I need you, I need you, I need you right now
Yeah, I need you right now
So don't let me, don't let me, don't let me down
I think I'm losing my mind now
It's in my head, darling, I hope
That you'll be here when I need you the most
So, don't let me, don't let me, don't let me down
Don't let me down—Ohhhh— le gritamos todos a Nathalia quien cantaba encima de una de las mesas de el bar.
Habíamos dejado a Alicia con la niñera que había sido de Naty, era una anciana muy dulce y cariñosa, y estaba seguro de que no abría problemas, no sabía cuánto habíamos bebido exactamente, pero si sabía que establos todos lo suficientemente borrachos como para que Nathalia estuviera en una mesa bailando mientras Lili, Max y yo la apollábamos gritándole, Harry había desaparecido y mi teléfono no dejaba de sonar, pero yo ni atención le había prestado.
—¡Chicos!— gritó Harry por encima de la música, se acercó abrazado de una chica de cabellos negros, piel pálida y labios rojos. Noté como Lili se tensó al instante y la rabia que me dio la escena hizo que se me fuera todo el alcohol de mis venas.
—¿Quien es ella?— pregunté sin rodeos.
—Es Kimberly.
—¿Y que hace aquí? Contigo
—Es una amiga Jon, ¡por Dios!
—¿Podemos hablar tú y yo? ¿Solos?
—¿Es en serio?
—¿Te parece que esté bromeando?— estaba muy seguro de que tenía ganas de matar a alguien.
—Vale— me dijo en un susurro, le dijo algo a la chica y ella asintió, se sentó junto a Max tomando mi puesto. ¿En qué momento yo me había levantado? No me di cuenta de ello, pero estábamos caminando hacia la salida de aquel bar. —¿Qué pasa?
—¿Como que que pasa? ¿No te das cuenta de lo que estás haciendo?
—¿Yo?— se señaló a si mismo —¿Qué estoy haciendo yo?
—¡Harry!— le grité. —¿Como que que estás haciendo? ¡Creí que te gustaba Lili!
—¡Claro que me gusta!
—¡Entonces qué carajos haces con esa tal Kimi no sé qué rayos!
—Es Kimberly. Y ando con ella por qué Lili ni caso me hace.
—¿Sabes por qué no te lanzo un puñetazo?
—¿Por qué?
—Por que le prometí a Nathalia que no lo haría. Nunca más, pero si no, te mataba a golpes, por qué Lili, está que se muere por ti, y tú en lugar de arriesgar y preguntar, te pones a buscarte a cualquier zorra.
—¿Qué?— me miró con ojos muy abiertos —¿Qué Lili que?
—Lo que has escuchado baboso.
Dos chicos en motos se detuvieron delante de nosotros, se bajaron y nos miraron sonrientes. Parecían inofensivos, pero ese pensamiento cambio al instante.
—¿Harry?— preguntó uno.
—¿Si?— Harry dudó un segundo, pero contesto.
—Oh valla, ¿Cómo estás?— preguntó el segundo tipo.
—De maravilla— respondió mi amigo cambiando su semblante a uno más sombrío, como si los conociera de algo.
—¿Los conoces?— le pregunté mirando a Harry, pero el no respondió.
—¿Quien es el?— volvió a hablar el mismo. —¿Tu novio? ¿Eres gay acaso?
—¡No sé quién carajos eres pero no te voy a permitir que me hables así!— noté como su voz cambiaba, este no era el Harry que conocía.
—¿No sabes quiénes somos?— al no obtener respuestas, aquí gran señor calvo continuó. —Soy Jackson Lee...y éste es mi hermano Jason Lee
—Los hermanos Lee— escuché a Harry susurrar.
—¡Un momento!— interrumpí. —Lamento interrumpir la escena de película de acción, pero ¿qué carajos está pasando? ¿Se conocen o no?
—Tu amigo es curioso, Harry.
—¿Qué carajos quieren?— Harry fue directo.
—Es muy simple— dijo Jackson acomodando su estúpido y perfecto cabello. —Solo queremos... venganza.
Y tras decir esto vi como ambos hermanos Lee sacaban dos grandes cuchillos y se lanzaban sobre Harry, quien en un movimiento rápido consiguió escapar para sacar una navaja ¿En serio? ¿Qué estaba pasando? ¿Estoy en una película? O no, esto es un sueño, y como es un sueño, puedo hacer lo que quiera, así que me meteré en ésta pelea, y ganaré, por qué éste es mi sueño, y aquí puedo hacer lo que me dé la gana ¿Verdad?
Estaba ahí en una discusión interna cuando noté que un puñetazo me pasaba serca de la nariz. Qué suerte tiene mi nariz. Vi a Harry pelear solo contra aquellos dos gigantes de hierro, así que decidí ayudarlo. Me metí y comenzé a golpear al tal Jason, el cual se defendía muy bien, carajo, era fuerte.
—¡Jon, sal de que!— escuché a Harry gritarme. Lo miré y vi como clavaba la navaja en el hombro de Jackson, quien solo soltó un quejido. ¡Dios! Si fuese yo ya me habría desmayado.
—No te voy a dejar solo— y sentí el poderoso puño de Jason contra mi cara, solo un golpe y me derribo por completo. Esto no era un sueño ahora sí es mi fin.
Mi mente suplicaba por ayuda, pero mi cuerpo no respondía, ese tío volvió a golpearme, y otra vez, y otra y otra y otra vez, casi me mata a golpes. Así no se valía, yo estaba en el piso.
—¡Jon— escuché a Harry gritar y como pude giré mi rostro para verle, se le veía preocupado, se distrajo. Error, gran error.
—¡Harry!— le grité antes de que ese Jason me dejara sin aliento con una patada en el estómago, y antes de que Jackson, lograra dar una puñalada a Harry, justo en el estómago. Sacó el cuchillo, y volvió a dar una segunda, justo cuando iba dar una tercera una voz se escuchó a lo lejos.
—¡Oigan!— la voz de la salvación. —¿Qué estás haciendo? ¡Llamaré a la policía ya mismo!
Aquellos dos "hombres" huyeron en cuanto aquella señora dijo esto, subieron a sus motos y se largaron de allí. La señora se acercó y preguntó si estábamos bien.
—Yo si— le respondí sin aire. —Hay que... hay...hay que llamar a la ambulancia.
—Con gusto los ayudo— la señora se levantó y se alejó para llamar a una ambulancia, mientas yo sujetaba la herida de Harry pidiéndole que fuera fuerte. Qué aguantara solo un poco. —Estarán aquí en unos segundos. ¿Vale? Yo debo irme, mi casa queda lejos, yo solo estaba de pasada.
—Oiga muchas gracias, y tenga mucho cuidado.
—No se preocupe joven, se cuidarme bien.
Le sonreí y ella se marchó, en cuanto dio la espalda dejé de sonreír para mirar a Harry con preocupación. Carajo, mi amigo, ¡No! Por dios! Harry no.
Tenía las manos manchadas en sangre mientras la ambulancia nos llevaba y una enfermera trataba de curar mis golpes.
¿Por qué demonios debe de pasar algo malo cuando todo está saliendo de maravillas? Odio al mundo.
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Lo que nunca te dije
JugendliteraturSe enamoró, de quién no imaginaba, de quién no esperaba, y de quién no estaba buscando. Entonces, aprendió que el amor no se elige, es el quién nos elige a nosotros.