13. Tarde de juegos

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Valeria

Giré mi cabeza y vi a Pedri acercándose a nosotros con una gran sonrisa.

- Valeria - dijo y me levanté de mi silla - ¿que tal?

- Genial - le abracé - ¿y tú? ¿qué haces por aquí?

- Tenemos la comida con los del mundial.

- Es verdad. Mira, te presento a Daniela y Marcos - les señalé y se levantaron para saludarlo.

- ¿Él es el de la disco y ella a la que buscabais?

- Si - contesté y reímos.

- Pedri, nos acaban de traer la comida - dijo alguien acercándose - hombre Val.

- Pablo, te presento a Dani y Marcos, mis mejores amigos.

- Hola, ¿vamos Pedri? - el canario asintió - nos vemos luego en el partido Val.

- Iremos los 3 - grité ya que se alejaban.

Nos volvimos a sentar y minutos después nos sirvieron la comida. Mientras comíamos mi móvil vibró, pensé que eran mis padres así que miré el mensaje.

¿De verdad tienen que venir tus amiguitos? Te invité a ti, no a ellos el mensaje era de Pablo.

Son mis amigos, o vienen ellos o no voy contesté.

Me dejó el visto.

Realmente no me importó que lo hiciera.

- Ey Valebu - me llamó Marcos y yo le miré - deja el movil anda.

- Nos tienes abandonados Valery - se quejó Dani - desde que no vives con nosotros no hablamos mucho y cuando por fin quedamos estás con el móvil.

- Os estaba defendiendo de Pablo, no quería que fuerais al partido, así que de nada - me defendí. 


Pablo Gavi

Acabamos de comer y Luis Enrique seguía explicando cosas del mundial que nos esperaba.

- Puede venir la familia, pero no podrán volar con nosotros ni estar en el mismo hotel, solo un acompañante - explicó Padrique - esa persona que escojáis volará en nuestro avión, dormirá con vosotros y se quedará en el hotel con todo incluido.

- ¿El hotel es solo para nosotros? - preguntó Balde.

- Si, cada selección tiene su hotel. ¿Alguna duda más? - todos negaron - pues venga, a prepararse que la mayoría tenéis partido en unas horas, hoy pago yo.

Todos empezamos a gritar y aplaudir. Salimos del restaurante pasando por el comedor donde estaban todas las mesas, incluida la de Val y sus amigos.

Mi mirada se dirigió a ella, y cuando nuestras miradas conectaron le sonreí y le saludé haciendo un pequeño gesto con la cabeza.

Ella lo aceptó y también sonrió mientras movía su mano saludándome.

Salimos del restaurante, y como siempre antes de un partido, fuimos a casa de Pedri. Fuimos Balde, Ansu, Ferrán, Eric, Frenkie, Pedri y yo.

Al llegar fuimos directos al sofá para descansar un rato.

- Tenemos dos horas, a las siete hay que salir de aquí - habló Pedri.

- ¿Y qué hacemos? - pregunté.

- Podríamos hacer tarde de juegos, hace mucho que no hacemos nada de eso - contestó Pedri.

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