escondo a Aitana detrás de mi cuerpo, Aila se pone a mi lado, ambas protegiéndola de Otto, quien ahora mismo parece luchar para no cederle el control a su lobo.
-¿Qué carajos Otto? – Escucho que le dice Aitana, pero él no le responde, sino que se acerca a mí de forma rápida y tomándome del brazo de forma brusca me acerca a él.
-¿Tuviste algo con él? – La voz de mi lobo no es la misma de siempre, esta vez se escucha más siniestra, sus ojos cambian de color, quedando uno de su característico gris y el otro celeste, como los ojos de su lobo.
-¿Eh? – Su pregunta me desconcierta, ¿de quién habla? Ni siquiera he salido de acá, y él ha sido el único hombre que me ha visitado en mi cautiverio - ¿De qué hablas?
-Otto, tranquilízate ahora mismo – lo regaña Aitana,
-Aiti, cállate, ahorita mismo Otto no es él mismo, tampoco Lohan, están enceguecidos por, ¿celos? – se preguntó Aila.
-Otto – intento llamar su atención, sintiendo demasiado miedo por Aitana, le acaricio suavemente la mejilla - ¿Qué sucede?
-Román, ¿qué tienes con él? – gruñe y sus colmillos comienzan a crecer en su boca. ¿Qué tenía que ver Román en todo esto?
-¿Román? ¿Está aquí? – me emociono al pensar que mi más leal súbdito esté aquí, él siempre fue muy importante para mí. Noto como la cara de Otto se transforma y un fuerte gruñido sale desde su pecho, retrocede un paso y me suelta. El dolor que veo en sus ojos me oprime el pecho y yo cada vez entiendo menos.
-Si quieres verlo, estoy segura que Aitana puede arreglar que te veas con tu amante – me dice con rabia y sale corriendo de la habitación.
-¡Espera! – grito e intento atravesar la puerta para ir detrás de él, pero los dos enormes gorilas que custodian mi puerta me lo impiden.
-Arinka – me dice Aitana mientras pone una de sus manos en mi hombro y niega con la cabeza – No puedes salir, lo siento. Le pediré a Einar que vaya con él ¿sí? – yo bajo mis hombros totalmente derrotada y asiento con mi cabeza.
-Yo iré a averiguar sí Román se encuentra acá ¿sí? – me dice Aila y yo asiento con mi cabeza.
-Ey, ¡Alégrate! – Me dice Aitana una vez que Aila abandona la habitación – significa que Otto está celoso – sube y baja las cejas – En menos de lo que esperas ya veo que tienes una marca en tu cuello, ¿o a los vampiros no se los marca? ¿Cómo funciona? – me pregunta frunciendo su ceño y yo suspiro, agradezco tenerla, seguro me ayuda a distraerme y no pensar en el lobo que tan enojado se encuentra.
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Una Vampiresa para el Delta
WerewolfSe conocieron en medio de una guerra, él solo quería correr hacia ella cuando sintió el hermoso olor a rosas y pino, ella sintió su mundo detenerse cuando sintió el olor dulce de su sangre. Pero nada podía ser tan fácil, porque él era el Delta de l...