König enamorado (Aun No Se Que Título Darle)

Una maravillosa boda

Despertamos y la tradición de su familia de König, es que los novios, no se vean desde la mañana, así que despierto y König no está, la tradición implica, tomar un día de soltera, pero no como las que conozco normalmente, está es más serena.

Despierto y al lado de mi casa hay una pequeña Rosa azul, tomo la carta, la cual está escrita por König, huelo la rosa, aún tiene gotas de rocío en ella, algunas gotas caen en mi mano, se siente fresca, tomo la carta asentando la flor en la mesita de noche, veo la carta, el sobre se siente como aterciopelado y tiene un olor peculiar, lo acerco a mi nariz y puedo sentir el olor, es cera, rompo con cuidado el sobre y abro la carta, es una carta escrita por König, comienzo a leerla y las lágrimas brotan un poco de mi.

"Para mi querida esposa, Ambar.

Buenos días, preciosa, te escribo desde afuera de la casa, ojalá estuvieras aquí conmigo, el día amaneció con niebla y si te asomas, habrá algo que te gustará mucho.."

Me levanto y me asomo a la ventana, la cual está empeñada, la limpio un poco y mis ojos se iluminan, todo está cubierto de nieve, los pinos altos, antes eran de color verde, ahora son blancos, todo parece mágico y es hermoso, continúo leyendo la carta.

"Se que te a gustado, siempre me haz dicho que querías ver la nieve, ahora la estás viendo desde tu ventana, ojalá estar a tu lado, se que estarías emocionada y me encantaría ver tu rostro iluminarse y sonrojarse un poco por el frío, me haría mucha gracia tu nariz roja, volviendo al punto, escribir esta carta es una tradición de mi familia, se dice que es para que tu esposa sepa que la amas y sepa que jamás dejaras de amarla, así que aquí vamos.

Te amo, aunque eso ya lo sabes, pero realmente no sabes las cosas bellas que me haces sentir, me siento agradecido con Dios o con quien sea que te haya puesto en mi camino, te agradezco a ti, por amarme, por amar mi forma de ser y amar mis mayores miedos, te amo en todos los sentidos extensos de la palabra, me arrancaría el corazón para enseñarte lo mucho que amo estar contigo, lo especial que eres, querría arrancarme los ojos, para que vieras lo valiosa que eres y lo excepcional que me pareces y conseguido eso, aún no creo que sepas lo mucho que mi cuerpo te desea, lo mucho que mis labios amar estar junto a los tuyos o lo mucho que mi nariz ama olerte en las mañanas o mis manos tocar tu cabello y cada centímetro de ti.

Estoy a unas horas de verte en vestido blanco, a unas horas de escucharte decir tus votos y escucharte decir que si aceptas pasar tu vida al lado de este hombre tembloroso y enorme.

Te amo, con bello en mi cuerpo y con cada celula dentro de él.

Te dejo tomar el desayuno y hacer demás cosas que hacen las mujeres en esta tradición que nunca terminaré de entender.

Te ama, con toda su vida y eternidad, König."

Me seco las lágrimas y me siento en la cama, viendo hacia fuera, no podría ser el día más perfecto para despertar, una linda carta, una rosa y ver la nieve, un golpe me saca de mis pensamientos.

¿Me permite pasar?

Es la voz de mi suegra, me limpio las lágrimas y me levanto a abrir la puerta.

Oh, claro adelante.

Entra con algo en la mano.

Tenemos una tradición algo especial que hacemos con las mujeres antes de casarse, ponte este camisón y luego bajas.

Asiento lentamente y ella sale de la habitación, no sin antes decirme que no me duche, que solo me ponga la ropa que le traje, que no use nada, se refiere a ropa interior, me siento confundida pero hago caso.

La ropa es un camisón completamente transparente con pequeños bordados que cubren mis pezones y la parte íntima, me miró al espejo y me miró.

Vaya, si que me veo bien, ojalá que König me viera, creo que se moriría.