3. "¿amigos con derechos o algo más?"

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La tenue luz que iluminaba la habitación, era perfecta para contemplar el cuerpo desnudo del rubio. Harry prestaba atención a cada detalle, a la forma en la que Draco temblaba cuando era acariciado, el sonrojo en su rostro, el tono bajo de su voz, la forma tan linda en la que sus ojos grises evitaban su mirada, las pequeñas gotas de sudor que hacían que su cabello rubio se pegará a su frente y esos lunares que adornaban gran parte de su cuerpo, todo en él le parecía maravilloso.

Harry se posicionó entre las piernas del rubio y separandolas con cuidado comenzó a recorrerlas hasta llegar a su pecho, su toque era firme sin una pizca de duda. El moreno llevó sus labios al pecho del rubio, enfocándose específicamente en ese par de pezones que lucían tan apetecibles a la vista.

Lamió, mordió y succionó sin vergüenza alguna dejándose guiar por aquellos gemidos que le indicaban que Draco disfrutaba de su toque. El rubio temblaba de placer.

Harry continúo, ahora bajando al abdomen y a la cintura ajena marcándola con “besos rojos” a su paso. Los dientes del moreno también se hicieron presentes  en la tersa piel del rubio. Una mezcla de quejas y gemidos inundaron la habitación con la misma intensidad, la excitación del ojiverde crecía cada vez más al escucharlos.

La respiración del rubio era agitada su cuerpo se arqueaba de placer y dolor con cada mordida del moreno, provocando un respingo en su propia erección. Lo sentía cerca, estaba a punto de venirse.

-”Amor” todavía no tienes permitido venirte.- Dijo en modo divertido y a parto la mano del rubio la cual ya se encontraba sobre su pene.- Esto apenas comienza.- Susurro cerca de su oído.

Bajo hasta la erección del rubio y lo metió en su boca, bajando y subiendo. Lamiendo con hambre, sintiendo el sabor de aquel líquido que comenzaba a salir. Con su mano libre masajeaba los testículos del chico. Harry se embriagaba del olor y del sabor del rubio.

Las manos del rubio se posaron sobre el rebelde cabello del moreno y comenzó a guiar los movimientos de este, la calidez de su boca y la suavidad de su lengua lo estaban volviendo loco, el maldito sabía lo que hacía.
Ante la habilidad de Harry, Draco no tardó en soltar todo su semen en la boca del moreno, quién lo recibió gustoso.

Tomando todo el líquido que pudo lo colocó en la entrada del rubio, aprovechando que este parecía haberse relajado. Con ayuda de su dedo medio y haciendo un poco de presión comenzó a introducirlo, los movimientos eran lentos hasta que esté comenzará a aflojarse. Una vez que su dedo entró con mayor facilidad aumento el ritmo; al poco tiempo Draco Malfoy ya tenía 3 dedos dentro de él.

Le resultaba un poco difícil respirar, tener “algo” dentro era doloroso e incómodo y tal vez solo un poco placentero… Quizás lo suficientemente placentero como para querer probar más.

-Ya es suficiente.- El rubio paro el movimiento del moreno.- Mételo Harry.- Su voz era baja pero Harry lo escucho perfectamente. Los latidos del moreno aumentaron al contemplar la imagen de Draco, sus manos sostenía sus piernas dejando a la vista su tan necesitada entrada, la cual ya estaba rojiza por la fricción de sus dedos.

Harry tragó saliva.

Sin más tiempo que perder se deshizo de su ropa, quedando totalmente desnudo al igual que su compañero. La vista para Draco era exquisita y sin pudor alguno se atrevió a tocar los brazos, el pecho y el abdomen del moreno, todo era firme.

Harry alineó su falo en la pequeña entrada y comenzó a introducirlo, sintiendo como poco a poco era tragado. Las paredes del rubio se amoldaban perfectamente a su forma. Una vez dentro espero a que su amigo le diera luz verde para moverse. Draco se tomó unos segundos para acostumbrarse al invasor, respirando profundo y aguantando las punzadas de dolor que recorrían su tembloroso cuerpo.

Asintió.

Harry inicio con estocadas firmes y fuertes. Mantenia las piernas del rubio elevadas, con cada estocada los gemidos se intensificaban. El moreno se movía de forma salvaje y agresiva, había desesperación en cada golpe. Con cada penetración Harry podía sentir como su pene era succionado deliciosamente.
Era alucinante la forma en la que era tragado.

“Tener sex* con un hombre no debería sentirse así de bien”

Pensó egoistamente.

Unas estocadas más le bastaron para vaciarse dentro de Draco, quién en algún punto se había corrido por segunda vez.
El rubio era un desastre de semen y sudor, y aún así Harry deseaba volver a tomarlo.

Ayudo al rubio a colocarse en cuatro, separó sus piernas y lo hizo bajar su espalda. Manteniendo ese hermoso trasero en alto. Una vez más tomo su erección y la entro de una, sacando un gemido fuerte de la garganta ya gastada del rubio.

Harry no paró, siguio golpeando en ese punto donde Draco perdía la razón. Las sensaciones que el Moreno estaba experimentando eran adictivas.

Harry levanto el cuerpo del rubio aún con su falo dentro de él, seguía moviéndose. Mordió con fuerza el hombro derecho del rubio aferrándose a la sensación de estarlo llenando nuevamente.

Draco grito… Tal vez de dolor, tal vez de placer.

Su cuerpo se desplomó en sus brazos, con el mayor de los cuidados salió de él y lo acostó sobre las sábanas. Harry admiro el desastre que había ocasionado y sonrió.

-Descansa amor.-

-

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