Me materalizé justo a tiempo para poder sostener a Quentin, quien estaba a punto de caer al suelo.
Inmediatamente volteó a verme, asustado.
-Mal0--
-No puedes---Tranquilo, Quentin.
-Ya llegaremos a casa. -Murmuré intentando calmarlo.Al principio forcejeó un poco, pero logró pasar un brazo sobre mí cuello y apoyar en parte el peso cuerpo de esa manera.
Mí primer instinto hubiera sido cargar a Quentin como lo había hecho aquella vez, pero no quería llamar mucho la atención.
...
Logramos caminar la manzana que nos quedaba por recorrer.
Estaba en alerta constante, por si aquel sujeto decidía volver a atacar a Quentin.La impotencia que sentí al ver a Quentin luchar...
Estuve a punto de saltar del celular y degollar aquel hombre en un abrir y cerrar de ojos.Pero la fundación dijo que no debía volver a materializarme en las calles.
Eso no me importaba ahora.En los pocos metros que nos faltaban hasta llegar a casa pude ver a aquel hombre en la calle que pedía limosna, bebiendo de una botella de cerveza.
Estaba segura de que Quentin tendría algún comentario gracioso para hacer, pero ahora mismo estaba ocupado con no desmayarse en el lugar.
Metí mis manos en el bolsillo de Quentin, y luego de unos segundos de husmear logré sacar sus llaves.
Las manos me temblaban demasiado y terminé tardando más de lo necesario para abrir la puerta principal.
Apenas entramos a la puerta, tomé a Quentin por los pies y lo cargué por los pasillos del edificio.
Doblé una esquina y podría jurar que mí corazón dejó de latir sangre y comenzó a bombear hielo.
La madre de Quentin se encontraba en medio del pasillo, aún con su vestimenta de dentista puesta, con una expresión difícil de leer en su rostro.
Estando en una situación así no podía desmaterializarme y volver celular de Quentin, dejándolo tirado en el suelo.
Tampoco podía volver a la calle, y arriesgarme a que me vean.Me quedé inmóvil en el lugar, sosteniendo a Quentin entre brazos siendo incapaz de pronunciar una sola palabra.
Apenas vío a su hijo, abrío los ojos de par en par y se llevó la mano al pecho.
-¿¡QUENTIN?! -Exclamó, horrorizada.
Levantó su mirada hasta encontrarse con la mía, su rostro lleno de horror e ira.
Pude ver cómo titubeaba en caminar hacia mí, claramente aterrada por mí apariencia, pero aún manteniéndose en pie por el amor a su hijo.
-Señora, le pido qu--
-¿¡Quien eres?!
¿¡Que le pasó a Quentin?! -Volvío a gritar, aterrada.Quentin solo movió la cabeza, estando demasiado cansado como para vocalizar una respuesta.
-¡Señora, Quentin fue atacado, necesitamos ayuda de inmediato! -Exclamé, intentando ser lo más cordial posible.
La expresión de terror en el rostro de la mujer demostraba que aún no confiaba en mí, pero no tenía más remedio que colaborar, ya que tenía a su hijo.
Soltó un suspiro exhasperado y negó con la cabeza.
-¡Entra, rápido! -Exclamó, abriendo la puerta de su departamento.
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SCP 1471 [Una vida anómala.]
ParanormalUn joven, acompañado por su mejor amiga anómala intentará volver a su antigua y aburrida vida, pero la fuerte cadena de la fundación se lo hará imposible. [Segunda parte de la historia "Un amigo bastante particular"]