¿Y sí reescribimos las estrellas?

Capitulo 10: ¿Tú y yo contra el mundo?

" Puedo. Siempre puedo. "

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Puente de Cromaffo: Almas Perdidas

19 de diciembre de 2029

02:38 AM.

Mia Davies

-¿Le tienes miedo a la muerte, Mía? -Preguntó la mujer viendo fijamente esos ojos peculiares que tantas sonrisas le han obsequiado, la niña negó una vez con su cabeza.

- No. -Respondió segura.

- ¿Por qué no? -Preguntó entonces y la niña frunció el seño como quién no entiende a qué va la cosa, aún así, con un encogimiento de hombros respondió:

- El abuelo siempre dice "No debes temerle a lo desconocido, no hay nada de malo en ello, no hay nada malo en ir directo a algo que no sabemos si es para bien o para mal, solo disfruta del ahora y no pienses en el antes o después"- Citó lo mejor que pudo lo que muchas veces y de diferentes maneras le había escuchado decir. - No logró entender bien pero, supongo que, se trata de disfrutar todo lo que la vida tiene para darte, porque al final todos vamos a morir ¿No?

Su madre le sonrió y la abrazó fuertemente susurrándole:

- Así es terroncito, solo vive y disfruta sin mirar límites.

El recuerdo se desvanece pero, el sabor agridulce se queda conmigo. Es uno de los recuerdos con más significado para mí y también, uno de los recuerdos, que más me duelen, me pesan, porque cuánto quisiera decir que he cumplido aquello que esa mujer de cabello castaño y ojos esmeralda quería que hiciera.

No, no lo he hecho en estos años pero, espero que, no sea demasiado tarde como para empezar ahora.

Cierro los ojos y uno de los tantos recuerdos que tengo con ella, aquella vez cuándo no quería aceptar que algo me dolía.

Llega a mí de manera fugaz.

Ojos esmeralda me devuelven la mirada, mirada llena de adoración mientras me dice:

- Te terroncito, ¿Sabes que llorar no es ser débil, no? Llorar te libera de todo aquello que te duele y no puedes decir, no te reprimas, no dejes que lo hagan.

Y cuánta razón tenía.

Siempre la tenía.

Pero, ¿Qué pasa cuando ya te has reprimido tanto que hasta las lágrimas cuestan en salir ?

¿Cómo hago para liberar ese dolor, Reina?

Ya no soy una niña, es cierto, pero, tú tampoco estás aquí para recordarme que no debo guardar tanto dolor. Entonces, ¿Qué hago?

La madrugada fría, sola y congelada, es mi única compañía. Una fría brisa me acaricia suavemente y cierro los ojos sintiendo este momento, hace horas que debería haber vuelto a mi hogar, hogar, irónico porque no lo veo como tal, dejó de serlo hace mucho, Michael nunca está, mi padre solo vive para trabajar, y ella no está desde hace años, solo Nani, y ayer no se comportó muy bien que digamos.

Había tardado en hacerlo

Por eso estoy aquí, en el puente de Almas Perdidas, se encuentra a una hora de casa, ni tan lejos ni tan cerca, vine aquí porque la soledad y el silencio de este lugar me da paz, tranquilidad, y sí, cualquier persona que se cruce por aquí y vea a una adolescente sentada al borde del puente ¿Qué es lo primero que piensa? "Se va a suicidar."

Y ganas no me faltan ¿Eh?

Pero, no, solo vine a pensar...

O en este caso, a recordar...