Alfa x Alfa 11 (P. 4)
Después de una semana, Harry regresó a la oficina. Durante ese tiempo no se había comunicado con la pelirroja, a pesar de la insistencia de esta.
No respondió sus llamadas, ni sus mensajes, no quería estar cerca de ella.
Harry no podía evitar sentir un resentimiento inexplicable hacia ella. Y eso estaba mal, no podía culparla de lo sucedido. Fue su propio descuido el que lo había llevado a ese desastre.
El pelinegro suspiró con frustración. Necesitaba pensar qué haría a partir de ahora, no podían seguir trabajando juntos. No después de lo que pasó.
Suspiro.
Saco de su bolsillo el regalo que aún no había podido darle a Draco, y lo miró con atención, era realmente hermoso. Era perfecto para el rubio.
Tan solo quería poder huir lejos, tomar a Draco y escapar.
Ya había creado una montaña de mentiras, y el evitar al rubio solo hacía que se hundiera más en toda esa mierda.
Tomó el teléfono e hizo lo debía hacer desde un principio.
“Ven a mi oficina”.
La pelirroja recibió la llamada de Harry, quién colgó inmediatamente después de ese mensaje, su voz sonaba fría y distante.
Desde aquella noche no había sabido más de él, incluso esa mañana la había evitado encerrándose en la oficina. Ni una maldita mirada le había regalado y ahora eso…
No era difícil para la chica adivinar lo que estaba pasando, Harry se quería deshacer de ella. La culpa lo debía estar matando.
-No va a ser tan fácil, querido.- Sonrió, y sacó de su bolso unas pastillas. La vez anterior el alcohol había retardado el efecto de la droga en Harry, pero ahora no sería así. Ahora tendría que tomarla viéndola a ella, a su Omega y no la imagen del rubio.
“Te amo Draco”
El recuerdo de aquellas palabras la hizo enfurecer. A pesar de su estado aún seguía pensando en él sin importarle que con quien estaba en ese momento era con ella. No pasaría por esa humillación nuevamente.
Trago 4 pastillas, excediendo así la dosis recomendada para un Omega, pero no tenía tiempo de pensar en las consecuencias.
Tan pronto como las tomó, el ardor en todo su cuerpo se hizo presente, seguido de un intenso cosquilleo. Su cuerpo se dobló de dolor y con dificultad se dirigió a la oficina del moreno. A cada paso dejaba una cantidad agresiva de feromonas, haciendo que el ambiente se volviera pesado y asfixiante… Le estaba costando respirar, sentía como su pecho se apretaba y su corazón comenzaba a acelerarse.
La puerta de la oficina se abrió de manera estrepitosa, dejando ver a una Ginny envuelta en calor. Tan pronto como puso un pie dentro la oficina se impregnó de su olor. La primera reacción del chico fue taparse con sus manos para impedir respirar la esencia de la chica, quién claramente estaba en celo.
Harry corrió a la puerta con la intención de salir, pues a pesar de contener su respiración sus propias feromonas comenzaban a salir.
Al llegar la puerta fue cerrada de golpe por la chica bloqueando su paso.
-¡Ginevra apartarte!- Gritó desesperado.
La chica sonrió, y lanzándose a sus brazos comenzó a besarlo. A Harry le costaba mantener su mente clara, pero sabía que debía detenerla a como diera lugar.
La pelirroja seguía soltando sus feromonas, eran mucho más intensas que las de aquella noche y por tanto golpeaban al chico de una manera más agresiva.
Harry retrocedió para alejarse pero la chica no permitió que su cuerpo se apartara del de ella.
La mente del chico estaba confusa, aún cuando no quería eso su cuerpo no podía resistir.
Ginny no le dio tiempo de pensar y comenzó a desvestirse para luego hacer lo mismo con él. Una vez desnudos la pelirroja siguió besando cada parte del chico incluyendo la marca que había hecho anteriormente, la cual estaba cubierta por rasguños.
Después se alejó para subirse sobre el escritorio y dejar a la vista su entrada mojada, provocando a Harry.
La chica estiró sus brazos, para alcanzar el falo de Harry y llevarlo a dónde debería estar. Harry se inclinó y colocó ambas manos sobre el escritorio poniendo resistencia, evitando así rozar la entrada de la chica. Necesitaba de un milagro para salir de esa situación, su cuerpo no podría resistir por más tiempo.
Y el milagro llegó de la peor forma, dándole una bofetada y trayéndolo a su cruel realidad.
-¿Así que esto es lo que te mantenía tan ocupado?- Aquella voz lo hizo reaccionar, levantó la cabeza para encontrarse con una mirada cargada de decepción. Su corazón dolió.
El pelinegro se incorporó, cubrió el cuerpo desnudo de la chica quién parecía estar perdida.
Tomó su ropa interior y comenzó a vestirse.
-Draco, esto no es lo que parece.-Se apresuró a decir tan pronto se acercó al rubio. -Déjame explicarte.- Las palabras se amontonaban en su garganta. Al intentar tocarlo el rubio retrocedió. Su pecho dolió por está acción. Podía ver a través de su fría mirada, el dolor que estaba sintiendo…Dolor que él mismo había provocado.
-No te atrevas. - Harry vio como se alejaba, y a pesar de sus intentos el rubio no miró atrás.
ESTÁS LEYENDO
Mini Stories Harco
FanfictionHarco vs el Destino. "Si el Destino dice que no, ¡que se vaya a la mierda! No importa dónde estés, te prometo que aún en mi otra vida te buscaré. y si al encontramos no logras reconocerme..." Mini historias (au)