"¿Cómo un monstruo puede apagar tan rápido a una persona tan llena de luz?"
M. D.
La mujer de edad arrastrada la silla de ruedas del pequeño, ambos se encontraban en el piso cuatro, los habían llamado y estaban aprovechando a dar un paseo. En esa clínica muy pocas veces se andaba de humor.
- ¡Oh, mira Momi! - Señaló con su manita, la sana, hacia donde iban arrastrando una camilla, en ella una chica castaña iba medio dormida y llorando. - Está triste... -Susurró él.
Su madre sonrió con tristeza en su dirección y arrastró la silla hacia la chica, la camilla la habían dejado ubicada en una habitación de emergencia y no tenía puerta, así el niño vió más de cerca a la chica , ésta no dejaba de llorar y tampoco estaba consciente de que tenía compañía.
- Acercame más . -Pidió el pequeño, su madre dudando lo hizo, él sostuvo la mano de la chica y ésta lo miró con dificultad.- Tú puedes. Anda, no estás sola. -Murmuró dándole un apretón de manos.
Pasos se comenzaron a escuchar, la mujer se puso en alerta y comenzó a caminar con su niño lejos de ahí.
- Gracias, Niño. - Susurró entonces la castaña, una sonrisa genuina siendo regalada para él.
★
Dos días después.
Durante esos días días el niño estuvo yendo sin falta a hacerle compañía, en la habitación que le había sido asignada. No hacían mucho, él llegaba, se acostaba a su lado y comenzaba a contarle su día, cuando no tenía nada que decir, se quedaba en silencio hasta quedarse dormido, ahí era donde ella aprovechaba y lo abrazaba hasta dormiste también. Otras veces él le contaba historias o le cantaba, muchas veces le contó sus sueños y cuántos juguetes tenía, también le contaba cómo le dolía estar ahí y que no se rendiría.
Esa vez, repitió lo mismo, llegó sonriendo pese al dolor y ella lo hizo también pese a las lágrimas, se acostaron juntos y ésta vez, fue ella quién habló.
- Te voy a contar una historia, Niki...- Susurró, ambos se miraron por un segundo y sonrieron a la par.- Había una vez una chica muy valiente, quién se encontraba sola en el mundo, sin nadie quién le hiciera compañía, sin nadie quién le diera un abrazo, comenzó a salir a caminar, sola, y un día, se encontró un animal, una criatura legendaria y nunca antes vista...- Nicholas se apretujo más hacia ella y la instó a seguir.- Entonces, ella lo cogió, y se volvieron grandes amigos, el animal fue bueno con ella y ella con él, se cuidaron mutuamente y se hicieron compañía y entonces, la niña ya no estuvo sola nunca más.
Tarde se dió cuenta que Nicholas se estaba por quedar dormido y posiblemente al día siguiente no recordaría nada de la historia, aún así se sorprendió al escucharle preguntar:
- ¿Y ella fue feliz?
- Sí.
Asintió solemne y cerró sus ojos. Mía pensó que ya estaba dormido, se acomodó mejor y ella también cerró sus ojos, estaba cansada.
- Mía.
- ¿Hum?
- ¿Qué animal era? -Preguntó en voz baja con dificultad.
- Un dragón.
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¿Y sí reescribimos las estrellas?
Aléatoire"Existe un hilo rojo invisible, que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. Un hilo que se puede estirar, contraer o enredar, pero que nunca será capaz de romperse." Ahora sé qué hay cos...