Capitulo VIII
Breogan sujeta entre sus manos una antorcha para iluminar el camino hacia las mazmorras. La humedad del ambiente hace que Meira comience a temblar de frio, algo que él nota de inmediato, pero no dice nada.
Al llegar a la celda Meira se acerca lentamente observando en la oscuridad que reina dentro de la misma, el rey coloca la antorcha en un agujero de la pared y con el mango de espada golpea el metal de la reja.
- ¡Sal!
Se escucha como algo se arrastra, un quejido de dolor retumba y entonces aparece frente a ella, sin pensarlo se lanza contra la reja y alcanza a tocar las manos huesudas y heladas.
- ¿Cedric?
-Meira... -susurra el sujeto con mucha dificultad.
Meira dirige una mirada sobre sus hombros para cerciorarse que Breogan no le escuche.
- ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos?
El hombre guarda silencio entonces Meira siente cómo unos dedos se enredan en su cabello, alzándola de un solo movimiento.
-No me agrada tu juego princesa, ya lo viste y es suficiente.
Amarra sus manos con una gruesa soga y de igual manera hace con su cuello, le encomienda a uno de sus guardias más leales que la lleve de regreso a las ruinas, pero entonces aparece Liam, jadeante, signo que había corrido.
-Mi rey. –dice tras hacer una reverencia.
Breogan indica con el dedo índice que se retiren con Meira entonces Liam agrega
-No querrá dejarla ir.
- ¿De qué hablas?
-No cumplió con el mandato.
Breogan deja su mirada en la mirada asustada de Meira, camina hacia ella sin vacilar y le pregunta
- ¿Qué hiciste?
-No lo sé, sabes que mis recuerdos son confusos. –responde nerviosa.
-La hija mayor, Cleo, sobrevivió.
Meira luce confundida, en verdad no recuerda todo con claridad incluso el ver a Cedric parece más un sueño que una realidad.
-Sabes lo que ocurre cuando no cumples. –susurra en su oído con un timbre de voz cargado de odio mientras libera sus manos mas no su cuello.
Hace un gesto hacia Liam, éste abre la celda
- ¡No! –grita Meira con desesperación. Entre lágrimas se sujeta a las piernas de Breogan y le suplica piedad. –Lo haré, haré lo que pidas, pero por favor...
Se escucha un grito ensordecedor de dolor, el hombre llora y grita mientras Liam arroja una mano que cae justo frente a ella. - ¡No! –grita embargada de dolor, corre hasta el interior de la celda y lo abraza con desesperación. El sujeto llora y grita entre sus brazos entonces Liam la saca arrastras al tiempo que amarra sus manos nuevamente.
-Llévatela, y recuerda Meira. Cedric está en mis celdas, pero tú eres el verdugo.
El rey se dirige a su aposento donde encuentra a la vieja Cinnia.
- ¿Qué haces aquí?
- Saldré de los muros mi señor. –por la ventana comienza a entrar una espesa niebla, el ambiente se enfría tanto que se puede ver el vapor saliendo de la nariz de Breogan. Poco a poco no puede verse nada dentro de la habitación, solo ella puede verle, pero él solo la escucha murmurar a su alrededor entonces se escucha el tenebroso aullido de un lobo, un sonido ronco y poderoso. - Nada que quiera destruirlo podrá verle, o tocarle.
La niebla desaparece y frente a él aparece una mujer de cabellera dorada como el sol, ojos negros como la noche. Viste un vestido de lino color blanco, una fina cadena de oro reposa sobre su cadera, el rey la reconoce. Es la misma mujer que lo abordó aquella noche de tormenta.
- ¿Hacia dónde irás?
- Ella lo vio mi señor, Meira reconoció su rostro. -Breogan lleva sus manos al rostro y golpea la pared con su puño, provocándose una herida, la mujer se le acerca tomando su mano entre las suyas sanándolo de inmediato. –Por eso debo ir, y llevarlo por senderos de perdición antes que llegue con el monje al que usted le perdonó la vida.
-Robroy. –susurra con enfado.
-No se preocupe mi señor, yo me haré cargo y volveré con su cabeza. –camina hacia la puerta y se gira hacia él mientras dice –Antes del eclipse mi rey.
La mujer desaparece y Breogan arroja una botella de vino contra la pared mientras grita de frustración y odio.
ESTÁS LEYENDO
La Reina Maldita
FantasyEn las enigmáticas tierras de un reino que goza de paz y prosperidad nacerá un amor inquebrantable entre dos jóvenes desafiando al mismo rey y volviendo vulnerables los muros del reino ante el odio y la magia. Aprovechando la fisura creada por los j...