Epílogo

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         Poco más de seis años han pasado desde que vivo en el clan, y por suerte con el correr de los años todos los vampiros han logrado aceptarme

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         Poco más de seis años han pasado desde que vivo en el clan, y por suerte con el correr de los años todos los vampiros han logrado aceptarme. También hemos logrado con Arinka que el clan esté en paz con todas las manadas que previamente habían estado en guerra. Así que hace varios años todos vivimos en paz.

Con Arinka estamos realmente bien, nos amamos cada vez más, disfrutamos de nuestro tiempo libre y también de liderar el clan, y a pesar de que pasamos casi todo el tiempo juntos no solemos tener discusiones. Con Roman ya nos llevamos mejor y él aprendió a aceptar que Arinka no va a estar nunca con él, por lo que la convivencia es mucho mejor.

A la manada solemos ir al menos una vez al mes a visitar a todos, ahora mismo nos encontramos allí, es el cumpleaños número diez de Kilian y toda la familia está reunida.

-Tío – Kilian se para a mi lado con una pelota en sus brazos – Con Keila, Bjorn, Aidan y tío Anoki vamos a jugar al fútbol, ¿quieres jugar con nosotros?

-Por supuesto – digo revolviéndole el pelo - ¿Por qué el resto de los chicos no juegan? – pregunto frunciéndole el ceño. La familia en estos años ha crecido, y Kilian es el líder de la banda, un líder que cada vez que Mason y su familia vienen, divide a la banda de niños en mayores y menores porque no soporta a Amira, la hija de Mason. Mason e Irina tienen a los mellizos Bjorn y Aidan de seis años, a Amira de cinco y a Dante de tres.

-Porque son chiquitos – dice con obviedad, yo suspiro.

-Kilian tus hermanos menores – Einar y Aitana cerraron la fábrica con los mellizos Kenneth y Katia hace cinco años, o al menos eso dice Aitana porque Einar quiere tener más cachorros – Teo – Teo es el hijo mayor de Anoki y Aila que también tiene cinco años, también tienen a la pequeña Hannia de dos años y ambos están de acuerdo en no tener más hijos – Y...

-No la nombres que aparece – dice apretando los dientes y muerdo mi labio inferior para no reír, realmente Kilian no tolera a la pequeña princesa.

-Y Amira tienen cinco años – digo obviando su interrupción - y son perfectamente capaz de jugar al fútbol, así que ve a invitarlos, de lo contrario no voy a jugar con ustedes.

-Hola tío Otto – la dulce voz de Amira hace que me gire a verla, escucho como Kilian bufa detrás de mí y larga un suave "te lo dije".

-Hola princesa – la saludo y ella alza sus bracitos para que yo la levante, Amira es la debilidad de todos nosotros, no sé qué es lo que tiene pero siempre logra comprarnos – Estaba hablando con Kilian, vamos a jugar al fútbol, ¿quieres jugar? – le pregunto mientras paso mi mano por sus suaves risos rubios.

-No, Kilian no quiere que juegue, prefiero quedarme con mi mamá y las tías antes que soportarlo a él – me dice y yo vuelvo a morder mi labio para no reír. Amira sabe que Kilian no la soporta, y siempre está buscando cómo enojarlo, es demasiado inteligente para su edad – Pero seguramente Ken y Teo quieran jugar. Kat no porque odia el fútbol.

Una Vampiresa para el DeltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora