Capitulo 7: La casa del lago

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"Mira hacia arriba, verás miles de estrellas.

Aún cuando están pintadas en un lienzo oscuro, nunca dejan de brillar.

Tú puedes ser como ellas.

No sabes cuándo comenzarás a brillar, o que tan fuerte lo harás; pero de algo que sí debes estar segura es que, tu luz interna

Nunca se apagará."

-S. M.

Viernes, 15 de diciembre de 2029

12: 37 PM.

Instituto Sunflower Meadow 

Mía Davies

— ¡Por fin llegó el fin de semana! —Grita James a mi lado y los demás se le unen al festejo.

Hoy por fin es viernes, y justamente hoy se terminan las clases. Cuando me recuperé esa fue mi  interrogante, o sea ¿Quién entra a clases a mitad de curso? Solo yo, claro está.

Y justamente hoy, nos vamos a la casa del lago. Quiero pensar que en ese lugar situado a mitad del bosque, no se encuentra tan congelado como acá, sino, será difícil para nosotros poder llegar o hacer algo más que preocuparnos por no morir congelados.

Todavía no me han dicho cuánto duraremos en ese lugar pero, James había dicho que sería solamente el fin de semana, espero sea cierto.

— ¡Mía! —Me llama la rubia a la distancia, ella y yo últimamente hemos tratado mucho, se podría decir que estamos intentando ser amigas como en años pasados, aunque, claro, siempre y cuando no esté su amiga Luna por ahí cerca.

Que nadie le diga a Sari porfis

En fin, ellas son muy cercanas, algo así como Sarah y yo, son muy interesantes de ver.

— ¿Que pasa? —Cuestiono llegando a su lado.

— Hoy nos iremos a eso de las seis de la tarde. —Comenta emocionada.— Yo me iré con mi hermano Erick y con Luna. — Sí, yo también me sorprendí, ellos son de esos hermanos que no se parecen en nada y que actúan como si no se conocieran.— Los hermanos Néval se irán por su cuenta. — Y lo siguiente lo dice en un susurro apenas audible.— Se llevarán a las putas, por eso no quieren más pasajeros.

Suelto una sonora carcajada sarcástica y le palmeo el hombro, me encanta que está chica no tengo filtro a la hora de hablar, por cosas como esas nos llevamos bien.

— Tranquila, yo iré en mi auto. —Comento divertida, levanto mi mano y le pellizco la mejilla, ella hace una mueca, señalo mi deportivo, BMW M rojo, que está aparcado a una distancia prudente.

— Oh, genial. —Murmura con la mirada fija en mi coche olvidando por completo su molestia.

Sí, llama mucho la atención pero, ya dije que a mi padre le encanta lo grande y yo amo ese auto.

— Kari...—La llaman, el chico pelirrojo, Jeremy . Mi amiga chilla como loca cuando lo ve, digamos que, es su mejor amigo o algo así me contó.

— ¡Jep!

—Eh...hola. —Dice él un tanto nervioso y supongo que mi mirada aún lo afecta o vete a saber tú porqué actúa tan nervioso a mi alrededor.

— ¡Mira, Mimi! Te presento a mi querido amigo de infancia. —Se apresura a decir la rubia.— Mía él es Jep, Jep ella es Mía.

Al parecer mi querida amiga no está al tanto de que ya nos conocemos.

Humm

— ¿Que hay, Davies? —Saluda él, como si nada.

¿Y sí reescribimos las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora