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Alfa x Alfa 19

Alfa x Alfa 19

Ginny había estado internada con fuertes dolores días antes de que Harry ingresará inconsciente.

Sus dolores habían iniciado poco después del desastre de la oficina.
Aún después de haber sido rechazada y humillada, tenía la confianza de creer que solo necesitaba tiempo para crear lazos con su destinado. Un día después de aquel vergonzoso evento, llegó al departamento de Harry con la intención de terminar lo que habían iniciado. Esta vez no podría negarse.

Ingirió nuevamente la droga, excediendo una vez más la dosis, obteniendo un efecto rápido… Demasiado.

Comenzó a tocar la puerta con desesperación, el calor que comenzaba a sentir, quemaba… Ardía, sentía como se desgarraba por dentro, su vista se tornaba borrosa, su cuerpo se retorcía por el dolor, de su boca expulsaba saliva y sangre. Cayó al suelo al ser incapaz de seguir manteniéndose en pie.

Rogaba por qué Harry abriera esa puerta, pero no lo hizo.

…

Había llegado al hospital aturdida pero aún consciente, a pesar del intenso dolor que sentía su cuerpo no le dio el placer de perder la conciencia.

…

-Por fin despiertas.- Sus ojos enfocaron con dificultad a la mujer frente a ella.- Vaya, sí que eres resistente.- Podía sentir el tono burlesco en sus palabras.

Ignoró a la chica.

Dentro de su cuerpo seguía el ardor y el dolor, sentía como si el fuego la hubiera consumido por horas, sus brazos se adornaban con moretones debido a las inyecciones y su garganta era incapaz de pronunciar alguna palabra.

-Deja me presento, soy la Dra. Parkinson y para mí mala fortuna soy tu doctora.- Dijo sin disimular el desagrado que le provocaba su paciente.- Así que déjame decirte porqué estás aquí.-

La pelirroja hizo el intento por hablar.

-No te molestes, no serás capaz de pronunciar ninguna palabra.- Sonrió.- Al menos por ahora.- Un escalofrío recorrió a la pelirroja.- Estás aquí por la enorme cantidad de droga que ingeriste. -Miro a la pelirroja fijamente.- No entiendo cómo alguien puede ser tan estúpida para “acelerar” su celo ¿O es qué estabas tan desesperada por atrapar a un Alfa?- Su tono de voz ahora era frío, al igual que su mirada. La chica podía sentir el enojo en la pelinegra.- ¿Sabes que lo único que provocaste fue dañar las funciones de tus órganos en un 80%?-

-¿Qué sign.?- Sus palabras fueron cortadas por el desgaste de su garganta, de su boca salían hilitos de sangre.

-Significa que todos tus órganos están hechos mierda, lo que se traduce a que sus funciones serán las mismas a la de una persona de 90 años. ¿No es gracioso? - Su noto había vuelto a cambiar, definitivamente estaba jugando con la pelirroja.- Y aún no te he dicho lo mejor.- La pelinegra se acercó a ella, como si estuviera por contarle un secreto.- Ya no eres más una “Omega”.- Se alejó.

La pelirroja palideció ante el comentario de la Doctora, eso no era posible, tan solo un mal chiste. La chica hizo el esfuerzo por liberar su feromonas, sin obtener resultados. Volvió a intentarlo, logrando que su cuerpo se esforzara de más provocando que el dolor se intensificara.

Soltó un quejido de frustración.

Pansy soltó una carcajada ante la reacción de Ginny.

-¿Quieres ver cómo se hace?- Preguntó, para después soltar su feromona de Alfa. Al sentir aquel aroma la pelirroja comenzó a dar arcadas, quería vomitar.- Está es tu nueva “Tú”, una Omega defectuosa incapaz de soltar feromonas, pero siendo capaz de sentirlas y al hacerlo tu cuerpo genera una acción de rechazo.- Sonrió una vez más.- Y esto aplica también para las feromonas del que era tu “destinado”,  ya no serás capaz de reaccionar a ella. Su lazo está roto.- Miro a la chica por última vez.- Tú y Potter ya no son más destinados.-

Camino hacia la salida.

-Casi lo olvido.- Dijo sin mirar atrás.- La droga que usaste es ilegal, en cuanto tu garganta mejore vendrá la policía a hacerte una preguntas.- Pansy salió de la habitación, dejando una pelirroja realmente asustada.

…

Los días siguientes fueron una tortura, no solo por el dolor que parecía no disminuir si no por los constantes comentarios hirientes de aquella  que se decía su Doctora.

Ginevra no entendía porque esa mujer la odiaba… Ni siquiera recuerda haberla visto antes.

A los pocos días su garganta mejoró lo suficientemente para pronunciar algunas palabras. Había recibido la visita de su familia y podía ver en sus rostros la decepción. Poco le importaba, una familia de betas jamás entendería la relación entre un alfa y un Omega.

Lo único que quería era ver a Harry, a su Alfa quien hasta ese momento no había aparecido. Le resultaba molesto pensar que el pelinegro no estuviera preocupado por ella.

-Hermione, ¿Dónde está Harry?- Le pregunto a la castaña en cuanto estuvieron solas.

Hermione la miró, no tenía caso ocultarle el estado de Harry quién llevaba días inconsciente.

-Cuando despierte, dile que quiero verlo.-