Veintiséis

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         -Tenemos que hablar pequeño ángel – Otto ingresa a mi despacho sin tocar la puerta, yo levanto la vista de los papeles que tengo delante y me fijo en él, como cada vez que lo miro quedo perdida en su belleza, sus hombros anchos y esa reme...

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         -Tenemos que hablar pequeño ángel – Otto ingresa a mi despacho sin tocar la puerta, yo levanto la vista de los papeles que tengo delante y me fijo en él, como cada vez que lo miro quedo perdida en su belleza, sus hombros anchos y esa remera que hace que sus bíceps sean más notorios, esos ojos grises que siempre que me ven brillan y la sonrisa arrogante que se forma en sus labios cuando nota cómo lo miro – Si me sigues mirando así no vamos a hablar – ambos reímos y él se sienta frente a mí, no sin antes darme un beso.

-¿Pasó algo?

-Tengo que irme a la manada – me dice y mi sonrisa se borra – Einar me llamó, me he ausentado por más de una semana, y me necesita, soy su Delta – ambos nos quedamos callados por unos segundos, yo intento procesar lo que me dice, tiene todo el sentido del mundo que su Alfa lo necesite, como él mismo dijo, es el Delta. Pero yo no puedo irme del Clan, ellos me necesitan y hay muchas cosas por hacer. Ya no se puede retrasar más lo inevitable, tenemos que hablar de nuestro futuro.

-Yo... yo no puedo irme contigo – susurro y él asiente con su cabeza.

-Lo sé.

-Tengo muchas cosas por hacer, tú me has estado ayudando a organizarme y...

-Lo sé pequeña – me interrumpe – iré solo e intentaré solucionar todo lo más rápido posible para venir, pero...

-Pero esto no puede ser así para siempre, no podemos vivir separados, somos Almas – expreso lo que él quiere decir y asiente con su cabeza – Debemos encontrar una solución permanente – suspiro. Los dos nos miramos pero no decimos nada, pedirle que deje la manada es demasiado, él siempre estuvo destinado a ser el Delta de su manada, y desde hace muchísimos años cumple ese rol, y dejar la manada no solo va a significar perder su estatus, sino que también va a significar perder a su familia, el Alfa y Beta y sus respectivas familias son la familia de Otto. Sin embargo yo hoy soy la Condensa por haber matado a mi padre y hermano, pero nunca estuve destinada a esto, pero la realidad es que no quiero irme de mi Clan, no quiero que vuelva a caer en manos codiciosas como la de mi padre, quiero pelear por el bien de nuestra gente.

-Voy a hablar con Einar y ver qué solución podemos encontrar – me dice Otto.

-Yo... yo podría dejar el clan para que vivamos en la manada – mi corazón se rompe un poco al pronunciarlo, realmente me gustaría quedarme en el Clan, pero sé perfectamente que sin Otto ya no puedo vivir. Otto me mira con una sonrisa de lado, y mi corazón se aprieta aún más al saber que esa idea le gusta.

-Tú no puedes vivir en la manada Ari, naciste para liderar este Clan, te he visto estos días hacerlo, la dedicación con la que lo haces, la forma en la que resuelves los conflictos, amas esto y no sería capaz de sacártelo nunca - ¿se puede querer más a una persona? Porque lo que Otto me está demostrando al decirme estas palabras me hace saber todo lo que me quiere, y he de decir que esta muestra tan grande de amor solo me hace quererlo más.

Una Vampiresa para el DeltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora