SCP 1471 [Una vida anómala.]

VI

El paseo desde la estación de tren hasta el edificio de la convención fue un poco más relajado que el viaje hasta la estación.

Cada vez había más personas vistiendo trajes así que al fín la atención no estaba solo en nosotros.

No tuvimos que caminar mucho hasta el edificio de la convención, y luego de unos cinco minutos llegamos.

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Si dijera que me sentía sofocado sería quedarme corto.

La absurda cantidad de personas que había dentro hacia que el calor que hacía se sintiera aún peor.
O tal vez solo era yo.

Atravesamos la muchedumbre hasta llegar a un area con menos gente.
Dando un suspiro de alivio nos sentamos junto a un pilar.

Mal0 estaba apretando mí mano con tanta fuerza que casi me cortaba la circulación.

-Uhh...
-¿Llegamos? -Dije mientras volteaba a ver a Mal0.

La anomalía no respondió, solamente se quedó observando a las personas que pasaban.

-...
-Si.

El edificio no era nada del otro mundo, sus suelos alfombrados no parecían haber sido barridos en meses.
Un pequeño puesto se sintió junto a nosotros, un artista vendiendo sus obras, sentado en un pequeño banquito.
Traía puesto la cabeza de un zorro verde, lo cual lo hacía destacar bastante.

Su vista se desviaba de vez en cuando hacia Mal0, pero ella parecía no haberlo notado.

Estaba rezando internamente para que nadie descubriera quien era en realidad.
Claro, las personas comunes no saben sobre la existencia de las anomalías, pero..

...

Debería relajarme, no quisiera verme muy tenso junto a Mal0, y ponerla tensa a ella también.

...

Estamos sentados lejos de todas las personas, pero aún así mí corazón está latiendo a mil kilómetros por hora.
Coloqué una mano en mí pecho y respiré hondo, intentando calmar mis nervios.

Mal0 pareció notarlo y volteó a mirarme.

-¿Te encuentras bien, Quentin?

-S-Si..
-Solo me duele un poco el pecho.

-...
-De acuerdo.
-No es motivo de alarma, pero ese sujeto con el lápiz no para de mirarnos.

(¿Wow, lo había notado?)

-¿Quieres ir a pasear un poco? -Pregunté, pateandome internamente por cada palabra que salía de mí boca.

-Me gustaría. -Dijo mientras se levantaba del suelo y extendía una mano hacia mí.

La tomé y me levantó del suelo con tanta rapidez que casi me caigo para adelante.

-Hey, tranquila.. -Murmuré luego de recuperar el equilibrio.

-Lo siento..

Antes de irnos pasamos por enfrente del sujeto que había estado espiandonos, se veía muy entusiasmado en sea lo que sea que estaba dibujando.

-¡Un momento! -Exclamó extendiendo su mano hacia nosotros.

Ambos volteamos a ver, pudiendo apreciar su... arte mientras caminabanos en su dirección.

Dío vuelta su sketchbook y nos mostró lo que había dibujado en el.

...

Un boceto de nosotros recostados, con un par de corazones dibujados encima nuestro.