Capítulo 16: Estoy completamente segura

962 85 6
                                    


Clarke se miraba al espejo de su habitación.

Los días después de su ruptura con Niylah pasaron más rápido de lo que le hubiese gustado.

Se centró en su trabajo, en buscar nuevos artistas para exponer y asi tener la mente ocupada y no pensar en nada, sobre todo no pensar en Lexa y en ella misma.

Era algo sobre lo que aún no podía procesar. Necesitaba tiempo, era algo que tenía que admitirse a sí misma.

Suspiró al pensar en aquello y echó otro vistazo al espejo de cuerpo entero frente a ella.

El vestido de dama de honor que llevaba puesto lo había elegido Raven. Era de un tono azul cielo que resaltaba el color de sus ojos y su piel clara. Con un escote en V que realzaba su pecho y unas mangas cortas que dejaban al descubierto sus hombros. La falda era larga y fluida, con un corte asimétrico que le daba movimiento y elegancia. Llevaba unas delicadas flores blancas bordadas en el pecho y la cintura, que le daban un toque romántico y femenino.

Para acompañar aquel vestido había decidido llevar el pelo suelto con unas ondas naturales y unos pendientes de perlas que combinaban con el vestido. El maquillaje era sencillo pero sofisticado, con unos labios rosados y unas pestañas largas.

Se sentía cómoda, elegante y porque no decirlo, preciosa.

Se sonrió a sí misma en el espejo y tras coger el pequeño bolso azul a juego con el vestido que tenía en recibidor, se encaminó a la boda sintiendo como los nervios estaban a flor de piel. Por la emoción de la boda en sí y por volver a encontrarse con Lexa después de su última confesión.

Lexa había mantenido la distancia totalmente en silencio, sin ponerse en contacto con ella.

Le estaba dando espacio, lo sabía. Parecía que no quería presionarla y quizás si era verdad cuando había dicho que solo quería estar en su vida, nada más.

Pero las cosas no eran tan sencillas, sobre todo cuando está involucrado el amor y el deseo.

- ¿Preparada? –le preguntó Clarke a Raven de repente.

Estaban en la recepción del lugar donde iban a celebrar la boda. Raven se encontraba vestida con un hermoso vestido blanco puro con un escote corazón que realzaba su pecho y unas mangas largas de encaje que le daban un toque de elegancia y romanticismo. La falda era amplia y voluminosa, con varias capas de tul que le daban un efecto de princesa. El vestido además estaba adornado con unas perlas y cristales para darle un toque de brillo.

Raven la miró nerviosa mientras se apretaba las manos intentando contener esos nervios.

Clarke sujetó sus manos y la miró a los ojos antes de hablarle de nuevo.

-Estás preciosa –le aseguró- Y todo va a ir bien. Solo es un paso más en vuestro amor. Estáis demostrando cuanto os queréis, nada más –dijo intentando tranquilizarla.

Raven cerró los ojos unos instantes y cogió aire con fuerza, regulando su desbocado corazón.

Después asintió. Estaba preparada.

Clarke le devolvió el gesto a modo de confirmación y le hizo una señal al encargado que se encontraba frente a las puertas que las llevaba hasta el altar.

-Gracias por estar aquí conmigo –le murmuró Raven para después colocarse frente a aquella puerta sujetando el brazo de Clarke.

-Siempre –le respondió Clarke con una sonrisa.

Desde que los padres de Raven habían muerto no se había sentido en familia hasta que conoció a Clarke y se volvieron como hermanas, mejores amigas, eran la persona a la que acudían cuando estaban mal y cuando estaban bien. Lo eran todo la una para la otra. Y por eso Clarke no había dudado en decirle que si cuando le pidió ser su dama de honor y mucho menos cuando le pidió que la acompañase hasta el altar. Eran todo un honor para ella.

Si, mi Comandante (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora