III (One Shot)

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"Si no soy el amor de tu vida, confúndeme con él " (Frases pinterest)

Si había algo que Harry Potter odiara más que un lunes por la mañana era tener citas a ciegas. Sus recientes fracasos amorosos lo hacían cuestionarse seriamente si realmente había alguien especial para él.

A pesar del notable desacuerdo que se libraba en su cabeza, ahí se encontraba listo y puntual para su cita con un ser desconocido.

Hace tiempo que ya se había dado por vencido, pero al parecer Hermione creía que aún podía conocer al amor de su vida. El pelinegro rozaba ya los 30, y en toda su vida no había podido sostener una relación de más de 2 semanas.

Suspiro con frustración y abrió la puerta de aquella cafetería, según su mejor amiga sería fácil reconocerla.

...
-"Vamos Harry, ¿Qué tan difícil puede ser? Será muy sencillo: cabello rubio, unos hermosos ojos grises, piel blanca como la nieve, labios rosados... Y un cuerpo que te va a encantar. Créeme que si no estuviera tan enamorado de Pansy iría por ella"

-Si claro, una maravilla.- Susurro con sarcasmo.- Si es tan genial ¿Por qué aceptaría una cita a ciegas con alguien como yo?-

-Esa es una excelente pregunta, para tu primera cita.-

...

Ya estaba ahí, solo le daría un vistazo a la distancia y luego iría a casa. -Esos rompecabezas no se armarían solos.- Pensó.

Camino pesadamente hasta la barra y tomo asiento, para luego alzar la vista discretamente. Sus esmeraldas recorrieron todo el lugar en busca de la Octava maravilla... Para su sorpresa, lo encontró.

En una esquina cerca de la ventana se encontraba el ser más hermoso que sus ojos terrenales habían visto. ¿Era real? Parecía sacado de una pintura, sus largos dedos sostenía con delicadeza un grueso libro que Harry reconoció en seguida, su cabellos rubios parecían brillar con los destellos de luz que golpeaban el vidrio, su piel parecía de porcelana, un rosa pálido se posaba en sus delgados labios y esos ojos, necesitaba verlos...

Se acercó lentamente, y arrastrando la silla se sentó sin avisar. El rubio alzó la vista e hizo contacto con el verde frente a él. Y ahí estaban esos grises helados que miraban con intensidad.

-Hola.- Fue lo único que logró formular. Aquel hermoso chico no respondió.- Soy Harry... Lamento llegar tarde.- Sonrió el pelinegro sin apartar la vista.

El rubio seguía en silencio, bajo su libro y coloco ambas manos sobre la mesa.

-¿Te conozco?- Preguntó.

-No, aún no.- Respondió con timidez.- Parece que Hermione no te hablo de mí.- Dijo bajando la mirada, tal vez la castaña no haya mencionado su aspecto por temor a que aquel chico saliera corriendo.- Soy...-

El tintineo de la puerta abriéndose hizo reaccionar a Harry, quien por instinto miro hacia la entrada. Una linda chica parecía buscar a alguien con la mirada, y ahí fue cuando el pelinegro se dió cuenta: cabello largo y rubio, piel blanca, labios rojizos, ojos claros y... Una chica. Se había confundido de persona, ¿Cómo pudo pasar por alto aquel pequeño detalle? Era una ella y no un él.

El de mirada esmeralda giro la vista nuevamente al chico quien ahora tenía una sonrisa burlona en su rostro, tal parece que se había dado cuenta de la confusión.

Sin decir más, tomó su libro y continúo con su lectura.
Harry apenado, se disculpo sin recibir respuesta alguna. Se puso de pie y camino hacia la chica quien pareció reconocerlo al instante.

Tomaron asiento y sin poder evitarlo el pelinegro continuaba lanzando miradas fugaces al rubio, quien correspondía por breves segundos.

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