Diecinueve

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         Cuando salgo del despacho del Alfa corro, literalmente, hasta dónde está mi pequeño Ángel, ahora se encuentra en el living de la mansión con las chicas, está sentada en el piso jugando con Kilian, enseguida la imagen me impacta, y la angu...

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         Cuando salgo del despacho del Alfa corro, literalmente, hasta dónde está mi pequeño Ángel, ahora se encuentra en el living de la mansión con las chicas, está sentada en el piso jugando con Kilian, enseguida la imagen me impacta, y la angustia también, nunca podremos tener cachorros juntos.

-Ari, ¡ayúdame! – le dice Kilian y ella ríe suavemente.

-Así Ki – le enseña cómo encastrar las piezas de su juguete y él le presta toda su atención, para después asentir con su cabeza.

-Ari – la llamo y ella enseguida levanta sus ojos grises y me brinda una pequeña sonrisa - ¿me acompañarías a mi casa? – ella desvía sus ojos hacia Kilian.

-¿Te molesta si me voy con Otto? – mi corazón se estruja de amor por su interacción con Kilian, por ver cómo se preocupa por su opinión, aunque veo el anhelo en sus ojos, el anhelo por ir conmigo.

-Deja a Ari que vaya con el tío Otto, mamá y papá jugarán contigo, ¿te parece? – interviene Aitana, y sin esperar la respuesta de Kilian, ella se sienta a lado de su hijo y comienza a encastrar las piezas.

-Está bien Ari – asiente con su cabeza Kilian, Arinka sonríe y después de dejarle un beso en la cabeza a Kilian y sonreírle a Aitana, se para a mi lado.

-Vamos – tomo su mano y juntos salimos de la mansión, beso sus nudillos y le sonrío cuando ella también lo hace - ¿Cómo estuviste estos días?

-Bien, me he divertido bastante con las chicas y Kilian, el Alfa también ha pasado tiempo con nosotras – me sonríe y yo asiento con mi cabeza.

-Has salido de tu habitación, ¿verdad? – pregunto un poco temeroso, aunque sé que Einar no fallaría a su palabra.

-Lo he hecho, me gusta sentarme en el jardín a leer.

-¿No has recorrido la manada? – pregunto frunciendo el ceño, ella se remueve un poco incómoda.

-La verdad es que no me siento demasiado bien recorriendo la manada por mi cuenta, siento que voy a incomodar a las personas – muerde su labio inferior y yo me tenso, al mismo tiempo que hago que los dos dejemos de caminar.

-¿Alguien te ha hecho sentir incómoda? – todo mi cuerpo está en tensión, noto la lucha de Lohan por tomar el control, las ganas de ambos de querer arrancarle la cabeza a quien sea.

-No Otto – dice apresuradamente mientras apoya una de sus pequeñas manos en mi mejilla – Nadie me ha hecho sentir mal, de verdad. Soy solo yo – suspira y yo pongo mi mano en su cintura, acercándola más a mí.

-¿Segura? – Pregunto en voz baja, ella traga saliva, mientras baja su mano hasta mi pecho, dejándola justo sobre mi corazón. Ella asiente con su cabeza, incapaz de decir nada y yo asiento con mi cabeza, acercándome más a su cuerpo, nuestras respiraciones se entremezclan, y mi necesidad de sentirla se hace más grande - ¿Te dije que te extrañé?

-Lo hiciste – susurra – yo también lo hice – enseguida sonrío y llevo mi mano libre a su mejilla, acariciándola suavemente, como si fuera a romperse en cualquier momento.

-Voy a besarte Arinka – le aviso en un susurro y ella me mira parpadeando rápidamente, como si no pudiera creer las palabras que escucha. La acerco suavemente a mí, dándole tiempo a alejarse, pero no lo hace, y sé que ella desea esto tanto como yo. Cuando nuestros labios se unen, siento que todo a mi alrededor desaparece, sus labios finos son demasiados suaves y encajan perfecto con los míos, aprieto un poco más de su cintura y ella jadea, permitiéndome adentrar mi lengua en su boca, explorándola, el beso no deja de ser dulce y lento, a pesar de que Lohan quiere tomar posesión del momento y volver todo más pasional, no lo dejo. Quiero mantener nuestro primer beso en este ritmo, uno calmo, permitiéndonos sentirnos y explorarnos. Había planeado llegar a casa antes de besarla, pero simplemente no pude esperar más, ella es tentación pura.

-Márcala, márcala – me exige Lohan y yo gruño suavemente, no sé si por lo dulce que es la boca de mi pequeño ángel o por el imbécil de mi lobo – Déjame el control, la marcaré yo.

-Déjame en paz y disfruta, haremos todo a su debido tiempo.

-Ya hemos perdido demasiado tiempo – cierro el link decidiendo ignorar a Lohan, sé que vamos más lentos que las demás parejas, pero cada una tiene su propio ritmo.

Me separo lentamente de Arinka y abro mis ojos, ella permanece con sus ojos cerrados y muerde su labio inferior, yo acerco mi pulgar a su labio y tiro de él, para que deje de mordérselo. Ella abre sus ojos ante mi acción, me mira en silencio, sin saber que decir, y ciertamente yo tampoco sé que decir.

-¿Vamos a casa? – Susurro mientras dejo suave caricias en su mejilla, ella solo asiente con su cabeza - ¿Estás bien?

-Más que bien – me susurra con una tímida sonrisa, yo sonrío en respuesta y dejo un corto beso en sus labios, en ese momento sé perfectamente que no podré despegarme más de ella.

-Vas a ser mi perdición – suspiro y vuelvo a dejar un beso en su boca – Vamos – sacudo mi cabeza, bajo mi mano para entrelazarla con la suya y juntos caminar hasta mi casa.

Cuando llegamos le muestro brevemente la parte de debajo de mi casa, únicamente por cordialidad, solo quiero seguir besando esos labios rojos que no paran de llamarme. Me alegra saber que ella también me presta poca atención y casi no hace preguntas, su cuerpo me demuestra que tiene la misma urgencia que yo, y eso solo hace latir mi corazón con demasiadas fuerzas.

-¿Qué quieres hacer? – pregunto dejando mis dos manos en su cintura y acercándola suavemente a mí, sé que no estoy siendo bueno en este momento, sé que solo debería besarla y dejarnos llevar, pero quiero que ella me pida que la bese, o aún mejor, que ella me bese.

-Otto – murmura suplicante, lo que hace que toda mi sangre se concentre en una parte de mi cuerpo que no tengo planeado utilizar esta noche.

-Dime – le pido, acercándome aún más, solo milímetros nos separan. Ella envuelve mi cuello con sus delgados brazos y pega sus labios a los míos, esta vez hay más urgencia en el beso, abre su boca, permitiéndome hundir mi lengua allí y una pequeña batalla inicia junto a su lengua. Camino unos pasos, aún prendido de su boca y nos acerco al sillón, sentándome y obligándole a que ella quede en mis piernas. Suelta una pequeña risa por la sorpresa pero se niega a dejar mi boca, y yo me niego a dejar la suya.

Recorro con una de mis manos su espalda, hasta llegar a su nuca, donde empujo un poco más hacia mí, como si eso fuera posible. Ella deja suave caricias en mi nuca que me calientan el alma y todo mi cuerpo, su otra mano la deposita en mi pecho, justo dónde se encuentra mi acelerado corazón.

-Vas a hacer que me vuelva adicto a ti Arinka – le digo sobre sus labios, ella suelta una hermosa risita.

-Entonces vamos a ser dos los adictos – apoyo mi frente sobre ella y suspiro, siento felicidad en cada poro de mi cuerpo.

Siempre añoré encontrar a mi mate, era lo que más quería en el mundo, tener una relación como la que tuvieron mis padres, como la que tuvieron los anteriores Alfa y Luna, como la que tiene Einar y Aitana. Esos sueños los había pisoteado al saber quién es mi mate, pero por suerte, todo vuelve a renacer, porque mi mate está lejos de ser la persona que yo pensaba que era, sin embargo es una de las personas más buenas y dulces que he conocido, y sin lugar a dudas sé que es mucho mejor que la mate que siempre soñé.

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Espero les guste ❤

Una Vampiresa para el DeltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora