Veintinueve

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         Hace dos días llegué a la manada, y aún no he sido capaz de hablar con mis amigos, se me hace muy difícil la tarea de enfrentarme a los dos y decirles que me voy de la manada

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         Hace dos días llegué a la manada, y aún no he sido capaz de hablar con mis amigos, se me hace muy difícil la tarea de enfrentarme a los dos y decirles que me voy de la manada. Se siente como abandonarlos, abandonar mi familia. Sé que, aunque va a costarles, van a entenderme y apoyarme, pero es demasiado difícil hacerlo, creo que también me cuesta porque se me va a romper un poco el corazón al irme de mi manada.

Aitana siempre intenta convencerme de hacerlo, pero la inseguridad siempre me acobarda. Ella está segura que todos en la manada me van a entender y que siempre voy a ser bien recibido aquí, pero de todas formas mis pensamientos me atormentan.

Aunque he decidido ser valiente de una vez por todas y hablar con mis amigos, contarle mis planes a futuro y esperar a que me entiendan, pues la verdad es que ya ansío volver con mi precioso ángel.

-¿Sabes? Estás comenzando a ponerme histérico con tus nervios – me gruñe Anoki y yo bufo.

-Di lo que sea que tienes para decir – me apura Einar, los tres nos encontramos en su despacho hablando de cosas de la manada, pero hace unos minutos mis pensamientos me llevaron a ausentarme mentalmente de la charla. Paso mi mano por mi pelo con nerviosismo mientras muevo compulsivamente mi pierna.

-No puedo seguir siendo el Delta de la manada – el silencio que siguió a mi declaración me hizo estremecer, joder, creo que podría haberlo dicho con un poco más de tacto.

-¿Disculpa? – dice Einar desconcertado.

-No puedo seguir siendo el Delta...

-Eso escuchamos a la perfección – me interrumpe bruscamente Anoki.

-No puedo seguir siéndolo porque no podría hacer mi trabajo como es debido. No puedo vivir más en la manada, tengo una mate que es una vampiresa y esa vampiresa es una Condesa, los vampiros la necesitan y yo la necesito a ella. No puedo hacer mi trabajo desde la distancia.

-¿Te vas? – la voz de Einar hace que quiera salir corriendo, siento su dolor y odio ser el culpable. Los tres somos como hermanos, nos juramos estar juntos siempre, sé que les estoy fallando y me odio por eso. También sé que irme lejos de la manada va a ser la cosa más difícil que haga en mi vida, pero Arinka es mi mate y no podría dejarla jamás.

-Sabes que tengo razón Einar, no puedo seguir siendo el Delta cuando voy a pasar la mayor parte de mi tiempo en el Clan.

-Ella puede venir aquí.

-¿Y guiar a su clan desde la distancia? ¿Qué clase de líder sería?

-Uno que no me aleje de mi jodido hermano – dice Anoki parándose de su silla para comenzar a caminar de un lado a otro. Yo suspiro.

-No me está alejando de ustedes, vendría seguido a visitarlos, son mi familia, solo estoy renunciando a mi puesto, porque repito, no podría cumplir con mis obligaciones. Pero no estoy renunciando a ustedes, son mis hermanos.

-Se siente como que estés renunciando a nosotros, prometimos nunca separarnos – me recuerda Anoki, yo vuelvo a suspirar mientras lo veo ir y venir de un lado a otro, lo que logra inquietarme, pero más me inquieta la quietud y el silencio de Einar.

-¿Einar?

-Aitana trató de advertirme que no podrías tener una doble vida, yendo y viniendo del clan a la manada, solo pensé que nos elegirías a nosotros – lo que Einar me dice hace que se me apriete el corazón con dolor.

-Si Aiti no hubiera querido renunciar a su vida en Seattle tú también hubieras dejado todo por ella, de la misma forma que tú Anoki hubieras ido al aquelarre de Aila si ella no hubiera decidido que ama la vida en la manada.

-¿Ella te pidió que nos dejes?

-No. Ella quiso intentar dejar el Clan, pero nunca le haría eso ni a ella ni a toda su gente. A mí me duele terriblemente dejar mi puesto, dejar la manada, alejarme de ustedes. Pero me consuela saber que la manada queda en las mejores manos posibles, que todos van a poder seguir sin mí, que ustedes son felices con sus familias. Ari no tiene ese consuelo si deja su clan, ¿quién va a dirigirlos? ¿Y si la persona que quede al mando es igual de hijo de puta que su padre? ¿Qué les espera a todas esas personas que confían en ella?

-Joder Otto – me dice Einar pasándose una mano por su cabello – Te entiendo completamente y por más que me duela, te apoyo, siempre voy a apoyarte – me dice y siento una inmensa felicidad dentro de mí, a la misma vez que me emociono – Me alegra que hayas encontrado a tu mate y que sea tan buena mujer, me alegra que la hayas elegido a ella y lo que realmente te hace feliz antes que a la manada. Espero que Arinka esté a la altura del corazón de su mate.

-Gracias hermano – le digo parándome para darle un abrazo – no sabes lo que necesitaba escuchar eso de vos.

-¿Por qué no se besan de una vez? – dice Anoki.

-Ven aquí, también hay abrazo para ti – digo estirando un brazo para unirlo.

-No abrazo a traidores – dice y Einar pone los ojos en blanco para después golpearle la nuca.

-No es momento de tus chistes, Otto va a tomarse literal tus palabras.

-¿Dices que más de 200 años que tiene el honor y placer de ser uno de mis mejores amigos y aún no me conoce? Si es así, pues la manada no se pierde de nada, seguro cualquiera es mejor Delta que él – ahora soy yo quien golpeo su nuca y él lanza una carcajada para después abrazarme.

-Tendremos que buscar un nuevo Delta, espero que puedas quedarte al menos unos días más para ayudarnos y entrenar a esa persona – me pide Einar y yo no dudo en asentir.

-Por supuesto que sí. Y estaré aquí cada vez que me necesites, son solo unas pocas horas de viaje. Y también espero que ustedes nos visiten.

-Puaj, no nos castigues de esa forma, ¿cómo haces para convivir con el olor de los vampiros? – me pregunta Anoki y yo río.

-Sinceramente espero en algún momento acostumbrarme al olor, creo que el aroma de Ari lo hace más llevadero.

-Tal vez Aila pueda inventar algo para que no podamos oler a los vampiros – fantasea Anoki – seguro que sí, mi mujer es fantástica.

Cuando Anoki termina de fantasear y alagar a su mujer, los tres comenzamos a pensar en posibles candidatos para el puesto de Delta, haciendo una lista de posibles nombres y luego una lista de pros y contra de cada candidato, esto último a pedido de Anoki.

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Esta historia está llegando a su fin, tanto así que el próximo capítulo es el último.

Nos leemos la próxima semana!!

Una Vampiresa para el DeltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora