17. Incómoda

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Valeria

Al llegar fuimos directos al hotel para descansar, ya que allí era de noche.

Pablo me trajo como su acompañante, por lo que teníamos que dormir en la misma habitación.

Él había bajado a desayunar hace dos minutos, pero yo seguía en la habitación ya que tenía mucho sueño.

Estaba durmiendo plácidamente hasta que escuché unos golpes en la puerta y me levanté perezosamente a abrir.

Me encontré a Gavi, ahí plantado con una cara que hizo descojonarme en sus narices.

Pero mi cara cambió instantáneamente cuando me enseñó su teléfono.

Fue leer el título y ver la foto, y quedarme con la misma cara que él.

- Mierda - dije.

- Y tanto que mierda - contestó.

Nos miramos sin aún creerlo, en cuestión de segundos se me había ido el sueño que tenía.

No sabía si era cosa mía, pero cada vez nos íbamos acercando más. Tanto que sentía su respiración chocar con mi cara.

Cuando me di cuenta de que era así, me separé.

- ¿Me das dos minutos que me cambie y bajo a desayunar? - pregunté.

- Sí, sí - contestó segundos después.

Entré a la habitación y poco después salí al pasillo, donde me esperaba Pablo.

Comenzamos a bajar las escaleras rápidamente y al llegar nos encontramos a Luis Enrique y a la selección desayunando en una larga mesa.

Era la única chica allí, el único que trajo acompañante fue Pedri, que trajo a su hermano.

El resto de chicos querían traer a su mujer, pero tenían o trabajo o hijos a los que cuidar.

Me sentí un poco incómoda. No sabía que pintaba allí, ni siquiera sabía porque Pablo insistió tanto en que fuera.

No conocía a nadie que estaba allí, tan solo los chicos con los que pasaba algo de tiempo.

Ni siquiera conocía a Pablo. Si que es verdad que hablamos alguna vez, pero solo de pequeños detalles sobre nuestra persona.

Aunque si había una extraña sensación entre nosotros. Era tensión, la cual se podía percibir con tan solo mirarnos.

Pablo se sentó junto a la selección, pero yo me senté en una mesa algo alejada, donde solo había una silla.

Un camarero se acercó y yo pedí un zumo.

Podía sentir la mirada de todos sobre mí. Escuché unos pasos detrás de mí y entonces Pablo se posicionó enfrente mío.

- ¿Porqué no te sientas con nosotros? - preguntó.

- ¿De verdad no te lo puedes ni imaginar? - fruncí el ceño.

Antes de que Pablo pudiera responder, apareció el camarero con mi zumo.

Lo dejó sobre la mesa y yo le agradecí con una sonrisa. Cogí el zumo y me levanté de la silla para irme de allí.

Sabía que no debería de haber ido, pero solo quise ser amable con el chico por una vez en mi vida.

Pasaron unos 15 minutos cuando mi móvil sonó indicando que alguien me llamaba.

- ¿Estás en la habitación? - preguntó Pablo en cuanto cogí la llamada.

- ¿Tú que crees? - contesté irónica.

- Voy para allá.

Colgó la llamada dejándome con la palabra en la boca. No le di mucha importancia así que me acomodé en la cama y volví a poner la serie.

Picaron a la puerta así que tuve que volver a parar la serie y levantarme de la cama.

- ¿Qué? - pregunté.

Entró dándome un leve empujón para quitarme del camino.

- ¿Porque has subido? - preguntó.

- Estaba incómoda, yo ahí no pinto nada.

- Pintas porque te he invitado yo. El hermano de Pedri también está de invitado y nadie le excluye.

- Sigo sin entender porque tenías tantas ganas con que viniera - bufé.

- Si tanto te molesta haber venido, puedes cogerte un vuelo y volver a la Masía - parecía que se estaba empezando a enfadar.

- No estoy diciendo eso, solo que me siento incómoda con tantos chicos alrededor.

- Solo tienes que darles una oportunidad, todos son increíbles. Y te lo vuelvo a decir, pintas porque te he invitado yo, así que no me hagas el feo y baja de una vez.

Bufé, me estaba empezando a enfadar.

- Vete a la mierda Pablo, no me entiendes, no sabes razonar.

Cuando fui a abrir la puerta para irme, Pablo me agarró de la muñeca para impedirlo.

- ¿Ahora q-

No pude acabar la frase porque me besó.

En cuánto noté sus labios sobre los míos me aparté inmediatamente.

-¿Pero qué coño haces? - pregunté desubicada.

- Para que dejes de decir tonterías y te calles - contestó.

- Si tú no lo entiendes es tu problema, no el mío.

Me giré y volví a colocar la mano sobre el picaporte.

- Como vuelvas a intentar salir te vuelvo a besar, tú sabrás.

Le miré enfadada y levanté las manos para que viera que no estaba agarrando nada.

- ¿Te pued-

Me interrumpió una llamada, que provenía del teléfono del chico.

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Holaaa, ¡¡no tengo palabras para describir este capítulo!!

Ahora solo queda esperar a que las cosas no empeoren...

Espero que os haya gustado, no olvidéis votar y comentar. Gracias por leer ❤️

*algunas partes de este capítulo están inspiradas en la historia de @thearcheeer*

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