SCP 1471 [Una vida anómala.]

UN DIA MENOS (EXTRA)

Advertencia: Este es uno de mis peores capítulos hasta la fecha, no te juzgaré si decides no leerlo.

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Empecemos desde el principio.

Me llamo Quentin Burnett, me topé con una anomalía, y durante los últimos cinco años trabajó para organización secreta y capturo, identifico y transporto anomalías bajo las narices de toda la sociedad.

Todo esto, mientras asisto a la universidad, trabajo y lidio conmigo mismo.

Y a veces, necesitaba un pequeño descanso de todo.

Los fines de semana, solía pasar la mayor parte del tiempo jugando a videojuegos y holgazaneando con Mal0 en mi apartamento.

Pero hoy no.

Estaba caminando por la calle, eligiendo una cancion de mi lista de reproducción, dirigiéndome a uno de los locales de comida que tanto le gustaban a Mal0.

El dinero no era un problema para mí en este momento, pero no me gustaba ser perezoso y pagar el envío, pudiendo ir yo mismo.

Una ligera lluvia caía sobre mí, era uno de esos días en los que no hacía tanto frío como para que la gente se quedara dentro todo el día, pero parecía que el tiempo tenía otros planes.

No me molestó, seguí caminando a mi ritmo mientras miraba a mi alrededor, viendo como las demás personas apresuraban el paso, o abrían sus paraguas.

(Jamás usaría un paraguas.) -Pensé, con una pequeña sonrisa formándose en mi rostro.

Finalmente llegué, una pequeña cafetería, un agujero en la pared.

Mal0 habia descubierto este lugar por casualidad, y desde ese entonces íbamos de vez en cuando ya que no quedaba tan lejos del campus.

Empujé la puerta, pasando dentro con un pequeño tintineo de campana.

Me avergonzaba un poco ingresar completamente mojado, quizás no debí caminar debajo de la lluvia.

El pequeño local olía a café y a comida, un pequeño respiro de aquel olor a tierra mojada y gasolina.

Mientras me acercaba al mostrador, eche un rápido vistazo al lugar.
Se veía acogedor, pero parecía no haber mucha clientela, lo cual era algo raro, en un día como este.

Mirando el cartel detrás de el mostrador, pude ver decenas de nombres de cafés, uno con mas palabras que el anterior.

Me daba un poco igual, la mayoría tenía el mismo gusto.

-¡Hola! -Saludó la chica detrás del mostrador, con una sonrisa profesional.

-Ah, hola.
-Podría pedirte un...

Miré a el cartel, intentando buscar algún nombre que sonara familiar, pero realmente todos parecían iguales.

-¿Podría pedirte un latte? -Dije, tras pensarlo un rato.

-Por supuesto, ¿algo más?

-Ah, y dos muffins, por favor. -Dije, señalandolos en la vitrina.

-Serian 6.50. -Dijo, tras marcar el precio en la caja registradora.

Luego de pagar, la chica dijo que llevaría la orden a mi mesa así que decidí sentarme en una de las butacas del fondo.

Dejé mi celular sobre la mesa, y uno de mis auriculares en mi oreja, por si Mal0 quería hablarme.

Mientras esperaba, miré por la ventana, viendo como las personas pasaban frente a la cafetería sin siquiera prestarle atención.

Ver tantas personas juntas me hacia sentir un poco insignificante, como si fuera un personaje secundario en sus vidas.