Veintiuno

9.5K 706 21
                                    

         Intento abrir los ojos pero no puedo hacerlo, estoy agotado, sé que he dormido poco, siento todos mis músculos cansados

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

         Intento abrir los ojos pero no puedo hacerlo, estoy agotado, sé que he dormido poco, siento todos mis músculos cansados. Aprieto el cuerpo que hay debajo de mí y me acomodo mejor, enseguida recuerdo todo lo que pasó anoche, las horas de sexo que tuve con mi pequeño ángel, y una sonrisa involuntaria inunda mis facciones, ahora sí quiero abrir los ojos, quiero encontrarme con mi precioso ángel.

Abro los ojos y lo primero que veo son sus pechos, mi cabeza está justo allí, sonrío aún más grande y dejo un pequeño beso allí, nada sexual. Ella se mueve un poco debajo de mí y yo levanto mi cabeza para verla, su pelirrojo cabello se encuentra desparramado por la almohada, sus largas pestañas acarician sus mejillas y su agarre se hace más fuerte, haciéndome sonreír aún más, creo que podría partir mi cara en dos en este momento, dejo un beso en su cuello y ella se mueve un poco más.

-Buenos días pequeño ángel – le susurro y ella suelta una risita haciendo que mi corazón lata más fuerte.

-Hola – susurra y sus ojos grises buscan los míos, sin perder su sonrisa.

-Tengo que irme, seguramente el Alfa debe estar buscándome – digo poniendo mis ojos en blanco – Pero tú puedes quedarte acá y seguir durmiendo.

-No lo puedo hacer, no si tú te vas.

-Puedes – le aseguro – quédate aquí descansando, no hemos dormido nada, debes descansar.

-Pero el Alfa...

-Él te autoriza.

-No quiero que tengas problemas con tu Alfa por mí Otto – su carita preocupada hace que mi corazón explote, por la Diosa, esta mujer va a matarme.

-No los voy a tener – dejo un beso dulce en sus labios y ella sonríe en el medio del beso, contagiándome – Sí voy a tener problemas si no me voy ya, aunque deseo mucho quedarme en la cama contigo.

-Yo también lo deseo – dice mordiéndose su labio inferior, yo miro hacia el techo, rezándole a la Diosa Luna para que me de fuerzas para levantarme de esta cama.

-Vendré al mediodía, iremos a que caces, ¿sí? – Ella asiente con su cabeza y yo dejo otro beso en sus labios – Duerme – le pido mientras me levanto de la cama, siento sus ojos recorrer mi cuerpo desnudo y le gruño – Me estás matando – digo mirándola, ella ríe y se cubre con las sábanas hasta la cabeza, acomodándose para volver a dormirse.

Después de una ducha rápida y de dejarle un beso en la cabeza a mi pequeño ángel, corro hacia el centro de entrenamientos, allí se encuentran Einar y Anoki, suspiro, sabiendo que el último algo va a decir.

-Hueles a sexo, ¿no te dio el tiempo de bañarte? – me pregunta y yo le gruño, Einar ríe y palmea mi espalda con una sonrisa.

-Quedó en mi casa – le informo a Einar y él asiente con su cabeza – Luego del entrenamiento me gustaría hablar contigo.

-Lo haremos – asiente con su cabeza – ahora comencemos, estábamos esperándote.

Con Anoki fuimos a entrenar a nuestros soldados, mientras Einar se encargaba de los cachorros, estuvimos toda la mañana entrenándolos, primero haciendo ejercicio físico y luego peleando unos contra otros, también Anoki y yo peleamos. Estaba realmente cansado, entre lo poco que había dormido y todo el ejercicio físico de la noche, fui una presa fácil para él, hasta que se apiadó de mí y decidió que otro día pelearíamos.

-La noche estuvo intensa – le dice Anoki a Einar mientras los tres caminamos hacia la mansión – si hubiera peleado con un cachorro creo que me hubiera costado más ganarle – yo golpeo su nuca y él ríe en compañía de Einar.

-Así que... ¿Estuvo bien?

-Nunca les pregunté acerca de cómo son sus noches con sus mates, no hablaré de lo que hice o dejé de hacer con la mía.

-Daa, que aburrido – se queja Anoki.

-Solo pregunté si estuvo bien – se queja Einar.

-Más que bien – sonrío como un imbécil, y los dos sonríen sin burlarse, seguramente recordando la primera vez con sus mujeres.

-Me alegro por ti hermano – Einar me sonríe con sinceridad y yo le devuelvo la sonrisa, sé que a pesar de quien es mi mate, él está feliz por mí, sabe cuánto deseé encontrarla y cuánto me costó llegar a dónde estamos hoy.

El resto del camino lo hacemos hablando de cualquier cosa, en realidad es Anoki el que habla, yo solo estoy perdido en mis pensamientos, no sabiendo cómo hablar con mi Alfa. Mi Alfa es uno de mis mejores amigos, tiene que entenderme ¿verdad?

-Te escucho – Einar me saca de mi ensoñación una vez pisamos su despacho, miro a mi alrededor y frunzo un poco mi ceño, no me había dado cuenta de que ya habíamos llegado.

-Eh... si – asiento con mi cabeza y me siento frente a él – Quiero marcar a Arinka, quiero que lleve mi marca en su cuello, anoche casi pierdo la cabeza en más de una ocasión, tuve que pelear con fuerzas frente a mi instinto y el de Lohan. Pero no quiero marcarla siendo una prisionera, porque siento que no me merezco hacerlo, porque no he peleado lo suficiente por su libertad. Sabemos que no va a atacar a la manada, que no va dañar a nadie. También sabes perfectamente que su gente la necesita, están sin su líder, ¿sabes lo peligroso que es eso?

-Otto lo que me estás pidiendo...

-Nunca te he pedido nada, solo he acatado todas y cada una de tus órdenes – lo interrumpo – y lo hago con honor, eres mi Alfa y amigo. Y sé qué crees que te estoy pidiendo mucho, pero sea o no mi mate, ya es tiempo de dejarla libre. La has tenido durante mucho tiempo acá, ya sabes lo buena persona que es, ya no va a haber más guerra, solo paz – Einar me queda mirando por un momento sin decir nada, pasa una mano por su cara y luego despeina sus cabellos, luce estresado y odio ponerlo así, pero más odio que mi pequeño ángel tenga que ir a todos lados con guardias, que no sea libre.

-Tengo que pensarlo Otto... Reconozco que Arinka es una buena mujer, que no ha dado ningún problema acá, pero dejarla libre... dejarla volver a su clan...

-¿Si quiera pensase que va a ser de ustedes dos una vez ella se vaya de acá? – me preguntó Anoki y mi corazón se acelera, no, no había pensado en eso.

-Eso es algo que arreglaremos juntos una vez ella esté libre – digo serio, mientras vuelvo a perderme en mis pensamientos, ¿cómo haríamos? ¿Ella atendería los asuntos de su clan a la distancia? ¿O sería yo quien atendería los asuntos de la manada a distancia? ¿Tal vez podríamos vivir unos días allá y otros acá? Joder, ¿de verdad hasta el momento no me había puesto a pensar en qué iba a pasar una vez ella obtenga su libertad?

-¿Estás seguro de lo que me estás pidiendo?

-Confío en ella con mi vida Einar – Einar asiente con su cabeza y queda en silencio, los tres quedamos en silencio, a espera de su respuesta.

---------------------------

Una Vampiresa para el DeltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora