Capitulo 12: No perdí nada, conseguí paz...

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"No siempre se tendrá lo que quieres y la vida no siempre será justa"

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Clínica especial: Don't lose faith.

29 de diciembre de 2029

Habitación 3334∅ Piso seis

03:26 AM

Mía Davies

Todo era oscuro en aquel lugar desconocido para los ojos de aquella chiquilla, gruesas lágrimas caín libremente por sus mejillas, estaba asustada, su pijama favorito que consistía solo en una bata rosa con gorro de unicornio, estaba totalmente manchado de sangre... Le costaba respirar y mucho más caminar, temía de la oscuridad. Caminó lentamente por aquellos pasillos de muros grandes e imponentes, los cuales le causaban escalofríos y a la vez familiaridad, iba descalza por lo que sentía la frialdad del suelo... Su cabello rubio platino le llegaba a la cintura y su largo flequillo le dificultaba la visión... No sabía exactamente hacia donde se estaba dirigiendo, era como si su cuerpo tuviera vida propia y solo quisiera llegar hacia ese lugar.

No me salvaste...—Susurró una voz  desde algún lugar muy lejos y se le hizo levemente conocida.

La pequeña continuó caminando, cruzó a la izquierda y camino recto hacia la puerta que ya se encontraba abierta.

No quisiste ayudarme... —Siguió susurrándole, su voz retumbando en todas las paredes, el eco se perdía en la penumbra.

Cuando estuvo frente a la puerta su cuerpo quedó rígido y un grito desgarrador salió de ella mientras sus rodillas perdían fuerzas y caía en un golpe sordo hacia el suelo, sus manos se hicieron puños y comenzó a golpear su pecho con fuerza... Le dolía demasiado, sentía como su alma se iba tornando oscura hasta desaparecer y su corazón se rompía en mil pedazos hasta destrozarlo.

Su mundo dejó de tener color y todo se congeló...

No podía respirar, sentía que se estaba muriendo desde adentro... Dolía demasiado.

— Mía...—Susurraba una voz  a lo lejos.— Oye, linda...

Sentía que alguien estaba tratando alcanzarme desde otra dimensión, era como sí, pudiera escuchar pero, no me podia mover, solo sentir, tampoco podía ver o entender que estaba sucediendo.

— Oye, oye, tranquila —Sentí un movimiento en mi mejilla y luchaba con todas mis fuerzas para abrir mis ojos pero era tan difícil...— Vamos, despierta...

Unas punzadas constantes me atravesaron el cráneo cuando de a poco logré abrir mis ojos, luchaba tanto por hacer esa simple acción, que por un momento me quedé ida, sin saber qué estaba pasando y por qué, y poco tarde en darme cuenta que no tenía el control completo de mi cuerpo, puesto que estaba despierta pero, no era consciente que todo mi cuerpo estaba tratando de liberarse de algo y se sacudía violentamente mientras gritos constantes salían de mí...gritos de dolor y sufrimiento. También estaba llorando...

— ¡Suéltame maldita sea!

Una enfermera, aquella chica que logró despertarme, tomó mi cara mientras yo seguía fuera de mí, no podía enfocarla bien, simplemente no podía.

— ¡Vamos! Sí puedes, corazón...— Susurró entonces.—  Sí puedes, vamos vuelve a tí...

Comenzó a hablar sin parar en voz baja y poco a poco los gritos dejaron de salir y mi cuerpo dejó de intentar escapar, entonces pude enfocar aquellos ojos negros, cálidos que han sido mis anclas en estos días de tormento... Poco después fui consciente de que aún seguía atada, mis tobillos y muñecas rojizos por el esfuerzo estaban atados a la camilla , por petición de la doctora Jones, el oxígeno seguía haciéndome compañía, al igual que mis pesadillas.

¿Y sí reescribimos las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora