-"Los amigos son familias que nosotros mismos elegimos."
— ¡Vamos, vamos! —gritaba la chica tirando de la otra, la castaña. Ambas estaban dando todo un espectáculo, pero poco les importaba la verdad.
Se encontraban corriendo por todo el comedor del instituto IMS desde que la rulosa se enteró de algo y quiso verlo con sus propios ojos, tirando de amiga por todo el instituto hasta la ventana más grande donde una chica de cabellera larga y blanca con dos mechones frontales marrones miraba perdida en sus pensamientos.
Cuando llegaron a ella, la chica, desplazó su mirada hacía ellas que se quedaron rígidas en sus lugares, les seguía pareciendo super pesada la mirada de aquella chica, pesada y vacía.
— Mía, Sarah —Asintió en reconocimiento.— ¿Qué sucede? —preguntó entonces cuando ninguna hizo el ademán de hablar.
Sarah, la chica rulosa, asintió perdida en sus pensamientos, siendo rápida al hablar.
— Nos enteramos que una chica de cabello peculiar había entrado al instituto y queríamos verificar si eras tú. —Explicó con calma la morena.— Y ¡Bingo! si que eres tú.
La chica albanesa sonrió, divertida.
— Vale, es un poco raro todo esto, pero vale.—Se encogió de hombros, indiferente.
Mia, quien había estado callada todo este tiempo, se apresuró a recuperarse y tomar de la mano a la morena.
— Bueno, vale eh...—Comenzó dudando.— Nosotras nos vamos, fue un placer verte de nuevo.—Se despidió apresuradamente.
— ¿Nos vamos? —Repitió su compañera, perdida, la chica Albanesa sonrió nuevamente divertida.
— Sí.—Afirmó ella tomándole la mano y comenzando a arrastrar de ella lejos de ahí.
— ¡Nos vemos en clases! —Gritó en despedida la morena, a lo que la chica se limitó a sonreír.
No se salvaría fácil de esas dos, eso seguro.
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¿Y sí reescribimos las estrellas?
De Todo"Existe un hilo rojo invisible, que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. Un hilo que se puede estirar, contraer o enredar, pero que nunca será capaz de romperse." Ahora sé qué hay cos...
