Después de mucho tiempo

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Pasan unos días después de que leí la carta de ambar, o creo que más, probablemente un mes más desde que llegó la carta, aún no se por que no salí corriendo a buscarla, probablemente esperaba ver que lo que decía Gosth de dejarnos en paz era cierto.

Me levanto todos los días y pienso en ella, paso por su habitación y ya no hay ningún rastro de olor de ella, su puerta se está llenando de telarañas, algo extraño, pero aún así es triste saber que no estará ahí.

Un día como otros me levanté y me dirijo a la cafetería, era un domingo, normalmente la mayoría de personas salen a visitar a sus familias, yo nunca lo hacía, ya que mis padres viven al otro lado del océano, así que los domingos son solo, no hay nadie, pero ese día en particular estaba alguien ahí, el ambiente se sentia extraño, y ahí lo ví, el maldito Gosth, estaba ahí, sentado, cómodamente, no había nadie, nadie estaba sirviendo la comida, es más no había, solo estaba la mesa donde estaba Gosth.

Siéntate König, quiero hablar contigo.

Desde aquí te escucho Gosth, desde aquí.

Dije que te sientes imbécil!

Dice casi gritando.

Desenfundo mi arma.

Ja! Crees que me intimidas? Desde antes que entraras te estoy apuntando imbécil!

Veo debajo de la mesa, como tiene su arma apuntandome.

Me acerco y me siento, guardo la pistola en mi funda y el asienta la de el en la mesa.

Pon la tuya igual, así ambos podemos confíar.

Dejo mi arma en la mesa.

Ahora Gosth, de que quieres hablar?.

Lo lamento König, no fue mi intención hacer esto más grande, tampoco te pido que me entiendas, solo que amo a ambar y no quería perderla...

Lo interrumpo y me digo, si no querías perderla, debiste hacerla algo de ti.

Lo sé König, pero como verás, soy más que un soldado, soy un maldito MERCENARIO!, los tipo como yo, no solo matamos gente, matamos gente peligrosa, realmente peligrosa, gente que si supiera que tengo a alguien que me importa, la haría polvo o torturan de las mil maneras posibles, por eso jamás hice nada por ella, si por mi fuera, ella sería mi esposa y tendría mis hijos, si solo la hubiera conocido antes de ser quien soy, pero no puedo hacerla mía y cuando ví que estaba contigo, mi mundo se derrumbó y hice lo que hice, no lo pensé, pensé como un niño, pensé como alguien que da miedo y la asusté y le dije que te haría daño y se te acercaba, creeme ella me conoce demasiado bien y sabía que sería capaz, pero entendí que fui muy idiota para hacerle eso, como dicen, si amas a alguien déjalo ir, déjalo ser feliz.

El se levanta de la mesa y camina a la salida, pero antes de irse, me habla por última vez.

Ahora ve y búscala, hazla felíz, hazla tuya, tu esposa la madre de tus hijo, hazla felíz König, es tu turno de hacer lo que yo no puedo hacer por ella, eso sí, jamás le hagas daño, por qué la amare hasta el final de mis días y no pienso amar a nadie más que a ella, ve con ella König, yo cuidaré de sus espaldas siempre, no vemos König, ahora seré un Fantasma para ustedes.

Gracias Gosth.

Dime Simón, König, Simón.

Gracias Simón, créeme la haré demasiado feliz.

Eso espero König.

Seguido sale de la habitación, me quedo ahí, mis piernas se mueven cómo gelatina, mi corazón late demasiado fuerte, salgo corriendo a la sala de operaciones y veo sin hay algún vuelo a Rusia y para mí buena suerte, hay uno, sale en 5 min, solo se que corrí a mi habitación y empaque lo necesario en mi mochila y salgo de mi habitación y corro al helipuerto y me subo.

König enamorado (Aun No Se Que Título Darle) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora