Harco vs el Destino.
"Si el Destino dice que no, ¡que se vaya a la mierda!
No importa dónde estés, te prometo que aún en mi otra vida te buscaré.
y si al encontramos no logras reconocerme..."
Mini historias (au)
Desde esa noche las cosas no habían mejorado para el rubio, la policía no encontró rastros de ningún intruso en el departamento, ventanas y puertas no presentaban rastros de haber sido forzadas, incluso la nota no les pareció prueba suficiente para abrir una investigación.
Pero Draco estaba seguro que esa noche no se encontraba solo, alguien había entrado y...
Sacudió la cabeza para ahuyentar ese recuerdo.
Llevaba 5 días sin salir de casa, había cancelado sus citas y le había pedido a Pansy que las reprogramara con otro especialista ya que estaría fuera por tiempo indefinido.
Cada noche se aseguraba de cerrar todo con llave y mantenía las cortinas cerradas para que nadie pudiera espiar, el teléfono permanecía desconectado después de recibir varias llamadas de silencio dónde lo único audible era la respiración a través de la línea.
Miró su celular, 11:45 p.m. Se sentía cansado pero no lo suficiente como para irse a dormir, tomó una copa tal vez algo de vino lo ayude a relajarse. Camino hasta la ventana del balcón viendo cómo las gotas de lluvia comenzaban a caer, el viento golpeaba sutilmente sobre el cristal. ~Quizás mañana pueda salir~. Pensó con esperanza.
Su tranquilidad se vio interrumpida por el zumbido de su celular, tomó el aparato y abrió el mensaje, al leerlo su cuerpo se paralizó dejando caer el móvil ocasionando que la pantalla se quebrara en el acto.
El sonido del timbre lo puso en alerta, desde su lugar solo observaba la puerta sin hacer ningún movimiento. El timbre seguía sonando cada vez con mayor insistencia.
De pronto todo quedó en silencio.
El rubio se levantó y caminó despacio, cuidando de no hacer ningún ruido, miro por la mirilla... No había nadie del otro lado.
Se dejó caer recargando su espalda sobre la puerta, dejando salir las lágrimas que tanto había aguantado.
Un golpe sobre la puerta lo hizo callar, cubrió su boca con sus manos. La puerta era golpeada con fuerza, era una amenaza de que la persona estaba dispuesta a entrar.
Draco corrió a tomar su celular, rogando porque aún funcionará. La pantalla se iluminó, sin perder tiempo llamó al primer número en su lista de contactos.
-Contesta, por favor.- Rogaba con desesperación.
-¿Hola?.- Se escuchó del otro lado de la línea, Draco suspiró aliviado.-¿Draco? ¿Qué pasa?-
-¡Blaise, ven por favor!- Gritó, apenas escuchó la voz de su mejor amigo.
-¿Qué pasa? ¿Estás bien?- El moreno no entendía qué pasaba.- Draco ¿Qué es ese ruido?- De fondo se podía escuchar como los golpes no cesaban.
-¡Blaise, por favor!- La llamada se cortó.
-Maldita sea.- gruño el rubio. Corrió nuevamente a la puerta para recargar su peso sobre ella y evitar que alguien pudiera entrar. Draco sentía todo su cuerpo vibrar con cada embestida, estaba seguro que la puerta se rompería en cualquier momento.
Los golpes y el ruido pararon, todo quedó en silencio.
El timbre sonó.
-¿Draco? Soy yo, abre.- El rubio, reaccionó al escuchar la voz del moreno. Se puso de pie y abrió la puerta. Blaise lo miró con preocupación y el rubio frente a él lloraba y temblaba.- ¿Qué está pasando?
Draco dió una mirada fugaz al exterior, tomó el brazo de su amigo y lo jaló hacia dentro. Una vez cerrada la puerta se aferró a él en un abrazo.
Blaise correspondió, dándole tiempo para que se tranquilizara.
-Vamos a tu habitación.-
Draco se dejó guiar. Se acostó sobre la cama sin soltar el brazo del moreno. Blaise acariciaba aquella cabellera rubia dejándole saber que todo estaría bien, apoyó su frente sobre la cabeza de Draco sin dejar de acariciarlo. -Estoy aquí-. Susurró.
-Esas palabras.- murmuró el rubio, separándose bruscamente del moreno.
-¿Qué pasa?- Quiso saber.
-Cuando te llamé, ¿Estabas en tu casa?- Preguntó.
-Sí.- Contestó el moreno, sin saber a dónde iba con esa pregunta.
-Tu departamento está a 40 minutos de aquí, ¿Cómo es que llegaste tan rápido?- El rubio se alejaba cada vez más.
-¿Qué?- Sonrió.- Oye, no sé que estés pensando, pero déjame explicarte.- Blaise se levantó de la cama, e hizo el intento por acercarse al rubio quien cada vez estaba más cerca de la entrada.
-Draco, hablemos ¿Sí?-
Draco aprovechó una pequeña distracción para salir del departamento, corrió por la avenida esquivando a unas cuantas personas, la lluvia caía con fuerza y el viento golpeaba su rostro haciendo que este se tornará rojizo.
Cómo pudo, llegó al único lugar donde se sentía seguro, su consultorio. Su mente aún no podía procesar lo que estaba pasando.
Al llegar se encontró a una persona sentada frente al consultorio, se acercó con cautela.
-¿Doctor?- Habló el chico al percatarse de la presencia del rubio.
-¿Harry?- Se acercó temeroso.- ¿Qué haces aquí?-
El de mirada esmeralda no respondió, solo inclinó la cabeza dejando que la lluvia continuará mojando su cuerpo.
-Oye, ven adentro.- Ánimo al chico a entrar.
Una vez dentro le pasó una toalla para que se secará, ninguno dijo nada. Lo último que quería Draco era hablar o pensar, se dejó caer en el sillón junto a Harry haciendo lo posible porque su respiración regresará a la normalidad.
-¿Se encuentra bien?-
-Yo... No quiero hablar ahora.- Dijo con voz baja, esperando ser comprendido.- No quiero pensar.-
Harry guardó silencio entendiendo que el rubio estaba pasando por un mal momento.
-Déjeme ayudarlo.-
Draco sonrió, manteniendo sus ojos cerrados. Hasta hace poco creía que ese niño era aterrador y ahora estaba a su lado siendo "consolado" por él.
-Déjeme ayudarlo.- Repitió al no obtener una respuesta por parte del rubio.- A no pensar.-
Al escuchar esas palabras Draco giró en su dirección encontrándose con aquella profunda mirada solo bastaron unos segundos para que apartará la vista.
-No es neces.- Sus palabras callaron al sentir la fría mano de Harry posarse sobre sus ojos...Se sentía bien.
-No piense.- La voz de Harry se escuchaba tranquila y suave.- Déjese llevar.- susurró cerca de su oído, para después pasar al encuentro con sus labios.
Draco no hizo ningún movimiento para evitar el acercamiento del chico. Sus labios correspondieron al beso dejándose llevar.
(En en mensaje se podía leer la frase "aquí estoy" acompañada de la foto de su departamento).
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