Doce

10.7K 811 21
                                    

         Estábamos charlando con Aitana y Aila cuando entra Otto, su cara está desencajada y se puede ver a leguas lo enojado que está, las tres nos paramos de nuestros lugares asustadas, sin entender qué es lo que está sucediendo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

         Estábamos charlando con Aitana y Aila cuando entra Otto, su cara está desencajada y se puede ver a leguas lo enojado que está, las tres nos paramos de nuestros lugares asustadas, sin entender qué es lo que está sucediendo. Enseguida escondo a Aitana detrás de mi cuerpo, Aila se pone a mi lado, ambas protegiéndola de Otto, quien ahora mismo parece luchar para no cederle el control a su lobo.

-¿Qué carajos Otto? – Escucho que le dice Aitana, pero él no le responde, sino que se acerca a mí de forma rápida y tomándome del brazo de forma brusca me acerca a él.

-¿Tuviste algo con él? – La voz de mi lobo no es la misma de siempre, esta vez se escucha más siniestra, sus ojos cambian de color, quedando uno de su característico gris y el otro celeste, como los ojos de su lobo.

-¿Eh? – Su pregunta me desconcierta, ¿de quién habla? Ni siquiera he salido de acá, y él ha sido el único hombre que me ha visitado en mi cautiverio - ¿De qué hablas?

-Otto, tranquilízate ahora mismo – lo regaña Aitana,

-Aiti, cállate, ahorita mismo Otto no es él mismo, tampoco Lohan, están enceguecidos por, ¿celos? – se preguntó Aila.

-Otto – intento llamar su atención, sintiendo demasiado miedo por Aitana, le acaricio suavemente la mejilla - ¿Qué sucede?

-Román, ¿qué tienes con él? – gruñe y sus colmillos comienzan a crecer en su boca. ¿Qué tenía que ver Román en todo esto?

-¿Román? ¿Está aquí? – me emociono al pensar que mi más leal súbdito esté aquí, él siempre fue muy importante para mí. Noto como la cara de Otto se transforma y un fuerte gruñido sale desde su pecho, retrocede un paso y me suelta. El dolor que veo en sus ojos me oprime el pecho y yo cada vez entiendo menos.

-Si quieres verlo, estoy segura que Aitana puede arreglar que te veas con tu amante – me dice con rabia y sale corriendo de la habitación.

-¡Espera! – grito e intento atravesar la puerta para ir detrás de él, pero los dos enormes gorilas que custodian mi puerta me lo impiden.

-Arinka – me dice Aitana mientras pone una de sus manos en mi hombro y niega con la cabeza – No puedes salir, lo siento. Le pediré a Einar que vaya con él ¿sí? – yo bajo mis hombros totalmente derrotada y asiento con mi cabeza.

-Yo iré a averiguar sí Román se encuentra acá ¿sí? – me dice Aila y yo asiento con mi cabeza.

-Ey, ¡Alégrate! – Me dice Aitana una vez que Aila abandona la habitación – significa que Otto está celoso – sube y baja las cejas – En menos de lo que esperas ya veo que tienes una marca en tu cuello, ¿o a los vampiros no se los marca? ¿Cómo funciona? – me pregunta frunciendo su ceño y yo suspiro, agradezco tenerla, seguro me ayuda a distraerme y no pensar en el lobo que tan enojado se encuentra.

Una Vampiresa para el DeltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora