Alfa x Alfa 14

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Alfa x Alfa 14

El sonido de la lluvia rompió aquel eterno silencio.

-Potter.- Habló el rubio, su tono era distante. Había dejado de llorar, sus bellos ojos eran incapaces de soltar una lágrima más… estaba vacío, al igual que su corazón.- Terminemos con esto.- Dio la vuelta sin esperar una respuesta del azabache.

Harry corrió tras él y con sus brazos se aferró a su espalda, impidiendo así que el rubio saliera por esa puerta. Algo en sus palabras le había hecho sentir que si Draco cruzaba esa puerta jamás se volverían a ver.

-Draco, amor. Por favor escúchame.- El moreno apretaba con fuerza el débil cuerpo del más pálido, quién no hizo el intento por alejarlo. Estaba cansado.-Yo me equivoqué, fui un idiota. Confíe en que podía tener todo bajo control y te falle.- Su cuerpo temblaba.- Sé que no merezco tu perdón, ni siquiera tengo el derecho a abogar por ello, pero no sé qué más hacer… No quiero perderte.- La desesperación se podía sentir en sus palabras y en su llanto.- Perdóname, por favor. Te amo, te amo, te amo.-

Draco era débil, pues a pesar de todo no podía simplemente odiarlo.

-Suéltame.- Susurro con dolor.

Harry cayó de rodillas sin dejar de abrazarlo.- Al menos déjame rogar por una oportunidad.-

El rubio giró con dificultad. para quedar frente a él. Harry se aferraba ahora a su cintura, ocultando su rostro en su abdomen.

-Potter, mírame.- Dijo en tono bajo. Harry levantó la vista para encontrarse con la mirada plateada.

-Draco, dame otra oportunidad.- Miraba fijamente al rubio.- Te prometo que nunca volveré a fallarte. Dedicaré el resto de mi vida a hacerte feliz. Solo dame una oportunidad para demostrarlo.- El rubio limpio los ojos esmeralda.

-Levántate.- Sonrió. Harry no supo interpretar aquella sonrisa, pero quiso creer que aún tenía una esperanza.

Al estar de pie frente a frente no pudo evitar abrazarlo nuevamente, encontrando en su aroma la tranquilidad que hace tiempo había perdido.

-Draco, de verdad te amo.- Se separó apenas lo suficientemente para mirarlo a la cara.- Perdóname.- Dijo antes de llevar sus labios a los del rubio.

Draco no lo apartó.

Harry sintió alivio en cuanto sintió que su beso era correspondido… Su corazón comenzó a latir de felicidad.

Apostando a todo se atrevió a profundizar el beso, obteniendo una respuesta positiva por parte del rubio. Draco se dejaba llevar, al igual que Harry se aferró a su cuerpo, a su calor, a su aroma. Su corazón estaba roto, pero no lo podía evitar.

-Draco.- Hablo el pelinegro, separándose de aquellos pálidos labios.- Tengo algo para ti.- Dijo al tiempo de sacar de su bolsillo una pequeña caja.- Olvidemos todo.- Abrió la caja, dejando ver el regalo que tanto había deseado darle. - Iniciemos de cero.- Tomó su mano y colocó sobre su delgado anular un hermoso anillo; el cual se incrustaba de manera perfecta. -Cásate conmigo.-

Draco miraba aquel anillo, sin poder  asimilar lo que acababa de escuchar, ni siquiera tenía una respuesta para ello.

Su corazón latía con fuerza.

-¿Draco?- Harry comenzaba a preocuparse, el silencio del rubio lo ponía ansioso.

El rubio sonrió.

Se acercó a él para besarlo de manera intensa, dejándose guiar por sus instintos y por lo que sentía en esos momentos. Harry recibió gustoso los besos del ojigris.

Sus feromonas comenzaban a liberarse.

Las feromonas entre alfas resultaban poco atractivas entre sí, pero para ellos tenían el efecto contrario.

-Vamos a la habitación.- Propuso el rubio, sintiendo como su cuerpo ardía.

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