Fragmento 14: El niño compañía.

1 1 0
                                    

"¿Cómo un monstruo puede apagar tan rápido a una persona tan llena de luz?"

M. D.

La mujer de edad arrastrada la silla de ruedas del pequeño, ambos se encontraban en el piso cuatro, los habían llamado y estaban aprovechando a dar un paseo. En esa clínica muy pocas veces se andaba de humor.

- ¡Oh, mira Momi! - Señaló con su manita, la sana, hacia donde iban arrastrando una camilla, en ella una chica castaña iba medio dormida y llorando. - Está triste... -Susurró él.

Su madre sonrió con tristeza en su dirección y arrastró la silla hacia la chica, la camilla la habían dejado ubicada en una habitación de emergencia y no tenía puerta, así el niño vió más de cerca a la chica , ésta no dejaba de llorar y tampoco estaba consciente de que tenía compañía.

- Acercame más . -Pidió el pequeño, su madre dudando lo hizo, él sostuvo la mano de la chica y ésta lo miró con dificultad.- Tú puedes. Anda, no estás sola. -Murmuró dándole un apretón de manos.

Pasos se comenzaron a escuchar, la mujer se puso en alerta y comenzó a caminar con su niño lejos de ahí.

- Gracias, Niño. - Susurró entonces la castaña, una sonrisa genuina siendo regalada para él.

Dos días después.

Durante esos días días el niño estuvo yendo sin falta a hacerle compañía, en la habitación que le había sido asignada. No hacían mucho, él llegaba, se acostaba a su lado y comenzaba a contarle su día, cuando no tenía nada que decir, se quedaba en silencio hasta quedarse dormido, ahí era donde ella aprovechaba y lo abrazaba hasta dormiste también. Otras veces él le contaba historias o le cantaba, muchas veces le contó sus sueños y cuántos juguetes tenía, también le contaba cómo le dolía estar ahí y que no se rendiría.

Esa vez, repitió lo mismo, llegó sonriendo pese al dolor y ella lo hizo también pese a las lágrimas, se acostaron juntos y ésta vez, fue ella quién habló.

- Te voy a contar una historia, Niki...- Susurró, ambos se miraron por un segundo y sonrieron a la par.- Había una vez una chica muy valiente, quién se encontraba sola en el mundo, sin nadie quién le hiciera compañía, sin nadie quién le diera un abrazo, comenzó a salir a caminar, sola, y un día, se encontró un animal, una criatura legendaria y nunca antes vista...- Nicholas se apretujo más hacia ella y la instó a seguir.- Entonces, ella lo cogió, y se volvieron grandes amigos, el animal fue bueno con ella y ella con él, se cuidaron mutuamente y se hicieron compañía y entonces, la niña ya no estuvo sola nunca más.

Tarde se dió cuenta que Nicholas se estaba por quedar dormido y posiblemente al día siguiente no recordaría nada de la historia, aún así se sorprendió al escucharle preguntar:

- ¿Y ella fue feliz?

- Sí.

Asintió solemne y cerró sus ojos. Mía pensó que ya estaba dormido, se acomodó mejor y ella también cerró sus ojos, estaba cansada.

- Mía.

- ¿Hum?

- ¿Qué animal era? -Preguntó en voz baja con dificultad.

- Un dragón.

¿Y sí reescribimos las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora