Alfa x Alfa 20

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-¿Pansy, cómo está él?- Su preocupación era notable.- ¿Dime la verdad? No, sabes qué, tomaré el primer vuelo para allá.- La desesperación del rubio se podía sentir a través de la bocina.

-Tranquilízate ¿Quieres?- La chica había dudado en hacer esa llamada, pero la imagen de Draco sufriendo por el silencio de Potter le hizo entender que no podía hacer lo mismo, no podía ocultarle las cosas. -Él está bien, ya despertó.- Dijo tratando de tranquilizar a su amigo.-Se encuentra estable.-

-¿Qué fue lo que le pasó?- Su voz estaba quebrada.

-Él, presenta un cuadro de ansiedad y depresión.- Hizo una pausa, ocasionando que el rubio imaginara lo peor.- Tomó un frasco de pastillas para dormir, sumado a la mala alimentación le provocó un colapso.- Suspiro.- Llegó al hospital inconsciente, tuvimos que hacerle un lavado de emergencia, duró varios días sin despertar.- Una nueva pausa.- Pero ahora está bien, Granger ha estado con él en todo momento y según supe su padrino está viajando en este momento para cuidarlo.-

Se hizo un silencio.

-Oye, también necesito que sepas algo, es en relación a esa pelirroja…

Draco escuchó con atención, no podía creer hasta dónde era capaz de actuar alguien por obsesión. No se sentía feliz por la chica, pero ella se lo había buscado… La que parecía disfrutarlo era su amiga.

-Lo que quiero decir con todo esto, es que en el cuerpo de Potter también se encontraron rastros de esta droga por lo que es posible y estoy casi segura que esa chica Weasley le provocó el celo.- Draco seguía en silencio.- Piénsalo, el acelerador intensifica las feromonas, es prácticamente imposible que se pueda resistir y más aún cuando ambos la tomaron. Y como te mencioné antes esa tipa consumió la droga en más de una ocasión. Aún cuando Potter no es de mi agrado, él fue víctima de esa loca.-

-Puede ser.- Susurró el rubio, tratando de asimilar las cosas. A pesar de que todo eso fuera cierto ¿porque aún sentía ese sentimiento de traición en su pecho?

-¿Draco qué pasa?

-Pansy, necesito un favor…

….

-Ginny está en la otra habitación, quiere verte.- El silencio era una clara señal que Hermione supo interpretar. 

-Oye Harry.- Hablo a pesar del silencio del ojiverde.- Yo se que no es el mejor momento pero necesitas saber que paso con ella.-

Hermione no era tonta y después de escuchar la explicación de la doctora, fue sencillo unir las piezas de lo que había pasado entre ellos dos, o mejor dicho lo que Ginevra quiso que pasará. Y ella tenía culpa en eso.

Relató todo sin dejar pasar ningún detalle, narrando incluso los términos médicos que la pelinegra había utilizado. Mientras contaba todo no pudo evitar llorar.

-Así que fue eso.- Murmuró tan bajo, casi para él mismo. Ahora podía entender porque no fue capaz de parar. Se sentía asqueado.

Por los próximos minutos se mantuvieron callados, a excepción de los sollozos de la castaña. Harry no tenía ánimos de consolar a nadie, así que simplemente la dejó llorar.

Unos golpes en la puerta interrumpieron el llanto de la chica, quién se limpió tan pronto la pelinegra irrumpió en la habitación.

-Necesito hablar con Potter.- Dijo secamente mirando a la castaña.

Hermione, miró a Harry y se despidió en silencio.

-Muy bien Potter.- Dijo sentándose en el asiento donde previamente había estado Hermione.- Por esos chillidos supongo que tu amiga ya te puso al tanto de la situación.- Harry solo asintió.

-Perfecto.- Sonrió, pues eso le ahorraba repetir las cosas.- Déjame hacerte una pregunta ¿Alguna vez has ingerido un acelerador de celo?

Harry no comprendía aquella pregunta ¿Por qué un alfa consumiría eso? No tenía sentido.

-No.- Dijo sin más.

-¿Recuerdas haber tomado algo que ella la chica Weasley te haya ofrecido?- 

-No lo sé.- Dudo.

-Piensa muy bien Potter.- Lo ánimo a pensar.- La noche que estuviste con ella.- Pansy ignoro el rostro desencajado del chico, ahora Harry sabía que ella estaba enterada de lo sucedido.- Recuerdas haber consumido algo.-

-No entiendo.- Estaba confundido.

-Potter, el día que llegaste no solo encontramos las pastillas para dormir, sino también rastros de la droga que consumió Ginevra.- Se detuvo para darle oportunidad de seguirla.- Por lo que quiero creer que ese día, tomaste algo para que tu celo llegará más rápido. Al igual que el de ella.- 

Harry guardó silencio tratando de recordar.

-Esto es solo una suposición mía, ya que los rastros de esa droga casi se disolvieron por completo en tu cuerpo, lo que indica que lo tomaste hace varias semanas. Contrario a los de ella, que son más recientes. Por eso quiero pensar que ese día tu celo fue inducido.-

-Bueno, solo recuerdo haber tomado vino en exceso.- La imagen de Ginny ofreciéndole la última copa llegó a su memoria “Tomate ese trago”, esas fueron sus palabras.- Ella me ofreció una copa, fue la última que tomé antes de comenzar a sentir que entraba en calor.- Hizo una pausa.- Sentía que sus feromonas eran mucho más intensas que cualquiera que hubiera sentido antes…Eran asfixiantes.

-No hay duda.-Dijo.- La tipa usó la droga para someterte y para que no hubiera fallas también la usó en ella, así ambos estarían en celo y la probabilidad de poner resistencia fuera nula.- Hablaba casi para sí misma.-Pero aún falta una pieza, una simple omega no es capaz de conseguir esa droga por sí sola, hay alguien detrás de todo esto y los únicos con la influencia necesaria son los alfas de alto rango.- Seguía murmurando la chica. -Bueno, necesito informar a la policía.- Se puso de pie dispuesta a salir.

-Espera.- La detuvo.- ¿Sabes algo de Draco?- Se escuchaba la desesperación en su voz, igual que el rubio.

-Él está bien.- 

-Quiero verlo, dime dónde está… Por favor.- Suplicó al ver cómo la pelinegra dudaba.

-Potter, dale tiempo.- Era sincera al decir eso.- Sabes cómo se sentiría al saber que intentas arruinar tu vida.- Era cruel con sus palabras.- ¿Quieres que cargue con la culpa si algo te llega a pasar?-

Harry cayó en cuenta de las consecuencias que sus decisiones podrían causar en Draco.

-No.-

-Tus decisiones ya  lo han afectado demasiado, ¿no crees?

Harry no dijo nada, sabía que la chica tenía razón. Pero su corazón se negaba a aceptar estar lejos de él.

-Yo, solo quiero escuchar su voz.- Mencionó con lágrimas.

-¡Por favor!- Exclamó cansada.- Par de idiotas.-

Sacó su teléfono y marcó, esperó a que su llamada fuera atendida.

-¿Pansy?- Se escuchó del otro lado.

-Mira, acerca del favor que me pediste, díselo tú mismo.- Estiró el brazo ofreciendo el teléfono al ojiverde.

-Esper...- La voz del rubio se vio interrumpida por la voz sollozante del pelinegro.

-¿Draco?- Su corazón latió con fuerza al escuchar la voz del rubio.










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